Autor: ROBERTO CAREAGA y DANIEL SWINBURN
Leer enChile: las dudas y desafíos que deja el último estudio sobrel a lectura
Leer enChile: las dudas y desafíos que deja el último estudio sobrel a lectura Los números podemos lee, pero sí no podemos observada. realidad contradicen la del estudio no Como editorial, saber cuánto se extrapolar a partir del dato de cuánto se compra. Y las compras van al alza sostenida en los últimos años”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. SERGIO TANHNUZ EDITORIAL SM.
A J B A T R O T C I V A E L O R E I V A J O C S I C N A R F El valor personas que respecto de las calculado en los últimos promedio de 5,53 libros leídos por gusto u ocio doce meses está declaran haber leído una vez al año un libro. Hay 34,8 por ciento de las personas que declaran no leer.
El valor, por tanto, es más bajo”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. CRISTIÁN AYALA DIRECTOR DESUC O C N A L B I N A ¿ Y si los chilenos fuéramos los mayoricanos? ¿ Y si el lugar común de res lectores de todos los latinoameque los chilenos no leen fuera falso? ¿ Y si en realidad cada vez leemos un poco más? Todo eso parece decir la última Encuesta Nacional de Participación Cultural y Comportamiento Lector 2024 publicada por el Ministerio de las Culturas, que trae una cifra para sacarle brillo: en el último año, las personas declaran haber leído en promedio 5,5 libros por gusto u ocio. El número pone a nuestro país encima de la tabla de la región, más arriba de México o incluso Argentina. Y como complemento, entre los datos del estudio, también se indica que el 21,9% de los chilenos declaran ser lectores frecuentes. Elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la encuesta trae información sobre los hábitos culturales de todos ámbitos y registran aumento en la participación o asistencia a actividades artístico-patrimoniales. La comparación es con el estudio de 2017, el último que se hizo en Chile de este tipo.
En el ámbito lector, los datos se expanden para perfilar al tipo de lector que somos: el 77,7% declara haber leído por al menos 15 minutos con frecuencia diaria o semanal libros, diarios, revistas, cómics o informes laborales de cualquier tipo.
Lo más leído a diario son periódicos, diarios y/o revistas (28,4% ); informes laborales, textos escolares y/o artículos académicos (21,3% ), y libros (16,7% ). ¿Por qué se lee? 81,5% declara hacerlo por gusto y/o ocio, mientras que quienes lo hacen por trabajo y/o estudios llega al 63,4%. En cuanto a los motivos para no leer, los principales son tener dificultades físicas para leer (26,4% ) y porque no le gusta leer (21,6% ). Necesidad de datos Los resultados han sido celebrados por todo el mundo del libro, partiendo por el Ministerio de las Culturas hasta gremios editoriales, pero más allá de las cifras generales también genera dudas, incluso críticas, y abre nuevas preguntas. Antes que nada, hay un consenso: tener datos es valioso, sobre todo después de siete años sin que fueran actualizados. “Contar con cifras es el primer aspecto positivo a destacar. Es muy difícil generar políticas públicas o iniciativas privadas en torno a la lectura si no sabemos el comportamiento de los lectores y lectoras”, dice Constanza Mekis, directora de la fundación La Palabra. Que el INE se haya ocupado del consumo cultural y, en particular, de la conducta lectora me parece un avance importante. Hasta ahora, muchas decisiones de políticas públicas se tomaban prácticamente a ciegas”, añade Arturo Infante, director de editorial Catalonia con un largo recorrido dirigiendo gremios editoriales. Sin embargo, el estudio introduce nuevas preguntas que, para algunos, hace complicado contextualizar datos en el tiempo, como el de los 5,5 libros que leen al año los chilenos. “Es lamentable que no se pueda establecer una comparación longitudinal con los datos de 2005,2012 y 2017. Durante dos décadas, las encuestas de consumo cultural preguntaban si las personas habían leído al menos un libro en el último año.
