Autor: Héctor
Chiloé abandonado
E A unaño del bicentenario de la anexión de Chiloé ala República de Chile, seguimos hablando de abandono. Y lo más increíble es que no es una exageración, sino una realidad que se palpa en cada rincón del archipiélago. Cualquiera diría que tenemos todo lo necesario, pero la verdad es otra. Aquí las carencias no son una excepción, norma. Como cualquier territorio de este país, tenemos problemas, pero en Chiloé se multiplican por mil. Parece que nos ven como un lugar ajeno, como si nuestro aporte a Chile fuera insignificante, y noscondenaran al rezago.
Las carreterasen estado deplorable se han convertido en rutas de la muerte, los proyectos se retrasan una y otra vez como si no importara cuándo -o si alguna vez-se concreten, y las obras inconclusas en muchas comunas son poco más que voladeros de luces. ¿Esesto lo que merecemos? Chiloé ha dado más de lo que ha recibido.
No sólo somos un bastión del turismo, sino también el cimiento de la industria salmonera, la agricultura y la ganadería, Hemos dado héroes a Chile, hombres y mujeres que han defendido el suelo de la nación. Incluso fuimos nosotros quienes aseguramos Magallanes para Chile; sin la presencia chilota, hoy ese territorio sería francés. Y sin embargo, aquí estamos, viendo cómo nuestro bicentenario parece importar mása nosotros quea la república que ayudamos a forjar. No es chovinismo, es dignidad. Si Chile se enorgullece de tenernos, que lo demuestre. Este bicentenario debería ser un motivo dereconocimiento, de valoración y no de desidia. Porque si algo nos ha enseñado la historia, es que Chiloé siempre responde cuando se le necesita. Pero, ¿cuándo será el turno de que respondan por Chiloé?