El periodista que definió la identidad de La Discusión
El periodista que definió la identidad de La Discusión Durante 40 años condujo al principal medio de comunicación de Ñuble por el sendero de un periodismo al servicio de la gente, que asume su rol en los procesos sociales, interpelando a los diversos actores para llegar a la verdad, D esde su natal Minas del Prado, en Coihueco, Alfonso Lagos Villar llegó a Chillán para hacer historia. Sin títulos académicos, pero con una profunda vocación y olfato periodístico, hizo escuela en las calles, barrios y rincones de Ñuble, liderando por cuatro décadas el diario La Discusión. Bajo su conducción, el medio se convirtió no solo en referente de la prensa regional, sino en un agente activo en el desarrollo de la ciudad y sus comunidades. Lagos asumió la dirección del diario en 1936, en medio de una severa crisis económica. Reorganizó la estructura, profesionalizó sus procesos e incorporó innovaciones tecnológicas clave, como la suscripción a los servicios de la United Press y una rotativa tipográfica. Su impulso no se detuvo ni siquiera tras el terremoto de 1939, que devastó Chillán. No solo reconstruyó el diario, sino que lo convirtió en portavoz del proceso de recuperación de la ciudad. Así surgió la nueva sede en El Roble con 18 de Septiembre, diseñada por Hernán Larraín Errázuriz, donde aún funciona el medio. El impacto de Alfonso Lagos en la prensa regional fue tan profundo como duradero.
Formador de generaciones, su escuela no estaba en salas de clases, sino en la calle. "Antes no se reporteaba por teléfono", recordaba la periodista Patricia Orellana. "Don Alfonso te hacía caminar, recorrer, conocer cada rincón y a su gente". Su rigurosidad era ley: cada error en el diario era revisado a pulso y corregido con minuciosidad, incluso de madrugada. Ganador del Premio Nacional de Periodismo en Redacción en 1961, Lagos no solo elevó los estándares editoriales de La Discusión, sino que resguardó su independencia con firmeza. Nunca utilizó el diario para fines personales ni permitió presiones externas. "Aquí se pueden decir todas las cosas, pero con respeto", decía. Esa defensa de la libertad informativa lo convirtió en una institución dentro de otra institución. A su legado periodístico sumó la creación de una radio, una imprenta y una cooperativa. Pero más allá de lo tangible, dejó un principio: que el periodismo regional puede ser una herramienta transformadora, un puente entre las necesidades sociales y el desarrollo urbano y cultural. Alfonso lAgos villAr recibió el Premio Nacional de Periodismo, después de hacer escuela en La Discusión. Salió con sus reporteros a recorrer los barrios de Chillán y Ñuble, a conocer a su gente, generando identidad entre la ciudad y el diario. Además, promovió el desarrollo de la urbe desde las mismas páginas, interpelando a las autoridades tras el terremoto de 1939.1961.