Autor: ADIDEC
Conmemoraciones por el Año Nuevo Indígena aumentan su despliegue en espacios públicos y áreas urbanas
Conmemoraciones por el Año Nuevo Indígena aumentan su despliegue en espacios públicos y áreas urbanas MARIO ROJAS MARTÍNEZ Ayer se conmemoró el Día Nacional de los Pueblos Indígenas. La fecha, también conocida como Año Nuevo Indígena, se festeja con coloridas ceremonias y rituales en lugares considerados sagrados. Hay rogativas, además de presentaciones musicales y bailes típicos.
También se recitan historias de antepasados, sumadas a la gastronomía y, en la noche, víspera del día 21, se encienden fogatas a la espera del amanecer, donde la concurrencia fija su mirada hacia el este para presenciar la salida del sol. Dependiendo del pueblo originario, el nombre varía, así como los días de festejos, que se extienden hasta el 24 de junio. Para los mapuches es el We Tripantu, los aimaras lo llaman Machaq Mara, los quechuas lo denominan Inti Raymi y en Isla de Pascua es el Aringa Ora o Koro. Se trata de una celebración que solía estar principalmente asociada al mundo rural. Pero que año a año ha ido ganando terreno en las ciudades. Adaptación de plazas y calles El último Censo reveló una tendencia en el aumento de la población indígena que vive en zonas urbanas, por sobre la que reside habitualmente en el ámbito rural. Los primeros representan el 87,8%, mientras que los segundos, un 12,2%. Lo anterior ha generado en los últimos años un impacto urbanístico y en el uso de espacios públicos. Por ejemplo, en Temuco, un punto de encuentro tradicional es el cerro Ñielol, donde hace casi cuatro años fueron remodelados senderos y el mirador.
En ese monumento natural, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) activó en marzo un proyecto de restauración ecológica, en cinco hectáreas, con la remoción de especies vegetales “invasoras” y la plantación de algunas nativas como canelo, peumo, lingue y olivillo. También en La Araucanía, en Lumaco, el epicentro, y con ramadas incluidas, fue una cancha de paliwee chueca de la comunidad Reiman Pinoleo, frente al cementerio municipal.
Richard Leonelli, alcalde de la comuna, dice que en los festejos, que comenzaron el miércoles y han contado con transporte público de acercamiento, “compartiremos espiritualidad, identidad”. En otros municipios de esa región, actividades que se realizaban en calles fueron trasladadas a plazas y áreas verdes remodeladas con la plantación de especies tradicionales. En la capital del Biobío, al acto en la plaza Independencia se sumó la U. de Concepción con una masiva actividad en el sector La Cascada, en la entrada de Campus Naturaleza. En el aledaño Centro de Biotecnología hubo un encuentro en torno a la comida tradicional. “Simboliza nuestra cultura, agradeciendo a la creación por todo lo que hay en la tierra”, señaló Mercedes Yavileo, kimche o persona sabia y experta en cosmovisión mapuche.
En Arica, en tanto, hubo pasacalles en el centro, además de operativos de limpieza y reparaciones en los accesos, senderos y mirador de Cerro Sombrero, junto a la entrada al valle agrícola de Azapa, para recibir a la multitud. “Queremos recuperar el espacio que corresponde a nuestras tradiciones”, dijo Gabriel Fernández, encargado de la oficina de Asuntos Indígenas de la municipalidad. “Hace 500 años había dos Machaq Mara. Uno en diciembre, otro en junio. Ambas fiestas estaban relacionadas con los solsticios de invierno y verano”, afirma Carlos Choque, académico de la U. de Tarapacá. Ciudades reacondicionan plazas, áreas verdes, senderos peatonales, subidas a cerros, miradores y canchas para ceremonias. También hay ramadas y actividades deportivas.
La mayoría de la población de pueblos originarios vive en las ciudades:. LA ARAUCANÍA. — Para no perder el contacto con la naturaleza, en localidades de esa región las actividades se están trasladando de las calles a plazas reacondicionadas