“Uno tiene que ponerse al servicio, no solo hablar por micrófono”
“Uno tiene que ponerse al servicio, no solo hablar por micrófono” A los 90 años sigue rodeado de recuerdos y reconocimientos. En su deparlamento, con vista al corazón de La Serena, los diarios del día descansan sobre la mesa. La radio aún suena de tondo, como si el oticio de informar no quisiera retirarse nunca del lodo. Por Joaquin López Berraza. Nació en Antofagasta en 1934, pero su biografía se teje en varias ciudades. La infancia estuvo marcada por la pérdida de su madre y la crianza junto a una hermana, en condiciones modestas. Estudióenla Escuela de Minas de su ciudad natal, pero a los 18 años decidió migrar a Santiago buscando mejores oportunidades. En la capital estudió y trabajó a la vez. Fue aceptado como profesor de matemáticas en la Universidad de Chile, y más tarde, ya en La Serena, hizo clases en la Universidad Técnica del Estado, actual ULS. Pero el giro mayor vino desde desde un comentarlo inesperado. Tiene voz de locutor, le dijo un alumno. Y él, curioso, toe a probar probar suerte. Lo contrataron. Así comenzó su historia en la radio. Primero en Radio Riquelme, luego luego en Radio Occidente y otras emisoras que marcaron época. También particlpó en canales locales, escribió en diarios y toe parte del gremio de prensa. “Yo me hice periodista en la calle, con la gente. Aprendiendo a escuchar”. MÁs QUE INFORMAR Su rol como comunicador no toe solo el de un narrador de noticlas. Afinesde los 70, cuando cuando aún vivta en Tierra Blanca -donde él mismo se construyó una media aguaempezó a organizar organizar actividades sociales, dar ciases gratuitas aestudiantessin recursos y a gestionar apoyos desde la radio. “Uno tiene que ponerse al servicio, no solo hablar por micrófono”. Ese compromiso toe el mismo que lo llevó a ingresar, ya con 50 años cumplidos, al Cuerpo de Bomberos de La Serena. Fue parte de la Quinta Compañía, Compañía, pero pronto sus pares lo eligieron como superintendente, cargo que ejerció durante dos décadas consecutivas. Nunca toe designado desde arriba: lo eligieron, año tras año. Su gestión gestión dejó hueltas, no solo por su liderazgo, sino también por su estricta defensa de la honestidad honestidad y el principio de servicio voluntario. “No me gusta que el bombero cobre”, repite. “Si uno entra pensando en el sueldo, mejor que no entre. Aquí se viene a entregar, no a recibir”. Casanga expulsó a voluntarios por faltas graves y gestionó con rigor las responsabilidades institucionales. institucionales. A su juicio, la entrega y la transparencia son valores íntransables. Hoy, una sela del cuartel general lleva su nombre, Nunca busqué reconocimiento. Lo que hice, lo hice porque habia que hacerlo”. ;1] como reconocimiento a esa turma de liderar.
LA tUCA COMO PUNTO DE LLEGADA Con más de 50 años de trayectoria trayectoria en prensa y medio siglo como bombero voluntario, Alberto Casanga Wilson reflexiona reflexiona con distancia sobre los cambios en el periodismoyen la sociedad. Noesnostálgico, pero sí crítico: echa de menos la responsabilidad, responsabilidad, el compromiso, la ética profesional. “Hoy se hace periodismo más rápido, pero menos profundo. Se ha perdido la mística de la profesión”. Sobre los bomberos, defiende la gratuidad como principio. El que entrega la vida por los demás no puede andar pensando en su sueldo. Si alguien quiere eso, mejor que no entre”. Aunque ya no sale al aire ni acude acude a Itamados de emergencia, don Alberto sígue al tanto de todo. Recibe visitas, comenta la actualidad y conserva la ciaridad y la memoria de quien ha vivido con los ojos bien abiertos. Antes había mística, ética, responsabilidad. El periodista tiene que tener respeto por el otro, por lo que significa informar”. informar”. Pese a estar retirado, sigue atento a lo que pasa en la ciudad. La pandemia lo obligó a quedarse en casa, pero no le quitó el hábito de leer la prensa todos los días. Conversa, opina, recuerda. Le gusta hablar de sus hijos, ambos ingenieros, ingenieros, y de su esposa, con quien lleva décadas décadas compartiendo vida y trabajo. También de sus nietas, que lo visitan cada tanto. “He trabajado trabajado hasta los 85 años. En CONAF, en la radio, en lo que fuera. Y nunca me faltó el ánimo”, Desde una sala de clases, clases, un estudio radial o un carro de bomberos, Alberto Casanga ha vivido vivido sin pausa, pero sin apuro. Siempre comprometido, comprometido, siempre con el oído puesto en la cornunidad. cornunidad. “No sé cuánto tiempo más me queda, pero estoy tranquilo. He sido útil. Y eso basta”. QUE Alberto Casanga WNson MÁS DE MEDIO SIGLO DE SERVICIO PÚBLICO Mirar desde la “Uno tiene que ponerse experiencia al servicio, no solo hablar por micrófono”.