"EN URUGUAY LA SANGRE NO LLEGA AL RÍO"
"EN URUGUAY LA SANGRE NO LLEGA AL RÍO" Luis Lacalle Pou, Presidente de Uruguay. --Es que la sangre no llega al río en Uruguay. --En el resto de América Latina, lo que está caracterizando a la política es la polarización, la división. ¿Por qué en Uruguay es distinto? --Estoy convencido de que es por la fortaleza de los partidos políticos. Somos sujetos de crítica y de desconfianza, y a veces con razón, pero nadie en Uruguay discute la existencia de los partidos políticos. Y tenemos los partidos políticos más viejos del mundo, después del partido conservador inglés. Y la existencia de esos partidos políticos, ¿qué hace? Que de alguna manera las presiones sociales, las tensiones sociales, terminan canalizándose por ahí. Y hasta los outsiders se convierten rápidamente en insiders. O sea, entienden que la manera de incidir es compitiendo en una elección, ganando escaños en la Cámara de Diputados, siendo senador, llegando al gobierno, participando de una coalición.
Y eso está muy impregnado en el ser nacional. "No te digo que no se corra riesgo, porque en el mundo de la comunicación, de las redes sociales, donde recibimos estímulos gloVenezuela: "Desde el momento en que se dejan candidatos afuera, sin razón, sin justicia aparente todo hace pensar que no están muy dispuestos a hacer elecciones muy transparentes". "Una cosa son los organismos históricos y otra cosa son los clubes de amigos.
Generar una institucionalidad supranacional por afinidades políticas es un gravísimo error". "Yo no vine por el presidente Piñera, vine por Sebastián Piñera", dice el Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, consultado sobre la razón de su visita flash a Chile, entre el martes y la mañana del miércoles, invitado por el Grupo Libertad y Democracia y Faro UDD, para participar en un homenaje a la memoria del exmandatario.
Sentado en la cabecera de la gran mesa de la suite presidencial del Hotel Sheraton, habla con "El Mercurio" con la facilidad propia de un rioplatense, solo haciendo pausas para dar sorbos de su mate, que rellena de tanto en tanto.
Justo antes, había estado con él, en una breve reunión, Magdalena Piñera, para preparar su intervención en el acto. "Hay dos episodios de mi relación con él a los que me gustaría hacerte referencia, que para mí fueron bien significativos", dice. "La primera vez, cuando asume por segunda vez como Presidente, yo acababa de perder la elección, lo que había supuesto un golpe no solo político, sino que anímico. Y él se acordó de mí. Pese a que era un senador desconocido, me invitó a su cambio de mando". "Años después, en la pandemia, Chile avanza primero en la negociación por las vacunas y yo lo llamé. Me gustó mucho la generosidad con la cual me alertó y me guio. Después me dijo, `hasta acá puedo hablar', porque él estaba en una negociación que tenía cierta reserva. Fue generoso, pero con el deber ser de un gobernante. Luego, las primeras vacunas nos las trajo un avión chileno. Así que acá estoy, dando testimonio de agradecimiento personal a Sebastián Piñera", se explaya. Originalmente, Lacalle venía solo al homenaje.
Pero no quiso romper la costumbre y pidió una reunión con el Presidente Boric, con quien estuvo el martes en la mañana en una reunión que califica de "protocolar, con agenda abierta", pero de la que se niega a dar más detalles. Salvo uno: "Hablamos de que la regla para los presidentes tiene que ser acercarse y la excepción, alejarse. A veces vemos liderazgos muy importantes cuya práctica es alejarse y no acercarse. Hay una irresponsabilidad enorme en el ejercicio del poder. El poder, virtuosamente utilizado, es un factor de unión, no de división.
