Lula pierde influencia internacional y se hunde en los sondeos
Lula pierde influencia internacional y se hunde en los sondeos E l Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no es el mismo de inicios de siglo XXI. No es el mismo que ganó la sede de los Juegos Olímpicos de Río 2010 y el Mundial de Fútbol de 2014. No es el mismo que luchaba por incluir a su país en el Consejo de Seguridad de la ONU y tampoco el Mandatario más popular de la región. Y no es el mismo que era escuchado en instancias internacionales. En su tercer mandato, y a diferencia de sus dos primeros entre 2003 y 2010, la influencia internacional del líder brasileño ha mermado y sus índices de aprobación entre los brasileños también.
Una nueva encuesta de la empresa Datafolha, una de las con más prestigio del gigante sudamericano, reveló el 40% desaprueba a Lula, frente al 28% que lo aprueba --manteniéndose, en cuanto a la calificación de "malo" o "pésimo", en el peor nivel registrado en sus tres mandatos. Sin embargo, el sondeo además revela algo preocupante y que pocas veces se consulta. Según Datafolha, el líder del Partido de los Trabajadores genera vergüenza en el 56% de los brasileños, frente a un 40% que afirma sentir orgullo. Números que marcan un significativo deterioro en comparación con sus primeros dos mandatos cuando su gobierno implementó programas sociales como Bolsa Familia y un boom económico impulsado por las exportaciones de commodities. Ahora, en su tercer mandato, el presidente enfrenta un clima de desconfianza generalizada, una alta polarización, con una economía estancada y tensiones con el Congreso y el Poder Judicial. Interpelado En los próximos días se desarrollará en Brasil la cumbre de los países de los BRICS.
Sin embargo la ya informada inasistencia del Presidente de China, Xi Jinping, el invitado estrella, cayó como un balde de agua fría en la cancillería brasileña: será la primera vez que el líder del gigante asiático no asistirá a una reunión de este foro de cooperación multilateral. Lula fue también el único líder de una gran democracia que asistió a las conmemoraciones en Moscú del fin de la Segunda Guerra Mundial a principios de mayo pasado. El brasileño tenía en mente aprovechar ese viaje para intentar convencer a Vladimir Putin de que Brasil debía mediar para poner fin a la guerra en Ucrania. Ni el Presidente ruso ni nadie más lo escuchó.
Y a principios de junio, Lula llegó a París para intentar convencer al Presidente de Francia, Emmanuel Macron, que "abra su corazón" y acepte el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, firmado en diciembre de 2024. Sin embargo el "operativo seducción" se encontró de inmediato con un portazo. Macron, sin pelos en la lengua, le reprochó a Lula su postura en la guerra de Ucrania. "Hay un agresor, es Rusia. Hay un agredido, que es Ucrania. Todos queremos la paz, pero no puede tratarse a los dos beligerantes de forma equidistante", le dijo el presidente francés criticando la postura internacional de Brasil. En ese sentido, según publicó esta semana la influyente revista británica The Economist, Lula ha perdido influencia entre las potencias occidentales.
Su amistad con China, Rusia e Irán, todos ellos miembros de los BRICS, "está haciendo que Brasil parezca cada vez más hostil a Occidente", asegura la publicación. "Cuanto más China transforme a los BRICS en un instrumento de su política exterior, y cuanto más los utilice Rusia para legitimar su guerra en Ucrania, más difícil será para Brasil seguir afirmando que no está alineado", afirmó Matias Spektor, de la Fundación Getulio Vargas. "El papel de Brasil en el corazón de un BRICS expandido y dominado por un gobierno más autoritario forma parte de la política exterior cada vez más incoherente de Lula. No ha hecho ningún esfuerzo por forjar lazos con Estados Unidos desde que Donald Trump asumió el cargo en enero. No hay constancia de que ambos se hayan reunido en persona, lo que convierte a Brasil en la mayor economía cuyo líder no ha estrechado la mano del presidente estadounidense. En cambio, Lula corteja a China. Se ha reunido con Xi Jinping, presidente de China, dos veces en el último año", agregó The Economist.
En ese sentido, y según afirmó un diplomático brasileño "estamos en un momento de contención de daños, más que de creación de nuevos instrumentos". Incómodo rol de la primera dama A los problemas de popularidad y de influencia internacional, a Lula se le suma la creciente incomodidad que está generando la primera dama brasileña, Rosângela da Silva --conocida como Janja-y su injerencia en temas políticos y diplomáticos.
En mayo, cuando Lula celebraba acuerdos millonarios con empresarios brasileños y su homólogo chino, Xi Jinping, y sin estar previsto que hable, Janja levantó la mano y le advirtió al Presidente chino sobre el supuesto sesgo del algoritmo de TikTok, alegando que la red favorece contenidos de derecha. Quedaron todos en shock. Como recopila el sitio Infobae, Janja además ha intervenido otros temas sensibles.
Se ha pronunciado públicamente contra Elon Musk, se refirió de forma despectiva al suicidio de un simpatizante del expresidente Jair Bolsonaro, y ha sido señalada como influyente en decisiones sobre el uso de las Fuerzas Armadas durante los disturbios del 8 de enero de 2023 en Brasilia. "Parece que Brasil es gobernado por una pareja", afirmó Beatriz Rey, politóloga y académica de la Universidad de Lisboa al sitio. "Cuando (la primera dama) dice que no habrá protocolos para silenciarla, está deslegitimando nuestras instituciones democráticas. No tiene un cargo electo ni funciones de gobierno. No se trata de género ni feminismo, se trata de una interferencia indebida". Todo esto ha generado incomodidad entre el círculo diplomático y funcionarios del mismo gobierno. En el mismo sondeo de Datafolha el 36?% de los brasileños cree que la actuación de Janja perjudica al gobierno, mientras que solo el 14?% considera que ayuda. Sin embargo la primera dama se defiende. "No voy a cenas solo para acompañar. Sé muy bien cuáles son mis límites", dijo en un podcast del diario Folha de Sao Paulo. Lula pierde influencia internacional y se hunde en los sondeos La revista The Economist asegura que el líder brasileño ha perdido influencia entre las potencias occidentales mientras se acerca a China, Rusia e Irán. CRÉDITO: PAMELA PÉREZ Pablo Rodillo M. En problemas.