COLUMNAS DE OPINIÓN: Niños sin casa (ni cama)
COLUMNAS DE OPINIÓN: Niños sin casa (ni cama) ESPACIO ABIERTO Niños sin casa (ni cama) Ricardo Abuauad Decano Campus Creativo UNAB y profesor UC UNAB y profesor UC UNAB y profesor UC UNAB y profesor UC UNAB y profesor UC O Sus hijos viven cómodos, tienen espacio para jugar y estudiar, duermen en su propia cama? Cuando salen a jugar fuera de casa ¿ se encuentran con balaceras? ¿ Su familia paga un arriendo o dividendo que le permite solventar otros gastos sin desfinanciarse? Usted es, entonces, uno de esos privilegiados que puede decir que la infancia de sus hijos se desarrolla en un ambiente adecuado; la cantidad de compatriotas que no está en su situación es enorme. Eso es lo que dice un demoledor informe de la Fundación Coluga y Déficit O. Veamos. El 24% de nuestros niños habita viviendas cuyo arriendo o dividendo excede la capacidad de pago de sus hogares. Más de 84.000 niños viven en campamentos (46% más que en 2021) y el 18% de los menores de cinco años viven en hogares hacinados. El 8% de los niños pequeños no tiene espacio para jugar, y el 8% de los estudiantes de educación media no posee un área para estudiar.
El 47% de los niños vive en barrios con violencia crítica. ¡El 26% de los niños que van al parvulario carece de una cama para su uso exclusivo y debe compartirla con otras personas de su vivienda, y para lero medio el porcentaje es aún del 6%! Este es el escalofriante panorama de la niñez en nuestro país. Sin palabras. Las cifras son brutales.
Durante años hemos hablado de la crisis de vivienda como un problema de adultos, pero sin poner el foco en los que la sufren en silencio, esos niños que en unos años más serán la generación que tomará el relevo. Un artículo en Nature del 2024 demuestra la correlación entre pobres condiciones de vivienda y la salud de los recién nacidos y niños pequeños, con efectos en su futuro. Otros estudios hablan de su impacto en la continuidad y desempeño en el sistema escolar; en su salud mental; en su acceso a la cultura.
Un artículo de Harvard y otro de la OCDE ubican al barrio en el que se crece y la condición de la vivienda que se habita como uno de los mejores predictores del tipo de vida que un niño tendrá en su adultez; si eso es así (y hay pruebas que lo demuestran), el futuro se ve sombrío. La situación es más crítica aún si cruzamos estos datos con otros indicadores que ya conocíamos. Más de la mitad de los menores de siete años pasa largas horas pegado a pantallas. Los niños chilenos son los más obesos de Latinoamérica. En 2020 se publicó un estudio que indicaba que tenían la peor salud mental del mundo, y según la Defensoría de la Niñez, en 2024, esa situación había incluso empeorado desde entonces.
Nuestros niños están entre los más sedentarios del planeta, según el reporte de Matriz Global (éramos el país 53 de los 57 analizados en la cantidad de actividad física que realizaban). Obesos, mal alimentados, embobados con pantallas, vulnerables, sin casas ni cama, así están muchos de nuestros niños. Si no es el caso del suyo, dé gracias. Es hora de entender que la política habitacional también es política de niñez. Porque un país que tolera que sus niños crezcan sin casa y sin barrio, también tolera que crezcan sin futuro..