Cómo China convierte en espías a los miembros de su diáspora
Cómo China convierte en espías a los miembros de su diáspora ENTRE LOS DISIDENTES chinosexiliados, Tang Yuanjun era muy conocido. Participó en las protestas de 1989 en la plaza de Tiananmén y fue encarcelado. Más tarde desertó a Taiwán, nadando hasta una de sus islas periféricas desde un barco pesquero. Estados Unidos le concedió asilo y se instaló en Nueva York, convirtiéndose en líder de grupos chinos prodemocracia. Pero en 2024 fue detenido por el FBI. Admite haber utilizado su cargo para recabar información para China y denunciar a sus compañeros activistas. Lo hizo para que los funcionarios de Beijing le permitieran regresar a China para ver a sus padres enfermos. El pirateo de redes informáticas occidentales por parte de China, como la presunta violación del Departamento del Tesoro de Estados Unidos han sido noticia en los últimos años. También lo han sido sus intentos de robar secretos militares y comerciales.
Pero China también ha es-tado llevando a cabo una campaña más sutil, que implica sobornos, chantajes y acuerdos secretos, y que utiliza a miembros de la diáspora para recabar información y promover los intereses de China.
Recientemente, Gran Bretaña tuvo una muestra de ello cuando las autoridades acusaron a Yang Tengbo, un empresario chino, de cultivar lazos con el príncipe Andrés, hermano del rey, como parte de una operación de influencia. (Yang ha dicho que la sugerencia de que es un espía es falsa y ha negado haber hecho nada ilegal). ESTADOS UNIDOS ES EL objetivomás importante de China.
Este tipo de actividades entra en el ámbito de aplicación de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA), una ley estadounidense que obliga a quienes participan{ THE ECONOMIST Ojos en todas partes }SEMITKRO Y WENEHT / LEGEISNOSREFFEJla fuerza a otro inmigrante. Asimismo, en 2023, dos hombres chinos fueron acusados de colaborar presuntamente con la policía china para gestionar una “comisaría clandestina” en una asociación de Fujian en Nueva York. Uno de ellos se declaró culpable en diciembre. LAS AUTORIDADES estadouni-denses se han esforzado por combatir estas actividades sin alienar a la diáspora china. Un programa antiespionaje lanzado en 2018, llamado Iniciativa China, tenía como objetivo evitar que el país utilizara “recolectores no tradicionales”, como académicos y científicos, para robar secretos comerciales y tecnológicos de Estados Unidos. Casi el 90% de los acusados en el marco de la iniciativa era de ascendencia china, según una base de datos recopilada por el MIT Technology Review. Pero muchos de los casos se referían a cuestiones de “integridad de la investigación”, con académicos acusados de no revelar completamente sus afiliaciones chinas. Solo una cuarta parte de los casos presentados en el marco de la iniciativa acabó en condena. Muchos miembros de la diáspora china acogen con satisfacción los esfuerzos por frenar la influencia del PCCh. Pero Zhou Fengsuo, de Human Rights in China, un grupo activista de Nueva York, advierte que la mano dura de Estados Unidos ha generado desconfianza en el gobierno. Se queja de que los disidentes exiliados reciben poca protección, lo que los convierte en objetivos más fáciles de la coerción china. EN 2022, el Departamento de Justicia puso fin a la Iniciativa China, alegando que daba lugar a una “percepción nociva” de discriminación racial. Pero en septiembre, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para revivirla como Iniciativa PCCh. Es posible que estos esfuerzos se intensifiquen bajo el mandato de Donald Trump, que ha nombrado a halcones respecto de China para puestos importantes. Mientras Estados Unidos trata de contrarrestar al PCCh, puede arriesgarse a que una mayor parte de la diáspora caiga en sus manos. DERECHOSEXCLUSIVOSen proyectos políticos en nombre de un actor extranjero a registrarse y revelar lo que hacen. En los últimos años, el Departamento de Justicia ha reforzado la aplicación de esta ley. En 2023, el Departamento realizó 25 inspecciones de la FARA, la mayor cantidad desde 1985. En 2024 se produjeron varios casos destacados relacionados con China.
Uno de ellos fue el de Linda Sun, exayu-dante de la gobernadora de Nueva York (Kathy Hochul), detenida en septiembre por trabajar como “agente no declarado” de China y su Partido Comunista (PCCh). Al parecer, Sun bloqueó reuniones entre funcionarios taiwaneses y dirigentes del Estado, eliminó referencias a Taiwán de las comunicaciones y obstaculizó los esfuerzos por dar a conocer la persecución de las minorías étnicas por parte de China. A cambio, habría recibido millones de dólares en sobornos y regalos. Se ha declarado inocente. Ciudades y verdadesLas acusaciones contra Sun son directas. Pero muchas de las operaciones de influencia de China se desarrollan en una zona gris. Por ejemplo, los grupos dela diáspora llamados tongxianghui, o asociaciones de ciudades de origen, que reúnen a inmigrantes de determinadas partes de China. Son omnipresentes en las ciudades estadounidenses y están bajo la lupa del Departamento de Justicia. Los líderes de las asociaciones suelen movilizar a los votantes antes de las elecciones en Estados Unidos y tienen vínculos con funcionarios locales. Algunos organizan actividades políticas, como concentraciones en apoyo de Xi Jinping o protestas contra visitas de funcionarios taiwaneses. TODO ESTO ES LEGAL, siempreque los organizadores actúen de forma independiente. Pero la línea que separa la acción voluntaria del trabajo de agente es difusa. Muchos chinos en el extranjero apoyan al Partido Comunista (PCCh) o, al menos, están dispuestos a ayudarle porque tienen negocios o familia en su país. Solo cuando reciben financiación encubierta, instrucciones o supervisión de funcionarios chinos cruzan la línea para convertirse en agentes extranjeros.
En 2022, el FBI detuvo al director de una asociación de oriundos de Shandong, no por sus frecuentes viajes a China y su amistad con funcionarios chinos, sino porque sospechaban que colaboraba con la policía china para repatriar por. EE.UU. está a la caza de estos agentes no tradicionales.
Pero sus esfuerzos corren el riesgo de volverse en su contra. { THE ECONOMIST | Ojos en todas partes } LINDA SUN trabajaba para la gobernadora de Nueva York cuando fue acusada de ser “agente no declarado