Hoy la pregunta se centra en cuántos libros se leyeron al año y no a qué porcentaje de personas leyó al menos un libro en el año, como en los estudios anteriores”, dice Gonzalo Oyarzún, gerente de Bibliotecas y Promoción de la Lectura de Buenos Aires y exsudirector de Bibliotecas Públicas en Chile. “Así, el dato actual no puede ser relacionado de manera directa con la evolución de los últimos veinte años”, precisa. ¿5,5 libros? Pero la cifra de 5,5 libros al año sobre todo genera cierta esperanza. Para el director de publicaciones de Editorial SM, Sergio Tanhnuz, ese dato y el resto de los de la encuesta tienen una correlación con lo que ve en su trabajo diario. “Los números del estudio, si bien son muy generales, me parece que, al menos, no contradicen la realidad observada”, asegura. “Como editorial, no podemos saber cuánto se lee, pero sí podemos extrapolar a partir del dato de cuánto se compra. Y las compras van al alza sostenida en los últimos años, sobre todo en el formato de libro en papel. A la vez, el tipo de canales de venta nos permite estimar también que hay una mayor cantidad de la denominada lectura por gusto. Entonces, si partimos de la base de la venta, podríamos concluir indirectamente que hay más lectura por gusto”, añade. Para Tanhnuz, hay un dato más valioso que arroja el estudio. “Aquel que dice que el 16,7% de los encuestados lee libros, al menos, una vez al día o el 22,5% lee libros, al menos, una vez a la semana. Aunque pueden parecer porcentajes bajos, claramente contradicen ese cliché de que los chilenos no leen. Y en este sentido, me siguen pareciendo buenas cifras”, sostiene.
“Hay otro dato que dice que el 21,9 por ciento de personas se declaran lectores frecuentes o muy frecuentes, pero entiendo que ahí entra todo tipo de lectura, redes sociales incluidas, y eso es parte de otro análisis, porque la discusión del fomento lector no se debe orientar a cualquier tipo de lectura, sino a una lectura de mayor profundidad, ya sea en ficción o no ficción”, añade. También Constanza Mekis valora los resultados del estudio.
Especialmente la cifra de 5,5 libros al año la entiende como una base positiva para trabajar: “Si consideramos que este dato recoge solo los libros leídos por gusto, podemos suponer que probablemente estas personas leen también por otros motivos y en otros formatos. Y en segundo lugar, es una buena línea base para quienes fomentamos la lectura al conocer que existe esta conciencia en la sociedad de leer por gusto. Sin lugar a dudas, este indicador puede ser mejor”, explica. Pero hay matices. “Las cifras no muestran grandes sorpresas respecto de los estudios de 2011 y 2017. Que los chilenos lean en promedio 5,5 libros al año nos pone en la parte alta de América Latina, pero más bien porque los demás países de la región han crecido poco en lectura. Al menos no hemos retrocedido”, sostiene Infante.
Y Oyarzún agrega: “La cifra me parece muy impactante: sorprende que Chile, pese a tener un mercado más pequeño, con menos librerías e incluso con una menor cantidad de bibliotecas, muestre un promedio de libros leídos por año en toda Latinoamérica superior al de países como Argentina, Colombia o México, pese a la alta valoración que tiene el libro en esos países”. Una opinión distinta sobre lo que leemos los chilenos tiene Cristián Ayala, director de la Dirección de Estudios Sociales de la Universidad Católica (Desuc), a partir de los mismos datos que arroja la encuesta.
“Revisando los datos, encontré que el valor promedio de 5,53 libros leídos por gusto u ocio en los últimos doce meses está calculado respecto de las personas que declaran haber leído una vez al año un libro. Hay 34,8 por ciento de las personas que declaran no leer. El valor, por tanto, es más bajo. No hay nadie en ese promedio que haya dicho que lee 0 libro, afirma Ayala.
Calculando una estimación, considerando esos ceros faltantes, el número de libros promedio que leen todos quienes viven en Chile, considerando a los que declaran leer y los que no, el promedio cae a 3,02 libros leídos por año. El promedio de lectura de libros por gusto y/u ocio estaría sobreestimado para la población general.
