Autor: Héctor Contador Santana,
Columnas de Opinión: Libertad de culto en Castro
Columnas de Opinión: Libertad de culto en Castro COLUMNALa Constituciónchilena garantiza la libertaddeconciencia y el ejerciciolibre de todos los cultos, siempre queno se opongan ala moral, las buenas costumbres oel orden público. Estederecho, consagrado en el artículo 19, asegura quecada individuo pueda practicar su fe sin ser discriminado. Sin embargo, en ciudades con profundas raíces religiosas como Castro, enel Archipiélago, la coexistencia entre diferentes confesiones puede generar tensiones cuando dos libertades de culto seencuentran frentea frente. Chiloé, conocido por su patrimonio cultural y arquitectónico, hasido un bastión del catolicismo desde la llegada de las congregaciones mercedarias, jesuitas y franciscanas en el siglo XVII. Estas órdenes nosolo trajeron la fe cristiana, sino que también dejaron un legadoarquitectónico que ha perduradoen el tiempo: las famosas iglesias de madera. Dieciséis deestas iglesias fueron declaradas Patrimonio dela Humanidad por la Unesco, reconociendo su valor no solo como monumentosreligiosos, sino también como testimonio del sincretismo entre la fe católica y las tradiciones locales chilotas. Castro cuenta con cuatrodeestas iglesias patrimoniales: Chelín, Nercón, Rilán y la emblemática Iglesia San Francisco, ubicadaen el sitio fundacional de la ciudad y que domina la plaza central. La plaza de Castro, como muchas en Chile, es un espacio de encuentro para la comunidad, con bancas, una pileta, bustos conmemorativos y un anfiteatro.
Sin embargo, en los últi mos años, ha surgido un fenómeno quereflejael cambio enla composición religiosa de la ciudad: la creciente presencia de grupos evangélicos o protestantes que utilizan la plaza par asus prédicas y alabanzas. Curiosamente, suelen congregarse enla esquina que da directamente hacia el templo San Francisco. Esmalestar entrealgunos te hecho ha generado miembros de la comunidad católica, especia+ mente cuandolas actividades evangélicas coinciden con ceremonias dentro de la iglesia, como misas, funerales ovisitas turísticas, interrumpiendo la tranquilidad de estos momentos. Lo que agravala situación es que, en algunas ocasiones, las predicaciones evangélicas indluyen fuertes críticas hacia el catolicismo, proclamando quesu fe es la única verdadera y denigrando las creencias y prácticas de los católicos.
Esto genera una pregunta funda-mental: ¿ cómoseconcilia el dere-bertad de los demás de practicarsu fesin interferencias? La Constitución chilena es dlaraen cuantoa los límites de este derecho: aunque se garantizalalibertad deculto, esta no puede ejercerse de manera que afecte los derechos deotros.
De hecho, la misma carta magna establece que“no puede invocarse una creenciareligiosa para suprimir restringiro afectar la igualdad consagrada en la Constitución y la ley”. Estosignifica que, aunque los evangélicos tienen derecho a manifestar su fe en espacios públicos, deben hacerlo con respeto hacia las demás creencias y sus lugares de culto. La plaza de Castro tiene otras tres esquinas y un anfiteatro que podrían ser utilizados para las actividades evangélicas sin generar conflictos con las ceremonias que tienen lugar enla San Francisco.
El hecho de que los grupos evangélicos se instalen justo frente ala iglesia católica, y en momentos de actividades religiosas, ha sido percibido como una falta de respeto hacia una tradición que es partefundamental dela identidad de Chiloé.. COLUMNA chola libertad de culto con el respetoa la li-