No está muy de moda lo que te estoy diciendo, pero yo celebro los liderazgos que, a pesar de las diferencias, unen". --Con Sebastián Piñera, ustedes compartían ideas políticas, desde la centroderecha. ¿Qué cree que pasa con ese sector hoy en América Latina? ¿ Están a la baja? ¿ O se están recuperando? --Yo no estoy tan seguro de que esa afirmación de que tuviéramos ideas parecidas sea cierta. No estoy negando coincidencias con el Presidente Piñera, que tengo. Pero cada país tiene su particularidad, entonces es muy difícil hablar de coincidencias. Capaz que sí podemos hablar de sensibilidades, pero no de coincidencias programáticas. "Y sobre el concepto de América Latina, a mí me cuesta mucho verlo como una unidad. Es muy difícil encasillar las democracias de cada país en grupos o en conjuntos. Te voy a poner un ejemplo: si pensás en Lula da Silva, si uno encasilla ideológicamente, no estamos en la misma sintonía. Pero hoy en la mañana me desperté con la noticia de un cumplimiento de tres compromisos que el Presidente Lula asumió conmigo. Entonces, qué difícil es categorizar o reagrupar según ideologías.
Más que por ideología, me gusta pensar en los que son leales al compromiso asumido con la gente". --Entonces, ¿usted se identifica más por tareas que por una ideología, una forma de ver la política? --Exacto. Aunque toda tarea tiene atrás una idea. A mí me preocupa que alguien gobierne sin ideas. Pero hoy, el concepto de ideología está muy apegado a lo refractario, lo divisorio. --Cambio entonces la pregunta.
Respecto de su sensibilidad política, ¿cómo la ve en general en el continente? Hoy por hoy, las oposiciones ganan, lo que hace difícil mantener los proyectos. --Primero, yo me alegro de que pueda ganar la oposición, siempre. Capaz que no en mi país, en esta elección, pero la alternancia en el poder es buena... Ahora, la alternancia en el poder no tiene por qué significar el complejo refundacional. Y eso es una cosa que Uruguay sostiene, por suerte. Se construyen algunas cosas, pero se construye sobre un mismo cimiento.
Algunas cosas se cambian y no generan procesos muy traumáticos. --Sin embargo, ahora hay discusiones por la reforma previsional... --Estamos ante una dificultad, que es un recurso presentado por la central sindical contra la reforma de la seguridad social que tanto costó, y que nosotros llevamos adelante. Ahí sí hay una amenaza de destruir lo que creo, que con coraje político y entendiendo la realidad del sistema previsional, llevó adelante la coalición de gobierno. Hay esos quiebres.
Pero, básicamente, Uruguay es una continuidad histórica en muchas cosas. "URUGUAY SE TIENE FE PARA JUGAR EN CANCHA GRANDE" --Uruguay es considerada hoy la democracia más estable de América Latina. ¿Por qué? ¿ Cuál es la fórmula? bales y opiniones globales, a veces hay movimientos que cobran mucha fuerza que son destructivos de este proceso. Entonces, la capacidad de absorción de eso que pueda tener la dirigencia política también es muy importante. No hay que cerrar las puertas a esos movimientos, a esas voces de afuera.
El contacto del sistema político con lo que está pasando es fundamental para esa existencia". --Con el prestigio que tiene, ¿no le gustaría a Uruguay tener un rol más protagónico en el mundo, un rol de liderazgo? --A mí el concepto de liderazgo internacional no me cabe ni me gusta. A mí lo que me cabe y me gusta es abrir las puertas del mundo lo mayor posible, para que Uruguay se pueda desarrollar. En un mundo cada vez más proteccionista, donde la OMC es más espectador que actor y donde los nacionalismos proteccionistas evitan el libre comercio, Uruguay se trata de mover en todos lados. Y, como verás, no es en contra de nadie, es a favor nuestro.
Si todo el mundo estuviera dispuesto a proteger, que es distinto al proteccionismo, a cuidar, que no es proteccionismo tampoco, viviríamos en un mundo mucho más abierto, y ese es el mundo en el que Uruguay gana. Dicho eso, Uruguay se tiene fe para jugar en cancha grande y en primera. De hecho, lo ha demostrado. Si le dan la posibilidad de demostrarse en el mundo a Uruguay, le va bien. --¿ Y Uruguay conversa con todos, con Estados Unidos y China, de forma igual? --Por supuesto. Hablamos con China y Estados Unidos, por supuesto. No creemos en la política de los antagonismos necesarios. Y aparte, entre China y Estados Unidos se sientan, negocian y acuerdan.
