Editorial: Delincuencia en la región
Editorial: Delincuencia en la región La delincuencia en la Región de Coquimbo ya no tiene límites geográficos ni patrones definidos. Lo que antes parecía un fenómeno concentrado en los grandes centros urbanos, hoy también se extiende con fuerza en comunas rurales, tomando formas distintas, pero con la misma gravedad.
Mientras en las ciudades se multiplican los asaltos, los robos, la violencia callejera y el tráfico de drogas, en el mundo rural se convive con el temor constante al robo de ganado, el saqueo de huertos y la presencia silenciosa del narcotráfico. A pesar del esfuerzo de las autoridades locales, hay un consenso claro: ninguna medida ha sido suficiente. El problema no está solo en la falta de recursos o infraestructura, sino en la ausencia de una política pública continua, integral y descentralizada que permita actuar con eficacia en cada rincón del territorio. En las zonas rurales, por ejemplo, los problemas se agudizan por la precariedad de la iluminación pública, las largas distancias que separan a los vecinos y la complejidad geográfica. A eso se suman los riesgos asociados al narcotráfico, que se manifiesta de forma más silenciosa pero igual de peligrosa que en las grandes ciudades.
Los ediles señalan que algunas comunas reciben fondos para seguridad cada año, otras deben esperar turnos que se extiendan por más de 12 meses, como si la delincuencia respetara plazos administrativos.. Mientras en las ciudades se multiplican los robos y el tráfico de drogas, en el mundo rural se convive con el temor constante al robo de ganado, el saqueo de huertos y la presencia silenciosa del narcotráfico.