Hay distintas formas de interpretar y presentar los resultados que pueden llevar a confusión”, concluye Ayala, quien sostiene que, aunque se trata de una buena encuesta en terreno, que recoge muchos datos, la presentación de sus resultados al público fue muy simplificada.
Lo que no se ve E M L E U Q I R O N A I C U L A N E V A R A R O T C E H A E L O R E I V A J O C S I C N A R F Dado que, como toda encuesta, descansa en lo que declaran los consultados y aquello no siempre puede ser probado, “hay un riesgo de sobreestimación en los resultados”, dice Infante. Y Oyarzún lo complementa: “Un aspecto problemático de la encuesta es el resultado de autopercepción como lectores frecuentes o muy frecuentes.
El dato resulta difícil de interpretar, pues cada persona puede entender la frecuencia de manera distinta: alguien que lee diariamente un gran volumen de páginas podría sentirse igual de frecuente que quien apenas lee algunas páginas en la semana. Podría tratarse de dos perfiles completamente diferentes”, dice Oyarzún.
“Por esto, más el cambio en la pregunta sobre cuántos libros se leen, resulta imposible afirmar si las cifras son un signo de crecimiento o de retroceso respecto a las políticas públicas aplicadas en las últimas dos décadas, ni cómo la ausencia de un Plan de Lectura desde 2020 puede o no afectar este resultado”, añade.
Más allá de los análisis de este estudio, Constanza Mekis y Arturo Infante coinciden en que aún faltan más estudios: “Los datos de esta encuesta nos permiten saber que la principal barrera de participación cultural es el tiempo y el cansancio. ¿Cómo hacer de la lectura una práctica frecuente cuando las personas no tienen tiempo para descansar? Quedan muchas preguntas por resolver, ¿quiénes componen la población que considera la lectura como una práctica consolidada en su vida? ¿ Cuáles son sus características sociodemográficas? ¿ Qué significa para estas personas ser lector?”, dice Mekis.
E Infante agrega: “Lo que la encuesta no nos muestra es cómo estamos construyendo los hábitos de lectura ni por qué, con estos niveles declarados, seguimos con bajos resultados en comprensión lectora y altos índices de analfabetismo funcional”. La Fuente es una fundación privada sin fines de lucro creada en 2000 que nace para diseñar e implementar proyectos educacionales y culturales que beneficien principalmente a sectores vulnerables de Chile. Ha realizado por varios años encuestas nacionales: Chile y los Libros 2006,2008, 2010, junto a Adimark, y Leer en Chile 2022, junto a Ipsos. Esta última, denominada Hábitos y Percepciones Lectoras, fue realizada en línea.
Claudio Aravena, gerente de desarrollo de Fundación La Fuente, comenta comparativamente algunos resultados de dicha encuesta con la realizada recientemente por el INE. fundamental, los grupos medios y altos leen mucho más que los del grupo bajo, y el nivel educativo, a mayor estudio, más lectores. “También es consistente entre los estudios la tenencia de libros en el hogar. Nuestras encuestas promedian 30 libros por hogar en el 44% de los hogares; y el INE, 25 libros en el 42,2% de las casas chilenas. El porcentaje que leyó con frecuencia diaria o semanal distintos materiales de lectura (libros, diarios, informes, cómic, etc. ) también coincide en un 77%, en ambos casos.
Otra cifra fundamental para nosotros es la importancia de la promoción de la lectura en la infancia, a través de lecturas en voz alta, la compra de libros, la participación cultural y los roles de figuras modelo, como padres, profesores, bibliotecarios.
Y por cierto, el avance de la lectura digital, sobre todo en los jóvenes”. De acuerdo a los resultados que se obtienen en las distintas encuestas sobre hábitos y frecuencia lectora, ¿cómo está Chile comparado con el resto de los países latinoamericanos en la actualidad? Chile tiene un nivel destacado entre los países que aplican encuestas de hábitos lectores con regularidad y que son comparables entre sí, siguiendo las metodologías que entrega el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc). Nuestro país ocupa primeros y segundos lugares en los rankings de este tipo de mediciones. Esto se debe a que todos los gobiernos, sin distinción, desde los noventa en adelante, han diseñado políticas públicas en pos del fomento del libro, la lectura y las bibliotecas.