Quieren obligar a los chiquitos a que se peleen mientras ellos acuerdan. --Y en esta línea, ¿el Mercosur no es muy proteccionista para los objetivos de Uruguay? --El Mercosur es la quinta región más proteccionista del mundo.
Está Brasil, que es un continente, y Argentina, más o menos igual. --Milei ha dicho que para Argentina el Mercosur funciona solo si es más abierto. ¿Usted piensa lo mismo? --Bueno, yo vengo llevando el cántaro a la fuente hace cuatro años y medio sobre eso, y todavía no se ha roto. Y lo vamos a seguir llevando. Pero he tenido poco poder de convicción con mis socios del Mercosur. Aparentemente, en su momento, Bolsonaro era más proclive a abrirse y Argentina no. Ahora es al revés. Pero el Mercosur se mueve por consenso, no por mayorías. --Y con Chile, ¿cuáles son los ejes de relación? --Tenemos economías complementarias con Chile. Hay que mirar el globo terráqueo y darse vuelta hacia el frente del Pacífico. Yo sé que Brasil, Paraguay, necesitan salir al mar y están hablando con Chile sobre interconexión entre los dos océanos.
Ahí hay mucha cosa para trabajar. "MADURO SE CERRÓ TODAS LAS PUERTAS DE SALIDA" --Pronto vienen las elecciones en Venezuela. ¿Cómo debiera mirar América Latina ese proceso? --Es muy difícil, porque bajo el principio de no intervención hay una cornisa muy fina por la cual caminar. Pero ya desde el momento en que se dejan candidatos afuera, sin razón, sin justicia aparente y desde que se rechazan observadores, todo hace pensar que no están muy dispuestos a hacer elecciones muy transparentes. Yo creo que los gobiernos autoritarios básicamente tienen miedo. Miedo de irse del poder, que debería ser lo natural, y corren para adelante y atropellan lo que sea, porque se cierran ellos mismos todas las puertas de salida. Maduro se cerró todas las puertas de salida. --Para usted, ¿Venezuela es una dictadura? --Sí, claro.
Si tiene cuatro patas, ladra y Para el mandatario, que estuvo en el país por el homenaje al expresidente Piñera, la razón que explica la estabilidad de la democracia de su país es "la fortaleza de los partidos políticos", pues "las presiones terminan canalizándose por ahí". Además, se muestra interesado en salir al océano Pacífico a través de puertos chilenos. MATÍAS BAKIT R.
HÉCTOR FLORES S. "EN URUGUAY LA SANGRE NO LLEGA AL RÍO" PRESIDENTE LUIS LACALLE POU:. "EN URUGUAY LA SANGRE NO LLEGA AL RÍO" "EN URUGUAY LA SANGRE NO LLEGA AL RÍO" mueve la cola, es un perro. --Hubo un momento en que América Latina, a través del Grupo de Lima, estuvo tratando de buscar una solución para Venezuela. ¿Por qué no resultó? --Hubo dos o tres grupos y ninguno funcionó. Ha habido discursos, pero no acción concreta. Obviamente que la acción no es la intervención por la fuerza, pero la comunidad internacional debe hacerse presente, por ejemplo, como observadores en los procesos electorales. Ahora, si te cierran las fronteras y no te dejan entrar, es muy complejo.
