¿POR QUÉ EL CIELO ES MÁS OSCURO EN EL DESIERTO?
¿ POR QUÉ EL CIELO ES MÁS OSCURO EN EL DESIERTO? Foto: Galaxia espiral y amigos Crédito: Archivo del Legado Hubble, ESA, NASA NGC 1309, una hermosa galaxia espiral a unos 100 millones de años luz de distancia, se encuentra a orillas de la constelación del Rio (Eridanus). NGC1309 se extiende por unos 30.000 años luz, lo que la convierte en aproximadamente un tercio del tamaño de nuestra galaxia, la Via Láctea.
Se observan cúmulos azulados de estrellas jóvenes y bandas de polvo que trazan los brazos espirales de NGC 1309 mientras giran alrededor de una población de estrellas amarillentas más antiguas en su núcleo. uienes viven en grandes ciudades muchas lo por sobre nuestras cabezas. La sensación que produce ver miles de estrellas y nebulosas que nos rodean es sencillamente espectacular. Y aunque para nosotros parezca algo cotidiano, no ocurre lo mismo en el hemisferio norte. Esa diferencia hace aún más valioso al Desierto de Atacama, y refuerza nuestra misión de proteger sus cielos. Chile ya ha tomado algunas medidas para proteger sus clelos, en especial en zonas donde hay observatorios astronómicos. Pero cuidar el cielo no es tarea sólo de la comunidad cientifica. Todos podemos ayudar apagando lo que no veces olvidan como es el cielo de verdad.
Entre el alumbrado público, letreros, canchas deportivas, y edificios iluminados toda la noche, cuesta ver más de un puñado de estrellas, Pero basta alejarse un poco hacia el desierto para que el cielo cambie por completo. Es allá donde comienza el espectáculo, El norte de Chile no sólo tiene cielos despejados sino que también tiene cielos oscuros. Y eso es fundamental. La oscuridad no es falta de belleza, sino todo lo contrario. Es justamente en la oscuridad donde podemos ver más lejos, detectar objetos más tenues, y maravillamos con miles de estrellas cruzando de lado a lado. Pero esa oscuridad es cada vez más escasa. La contaminación lumínica esas luces mal dirigidas, mal diseñadas o simplemente innecesariasse expande con las ciudades, llegando incluso a lugares remotos. Si no hacemos nada, podríamos perder un patrimonio que parecia eterno: el cielo estrellado.
Ahora que se acerca el invierno, tendremos la oportunidad de ver nuestra galaxia, La Via Láctea, cruzando el cleusamos, eligiendo luces que apunten hacia abajo, usando luces blanco cálido, y apoyando las normas que resguarden la noche. El cielo no tiene fronteras, pero necesita guardianes. En el desierto, cuando se apagan las luces y se levanta la vista, uno entiende por qué vale la pena protegerlo. Porque allá arriba, entre el silencio y la sombra, está lo más brillante que tenemos. Juan Pablo Colque es coordinador de astroingeniería del Centro de Astronomia de la UL de Antofagasta, www.astro.uantof.cl Q. POR CHRISTIAN NITSCHELM