Se han invertido recursos considerables en compra de libros, creación de bibliotecas públicas y regionales, sistema de bibliotecas digitales, programas de fomento lector, fondos concursables, participación en ferias, formación de mediadores, entre otros”. Z E P O L O D R A U D E N A U J En la encuesta del Ministerio de las Culturas se informa que los chilenos declaran leer 5,5 libros por gusto al año en promedio. En la encuesta de Hábitos y percepciones lectoras se informa que de los chilenos que declaran leer libros, casi la mitad, 49 por ciento, afirma leer 4 o menos libros al año.
Pero también hay un porcentaje relevante cercano al 50 por ciento que afirma leer entre 5 y 7 o más libros al año según la encuesta. ¿Cómo interpreta usted esas cifras?, ¿son comparables? El INE pregunta sobre la autopercepción de los encuestados, respecto de si se consideran lectores frecuentes o no; y nosotros preguntamos con qué frecuencia se realizan distintos tipos de lectura. Con todo, la cifra de 5 libros por año en promedio es consistente en los estudios que hemos realizado en Chile, desde hace veinte años. Según las encuestas de la fundación, con Adimark GFK, el año 2006 fue de 5,2, el año 2008 fue de 5,7 y el año 2010 fue de 5,8. El año 2022, con Ipsos y luego de la pandemia, alcanzó sobre 5 libros y más, para lectores frecuentes, y 4 y menos libros para lectores ocasionales.
Coinciden también los estudios en la diferencia por género, las mujeres se declaran más lectoras y leen en promedio más libros que los hombres; el nivel socioeconómico es Contar con cifras es el primer aspecto positivo a destacar.
Es muy difícil generar políticas públicas o iniciativas privadas en torno a la lectura si no sabemos el comportamiento de los lectores y lectoras”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . D Sorprende que Chile, pese a tener un mercado más pequeño, con menos librerías e incluso con una menor cantidad de bibliotecas, muestre un promedio de libros leídos por año en toda Latinoamérica superior al de países como Argentina, Colombia o México”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. Lo que la encuesta no nos muestra es cómo estamos construyendo los hábitos de lectura ni por qué, con estos niveles declarados, seguimos con bajos resultados en comprensión lectora y altos índices de analfabetismo funcional”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . ARTURO INFANTE EDITORIAL CATALONIA Las encuestas de Fundación La Fuente ROBERTO CAREAGA y DANIEL SWINBURN GONZALO OYARZÚN GERENTE DE BIBLIOTECAS DE BUENOS AIRES CONSTANZA MEKIS FUNDACIÓN LA PALABRA las dudas y desafíos que deja el último estudio sobre la lectura. Un nuevo informe del Ministerio de las Culturas y el INE sostiene que los chilenos leemos 5,5 libros en promedio al año. La cifra es celebrada, pues estaríamos entre los más lectores de Latinoamérica, pero también genera interrogantes. Editores, especialistas en fomento lector e investigadores evalúan los resultados y piden más estudios. ENCUESTA NACIONAL DE PARTICIPACIÓN CULTURAL Y COMPORTAMIENTO LECTOR 2024 ‘‘Contar con cifras es el primer aspecto positivo a destacar.
Es muy difícil generar políticas públicas o iniciativas privadas en torno a la lectura si no sabemos el comportamiento de los lectores y lectoras”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . D ‘‘Sorprende que Chile, pese a tener un mercado más pequeño, con menos librerías e incluso con una menor cantidad de bibliotecas, muestre un promedio de libros leídos por año en toda Latinoamérica superior al de países como Argentina, Colombia o México”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ‘‘Lo que la encuesta no nos muestra es cómo estamos construyendo los hábitos de lectura ni por qué, con estos niveles declarados, seguimos con bajos resultados en comprensión lectora y altos índices de analfabetismo funcional”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . ARTURO INFANTE EDITORIAL CATALONIA Claudio Aravena.