Estas dictaduras mueren por asfixia, no por voluntad. --En esta línea, ¿qué piensa del funcionamiento de los organismos multilaterales? ¿ Han estado a la altura? --Una cosa son los organismos históricos y otra cosa son los clubes de amigos. Generar una institucionalidad supranacional por afinidades políticas es un gravísimo error, porque tú y yo no vamos a ir. Ya sabemos quién va a ir. Por eso yo no estuve ni en Unasur ni en Prosur. No es que no participe en los organismos donde no me gusta su ideología. No me gustan los organismos que se generan con base en la ideología. --Pero los organismos históricos, ¿no debieran mejorar también? --Yo soy hincha de los históricos, pero tienen que ser efectivos.
Si en las acciones de esos organismos pesa más el poderío económico o el poderío como país que el propio ordenamiento jurídico, estamos erosionando el derecho internacional, que es el derecho más endeble de todos, porque por lo general carece de poder coercitivo. Se sanciona al chico y no se puede sancionar al grande.
Entonces, ¿dónde está el elemento aglutinador del derecho cuando no es igual para todos? Cuando no hay un poder punitivo, sancionatorio, efectivo, es donde tienen que funcionar los acuerdos, el cumplimiento estricto de lo comprometido, y bueno, no está muy en auge eso. --Su principal vecino, Argentina, tiene a un Presidente Javier Milei que es un outsider. ¿Cómo es la relación con él? --Tenemos que despejar las particularidades personales de cada uno de los presidentes, del presidente argentino y de quien habla. Y tenemos que tratar de representar a nuestro pueblo de la mejor manera y cumplir lo que comprometimos. Así como con Lula nos fue muy bien, en estos pocos meses de gobierno nuevo en Argentina ya logramos dos cosas. Una, que es un game changer, que es algo que hace 15,20 años, se venía peleando, que era dragar el canal de acceso al puerto de Montevideo a 14 metros. Es un cambio sustancial. ¿Y qué cambió? Que vino un gobierno argentino que dijo: "No le pongamos la pata arriba. No tranquemos". Eso, en términos uruguayos, en términos de lo que a mí me importa, que es mi país, es un factor de desarrollo. "Pasa lo mismo con la política de cielos abiertos. Nosotros, la conectividad con Argentina, que era fundamental, la habíamos perdido. Bueno, ahora se firma la política de cielos abiertos hace pocos días. Eso para Uruguay es fundamental.
Entonces, yo creo que deberían de juzgar las relaciones entre los gobiernos por lo que consiguen para cada pueblo y no por que si hablan parecido o hablan distinto". "PENSAR EN COMPARTIMENTOS ESTANCOS ES MUY DIFÍCIL" --A propósito del Estado, usted ha dicho que quiere un Estado fuerte, pero no necesariamente más grande. ¿Qué tipo de Estado quiere? --Es que si no hay Estado fuerte, ¿para qué queremos un Estado? Creo en un Estado que se conoce como de bienestar, con las instituciones clásicas y un gran rol de la educación pública, que cada vez es más parte del núcleo estatal. Igual que la salud pública y de calidad.
Entonces, el Estado debe ser robusto y eficaz, porque si no es eficaz, no solo no cumple su rol, sino que complejiza la vida de un país. --Y en ese Estado fuerte, ¿cómo es la relación con el mercado? --Creo que, hoy, pensar en compartimentos estancos es muy difícil. Por lo general, la ausencia del Estado es sostenida por las élites, porque tienen salud privada, tienen colegio privado, tienen lindo techo y pueden pagarlo. Entonces, dicen, bueno, ¿para qué quiero más Estado? Pero luego, esas mismas élites, con todo derecho, piden subsidios, exoneraciones tributarias para proyectos. Entonces, ¿ahí no está el Estado también? El Estado educa, da seguridad, pero también participa en el mercado.
Y te voy a poner un ejemplo: en los acuerdos comerciales entre países, ¿no es el Estado incidiendo en el mercado directamente? Si yo pago un arancel en llevar productos a China o no pago, y eso depende del gobierno, ¿no estoy incidiendo como gobernante directamente? Estoy haciendo que el país gane más o menos plata. Entonces, ojo con esas miradas miopes. n "La alternancia en el poder es buena... pero no tiene por qué significar un complejo refundacional". Sin Asignar.