Servicio Nacional Forestal: desafios pendientes
Servicio Nacional Forestal: desafios pendientes ColumnaCarlos Esse Herrera, director del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible(11DS) Universidad Autónoma deChileE proyecto de ley que busca transformarlaactual Corpora-ción Nacional Forestal (Conaf) en el nuevo Servicio Nacio-nal Forestal (Sernafor) representa un paso importante hacia el fortalecimiento de la gestión forestal.
Sin embargo, considero fundamental reflexionar sobre las oportunidades y los desafios que este cambio institucional conlleva. ¿Asoma como una institucionalidad renovada y necesaria? Pareciera quesí, ya que es innegable que el modelo que ha sustentadoporañosa Conaf-una corporación de derecho privado que ejerce funciones públicasenfrenta limitaciones y desafíos significativos. La falta de recursos y atribuciones ha sido un obstáculo recurrente paraabordar problemas urgentes, como la crecienteincideny degradación del bosquenativo. Es por ciadeincendios forestales ello que lacreación de unorganismo público descentralizado y con las bases para una gesmayores herramientas técnicas puede sentar tión más eficiente y moderna del patrimonio forestal. El Semafor tiene el potencial de convertirseen un pilar clave paraimpulsar la reforestación, fomentar el manejo sostenible de los recursos y fortalecer! a industria forestal.
Además, la posibilidad de articularse con políticas de incidencia global y conlas demandasterritoriales de las comunidades locales es una oportunidad que no puedeser desaprovechada. ¿Existen riesgos? Más que riesgos, pareciera que el diseño actual del proyecto de ley plantea desafios importantes. Una críticaválida planteada por el Colegio de Ingenieros Forestales (CIFAG)es que el Sernafor parece centrarse únicamente en el fomento forestaly la prevención deincendios, relegando a un segundo plano las funciones de conservación dela biodiversidad. Esto es particularmente preocupante en un país como Chile, cuya riqueza en bosquesnativos constituye un recurso invaluable para la mitigación del cambio climático, regulación hídrica y conservación de especies endémicas.
Además, pareciera de toda lógica plantear la necesidad de una coordinaciónefectiva entre el Sernafor y otras instituciones ambientales, comoel Ministerio del Medio Ambiente yel futuro Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP). La fragmentación institucional podría diluir los esfuerzos de conservación y generar conflictosde competencia, en lugar de promover una acción coherente y sinérgica. Pese ala incertidumbre, la creación del Sernafor debe ser entendida como una oportunidad para redefinir el modelo de desarrollo forestal del país. Sin embargo, para quesea realmente transformadora, es imprescindible garantizar que este nuevo organismo integre ensu misión principios de sostenibilidad y protección delos ecosistemas.
Esto incluye dotar al Sernafor de atribuciones claras en conservación, promover una gestión transparente y participativa, y asegurar que el enfoque en productividad no se haga en detrimento de losrecursos naturales y los derechos delas comunidades..