El crimen avanza al descampado: Recrudecen los robos en el desierto de Atacama
El crimen avanza al descampado: Recrudecen los robos en el desierto de Atacama Los delincuentes entran a las instalaciones de las empresas en lugares remotos y roban cables de cobre, paneles solares, camionetas, combustibles y hasta cercos. ENEL E n plena madrugada, cubiertos por el silencio del desierto y lejos de toda señal telefónica, un grupo de individuos se desliza por debajo de una reja con la calma de las dunas. Tras unos minutos, huyen por el mismo lugar, pero esta vez cargando bultos. La escena, captada por una cámara de Enel, retrata una tendencia alarmante: el crimen organizado avanza sobre miles de kilómetros de arena. En el norte de Chile aún domina el robo de cables, pero en el último tiempo los delincuentes han diversificado sus crímenes. En ocasiones desmontan torres de alta tensión, en busca del acero. Otro botín corresponde a esos paneles solares que en los últimos años han poblado sectores del desierto de Atacama donde antes solo brillaban las rocas.
En Enel lo han experimentado y, además, grabado con sus cámaras. "Cables de cobre, paneles solares, camiones y camionetas son los principales objetivos de estos grupos organizados que han incrementado sus delitos", dice Andrés Pinto, responsable de Seguridad de Enel.
Solo esta empresa ha debido desembolsar entre 2023 y lo que va de este año US$ 3,8 millones por reparaciones derivadas de estos delitos. "Durante los últimos dos años varias de nuestras operaciones, ubicadas en sectores apartados, han sufrido diversos delitos, la mayoría de ellos vinculados a robo de materiales. Esto se explica dado que bandas criminales actúan amparadas en la escasa presencia policial que se da en instalaciones que se emplazan en zonas desérticas o lejanas de enclaves urbanos", indica Pinto. Preocupación generalizada La alerta se repite entre las empresas que tienen presencia en el norte de Chile.
En el rubro de la transmisión de energía, el gremio Transmisoras indica que en el primer trimestre del año han cuantificado daños por US$ 1 millón, equivalente a alrededor del 60% de lo que perdieron por robos en 2024.
Las compañías transmisoras que operan en el norte del país afirman que los delitos están asociados a robos de perfiles de torres, paneles solares, dispositivos de monitoreo de corriente de las líneas de transmisión (llamados power donut) y de conductores de aluminio. "El robo de cables de cobre tal vez sea lo más conocido, pero también vemos sustracción de cualquier elemento que pueda ser reducido en el mercado informal", señala Alfie Ulloa, presidente ejecutivo de ChileTelcos, asociación de empresas de telecomunicaciones. "Se roban generadores de respaldo y el combustible, baterías, paneles solares, tableros eléctricos, o bien las obras civiles de las torres, los cercos, y demás", asegura. La violencia Las empresas muestran preocupación por la escalada en la violencia con la que los delincuentes actúan en estos robos.
Los gremios de empresas mineras afirman que delincuentes armados han entrado directamente a las faenas para sustraer cátodos de cobre. "Nuestros trabajadores están permanentemente expuestos a una delincuencia que se ha tornado más violenta y que no trepida en usar armas de fuego en la comisión de sus delitos.
Cuesta comprender que tras tantos hechos denunciados formalmente a las autoridades pertinentes no contemos con medidas preventivas efectivas ante una inquietante ola de asaltos que todos los días pone en riesgo a las personas", comenta Pinto. En el caso de la transmisión, un robo a la subestación Mejillones, en la Región de Antofagasta, terminó con cinco personas maniatadas en el centro de operaciones. El impacto Los robos no solo afectan a las empresas, sino que también a los ciudadanos. En la madrugada del domingo pasado se derribaron 26 postes de tendido eléctrico en la Región de Tarapacá para poder sustraer los cables.
El robo dejó sin suministro eléctrico a los vecinos de Pisagua. "Hay costos asociados a una inspección más frecuente de las redes, los trabajos para reponer el servicio y mantener las redes, fruto de los daños que producen los delincuentes; pero lejos lo más relevante es el impacto en nuestros clientes", dice Ulloa. Las bandas El fenómeno ha obligado a un nuevo enfoque en seguridad.
En marzo de este año, la Fiscalía Regional de Antofagasta designó a un fiscal especializado del Sistema de Análisis y Focos Investigativos para indagar los robos que han afectado a la red de distribución eléctrica de la región.
