Gobierno en su recta final
Gobierno en su recta final Fernández y el jefe de asesores de La Moneda Miguel Crispi reflejan la fragilidad del gobierno de Gabriel Boricen su último año. El caso de Fernández, vinculado a la compra fallida de la casa de Salvador Allende, evidencia una falta de previsión política. A pesar de las advertencias sobre la inconstitucionalidad del acto, el Ejecutivo torpemente insistió en la compraventa hasta que la presión política obligó a frenarlo. Su salida busca evitar una acusación constitucional, pero confirma la tendencia del gobierno a reaccionar solo cuando el daño es irremediable. Por otro lado, la renuncia de Crispi golpea el núcleo político y personal de Boric. Su implicación en el caso Convenios y su negativa a responder preguntas en el Congreso sobre el caso Monsalve profundizaron la crisis de confianza en el oficialismo. Su salida, aunque inevitable, refuerza la percepción de un Ejecutivo debilitado e incapaz de sostener figuras clave. Estas renuncias llegan tarde. La ciudadanía esperaba un gobierno proactivo, pero la demora en tomar decisiones fortalece la imagen de una administración reactiva y sin una administración reactiva y sin control. Con la oposición capitalizando estos episodios, la gran incógnita es si el oficialismo podrá recomponer su imagen o si este último año confirmará el análisis de su proyecto político. La inexperiencia y falta de capacidad del gobierno se vuelven cada vez más evidentes, dejando en entredicho su habilidad para conducir el país. Jorge Astudillo Académico Facultad de Derecho U. Andrés Bello.