Autor: Claudio Elórtegui Gómez Doctor en Comunicación Director Escuela de Periodismo Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Columnas de Opinión: Cuenta Pública y envejecimiento
Columnas de Opinión: Cuenta Pública y envejecimiento 66 A oy es una jornada en la que la Cuenta Pública concentrará H llas miradas y los análisis habituales. Será la última de la actual presidencia, donde se defenderán logros y legados, como también surgirán las voces críticas a la administración de turno. La dinámica propia de un contexto electoral le dará, además, mayor intensidad a uno de los hitos de nuestra democracia. Pese a las naturales diferencias ideológicas entre las coaliciones y los contrapuntos quese plantearán, hay aspectos en los que debemos avanzar y que son percibidos por la ciudadanía en su cotidiano vivir, co'mo urgentes. Trascienden los colores políticos y se constituyen en dimensiones a trabajar de forma diligente, debido a los profundos cambios demográficos y culturales a los que asistimos. De hecho, los primeros resultados del Censo nos muestran un país distinto y en transformación, que evidencia realidades que son difíciles de obviar y por las que la política pública debe acelerar el paso. Los gobiernos que vendrán tienen que velar por una cohesión para la consecución de recursos, esfuerzos y voluntades necesarios para forjar el nuevo Chile.
En este sentido, los adultos mayores representan el grupo de mayor celeridad en el aumento de la población (14%), incluso, determinados especialistas estadísticos en demografía han señalado que la medición que ahora nos orienta, es el censo del envejecimiento del país. Alas personas grandes debemos asegurarles determinadas condiciones que son fundamentales para que Chile se proyecte consolidaridad. La mirada del futuro es laintegración real de los adultos mayores a una vida social, cultural y económica. Las prioridades deben ordenarse, de lo contrario el paÍs no tendrá destino ni identidad.
En las próximas décadas, Chile debe ponerse como meta quetodos en nuestra vejez tengamos a disposición una red de apoyos pú: blicos concretos, ciudades y transportes amigables, tecnologías dispuestas para hacernos funcionales y espacios de bienestar imagi¡ nados más allá de las pensiones. Las cuentas públicas de las futuras presidencias de Chile tendrán que relatar durante largos minutos qué esperan materializar para el significativo número de personas que seremos adultos mayores. Hace algunos días, la sociedad chilena despidió a Gastón Soublette, Premio Nacional de Humanidades. El año pasat co del seminario “Vejez, envejecimiento y comunica fío urgente”, organizado por la Escuela de Periodismo de la PUCV, pudimos compartir con este notable hombre.
Le solicitamos dictara una ponencia que tituló “Cómo asumir y cómo vivir una vejez digna”. Asus 97 años, el filósofo y musicólogo dejó a la audiencia admirada por la calidad de su presentación, el orden de susideas y los fuertes principios que guiaban sus reflexiones. Desde la humildad de los sabios, en una hora planteó una filosofía de la vejez, en la que profundizó qué podría entenderse por una persona anciana y la real perspectiva de esta etapa.
Aquella en la que va cesando la parte activa, el soporte vital, pero va surgiendo un periodo de reconsideración de lo vivido de gran riqueza para las comunidades, señalaba Soublette.. Poreso, comentaba el Premio Nacional, no se puede definir ala vejezcomo una enfermedad y aunque nuestrasfformas de vida industrializadas extinguieron una cultura del respeto y reconocimiento a los adultos mayores, no podemos hacerlos sentir como inservibles.
De allí que nos invitaba a volcarnos a la parte espiritual, a desarrollarla, pues lo corporal y lo mental van mermando, pero las virtudes y la sabiduría que habitan en el espíritu, nos hacen despojarnos del ego, que es lo que verdaderamente produce la soledad en las personas, independiente de que sean adultos mayores. “El ego es el que sesiente solo, el espíritu nunca se siente solo”, añadía Soublette. Quelas cuentas públicas escuchen más a nuestros sabios ancianos y operativicen uno de los aspectos estratégicos que tendremos que integrar rápidamente: una sociedad envejecida.
Y que esto suene como una característica virtuosa y llena de orgullo para el nuead vo Chile que seremos. las personas grandes debemos asegurarles determinadas condiciones que son fundamentales para que Chile se proyecte con solidaridad. La mirada del futuro es la integración real de los adultos mayores a una vida social, cultural y económica. Las prioridades deben ordenarse, de lo contrario el país no tendrá destino ni identidad”..