Consultados por "El Mercurio", desde la Fiscalía de Antofagasta indican que "las bandas que se dedican a la sustracción de cables de cobre desde redes de distribución de energía operan con altos niveles de organización, por cuanto se trata de delitos que, normalmente, se cometen en pleno desierto, durante la noche y en zonas donde no existe comunicación celular". Dadas estas condiciones, concluyen que tales delitos requieren coordinaciones previas, conocimiento de las redes, recursos, para comunicarse, etc. "Normalmente el material sustraído es escondido en el mismo desierto (muchas veces enterrado) para evitar ser detectado en las horas posteriores a los robos, y días o semanas después es retirado, trasladado a otros lugares o regiones y finalmente reducido", comentan desde la Fiscalía de Antofagasta. En la Región de Antofagasta se ha formalizado a 29 imputados en 13 investigaciones por robo de cables de cobre. Solo en el primer trimestre de este año fueron formalizados seis imputados en otras dos causas de similares características, señalan.
Crimen organizado Los expertos coinciden en que el norte de Chile tiene condiciones ideales para el desarrollo de bandas de crimen organizado. "La oportunidad que tienen las bandas criminales se encuentra, frecuentemente, en la desprotección que tienen los recintos de producción, acopio y distribución de esta clase de recursos, a menudo aislados geográficamente, con una alta concentración de materiales de fácil reducción y conducción hacia mercados irregulares a través del contrabando, incluso transfronterizo", dice Kamel Cazor Aliste, director académico del Diplomado en Seguridad Pública y Ciudadana de la Universidad Católica del Norte. "Estos no son delitos de oportunidad, esto es súper planificado", comenta Pía Greene, investigadora del Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado de la Universidad de San Sebastián. Explica que a medida que se ha ido "acorralando" a las bandas en otros sectores, los delincuentes han buscado nuevos lugares donde poder cometer sus crímenes. Así, si se les detiene por robar cables, los criminales simplemente buscan otros materiales que poder sustraer.
Por eso, Greene destaca que las medidas deben estar orientadas a la raíz del crimen organizado. "No nos estamos focalizando en ir al origen de esto, que es la criminalidad organizada, y eso no lo vamos a hacer con mayores medidas de seguridad, lo vamos a hacer con inteligencia, lo vamos a hacer con mayor coordinación entre las instituciones", afirma.
Según Cazor, el nivel de sofisticación de las bandas delictivas que operan en el norte de Chile se ha ido incrementando, debido a un proceso de consolidación de la criminalidad organizada y ante "un retroceso de la institucionalidad estatal en ciertas zonas del país". "El retroceso del Estado de Derecho y la debilidad institucional, ya sea por falta de capacidades para hacer cumplir la ley o porque deliberadamente no se hace cumplir, son la oportunidad que necesitan estos grupos criminales", asegura.
El crimen avanza al descampado: Recrudecen los robos en el desierto de Atacama CATALINA MUÑOZ-KAPPES TELECOMUNICACIONES, ENERGÍA Y MINERAS HAN SIDO AFECTADAS Pese a que aún predomina el hurto de cables, los delincuentes han comenzado a sustraer paneles solares, acero de las torres de alta tensión, conductores de aluminio y hasta cercos. Las empresas también alertan por un alza en la violencia, y que trabajadores han sido intimidados con armas de fuego y maniatados. Las cámaras de Enel capturaron a una banda de delincuentes mientras atravesaban un cerco para robar.
ENEL `` Nuestros trabajadores están permanentemente expuestos a una delincuencia que se ha tornado más violenta y que no trepida en usar armas de fuego en la comisión de sus delitos".. ....................................................................................................................................................... ANDRÉS PINTO, RESPONSABLE DE SEGURIDAD DE ENEL `` El retroceso del Estado de Derecho y la debilidad institucional (... ) son la oportunidad que necesitan estos grupos criminales".. ....................................................................................................................................................... KAMEL CAZOR ALISTE, DIRECTOR ACADÉMICO DEL DIPLOMADO EN SEGURIDAD PÚBLICA Y CIUDADANA DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE LOS EXPERTOS ASEGURAN QUE ESTOS NO SON CRÍMENES DE OPORTUNIDAD, SINO QUE SON PLANIFICADOS. EL CRIMEN ORGANIZADO, CUANDO SE LE CIERRAN OPORTUNIDADES DE ROBO, BUSCA NUEVOS DELITOS, EXPLICAN..