¿Cuáles son las proyecciones económicas del país para este año?
¿ Cuáles son las proyecciones económicas del país para este año? 5 EE Hermann González Y Clapes UC Una oportunidad para reimpulsar el crecimiento as proyecciones de crecimiento para este año no son alentadoras.
De acuerdo con la visión del consenso del mercado y de organismos internacionales, la economía chilena se expandirá nuevamente en torno a su potencial, es decir, cerca de 2%. Sialgo se puede destacar del escenario macroeconómico previsto para 2025 es, por un lado, que se espera que la inversión vuelva a crecer impulsada por el sector minero y, por otro lado, que se proyecta que la inflación baje en el segundo semestre del año, lo que daría espacios para nuevos recortes de tasas de interés. En el contexto internacional, el mundo crecerá menos que en 2024, con una desaceleración moderada en EE. UU. y China, nuestros principales socios comerciales. Ese es el escenario base, pero el balance de riesgos está marcadamente sesgado a la baja.
En efecto, un aumento de las tensiones geopolíticas, los eventuales cambios en la política comercial que impulse el gobierno de EE.UU., la posibilidad de una mayor persistencia inflacionaria y de un ajuste mayor de la economía china, podrían llevar a resultados menos favorables para la economía global. En elámbito interno, si la inflación fluctúa en torno a 5% el primer semestre como proyecta el Banco Central es difícil esperar nuevos recortes de tasas de interés en los primeros meses de este año. Y en el segundo semestre, los recortes de tasas serán sólo dos o tres en el escenario base. Gran parte de la tarea en materia de política monetaria está hecha.
Por otro lado, en el ámbito fiscal se requiere avanzar en un proceso de consolidación, lo que significa que, si el gobierno quiere cumplir las metas, debe mantener un crecimiento del gasto público que sea compatible con el crecimiento de los ingresos estructurales y el cumplimiento de los objetivos de ¿ Cuáles son las proyecciones económicas del país para este año? Ante un escenario de incertidumbre en el ámbito internacional que Gonzalo Martner Académico Facultad de Administración y Economía Usach Facultad de Administración y Economía Usach ¿ Qué nos depara el 2025? 12024 cerrará con un crecimiento de 2% y algo más, una mejoría respecto al estancamiento de 2023. El 2025 debiera ser más auspicioso, aunque en proporciones modestas.
El gobierno prevé un crecimiento de 2,7% y el Banco Central uno entre 1,7% y 2,5%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se inclina por un rango entre 2% y 2,5%. Se puede sostener un cierto optimismo dado que los efectos del sobreajuste de 2022 ya quedaron atrás. La tasa de interés de política monetaria es hoy de 5%, y no ya de 11,25% como en buena parte de 2023, y +7,5% al inicio de 2024. Esto permitirá un alivio del costo del crédito a las empresas y a las familias, permitiendo impulsos a la inversión, en especial si siguen bajando las tasas de los créditos hipotecarios, y al consumo.
Entre tanto, la política fiscal pasó desde la brutal caída del gasto del gobierno central de -23% en 2022, una de las mayores del mundo y equivalente aun 7% del PIB (programada por el gobierno saliente y no corregida por el entrante, en vez de un aterrizaje suave como la situación aconsejaba), a un aumento del gasto de 1,1% en 2023 y de 5,8% en 2024.
La política fiscal ha sido un factor de sostén de la actividad, la que de otro modo se hubiera mantenido en el estancamiento por la alta tasa de interés del Banco Central, aun al costo de un déficit presupuestario mayor al previsto este año.
Deberá seguir teniendo un rol en el año que empieza, aunque menos intenso dado un déficit previsto que pasará de cerca de 3,4% del PIB en 2024 (datos de noviembre a noviembre) a 2,6% del PIB en 2025, según la Ley de Presupuestos, con un aumento del gasto público de 2% respecto de la ley aprobada para 2024. Persiste, como es usual, una cierta incógnita respecbalance y deuda.
Una de las mayores contribuciones que puede hacer la política fiscal para enfrentarlos riesgos externos, es fortalecer su posición, lo que implica cerrar el déficit, estabilizar la deuda bajo el nivel prudente y recomponer los ahorros. Otra particularidad de este año es que tendremos elecciones presidenciales, lo que seguramente incidirá en el tono de la discusión y en la posibilidad de avance de reformas y proyectos de ley que se prioricen. Pero mirando el vaso medio lleno, un año electoral también abre oportunidades. Después de cuatro años, los gobiernos se desgastan y la sola expectativa de un cambio, especialmente cuando los resultados económicos no han sido buenos, puede mejorar el ánimo de los agentes.
Esta mejora en las expectativas es mássólida cuanto más se vislumbra que el cambio será mejor para el país en términos de los equipos que podrían llegar al gobierno y del programa que se busca implementar. Algo de esto lo vimos a fines de 2017 y durante la primera parte de 2018.
Con todo, la ventana que tendrá el próximo gobierno es corta y no se debe confundir una eventual recuperación transitoria asociada al mejor ambiente generado por el cambio de gobierno, con la necesidad de cambios estructurales que tiene el país. Por el contrario, se debe aprovechar ese buen momento para impulsar con fuerza los cambios que se consideren prioritarios para llevar a cabo una ambiciosa agenda procrecimiento.
Siendo así, este 2025 puede transformarse en un punto de inflexión para la economía chilena, que permita sentar las bases para dejar atrás años de letargo y mejorar el ánimo de un país golpeado por el pesimismo.
Ello requerirá mucho trabajo y un gobierno con auténtica vocación por el crecimiento. puede incidir en la actividad local, la que sigue enfrentando problemas con su mercado laboral -especialmente en relación a la informalidad y con la necesidad de mayor inversión, entre otros factores, los especialistas se refieren a lo que se puede esperar de las condiciones económicas del país en 2025. del país en 2025. ILUSTRACIÓN: RAFAEL EDWARDS to a la recaudación tributaria efectiva, especialmente en materia de impuestos al consumo y a la minería. En todo caso, permanecerá un rol estabilizador dela política fiscal y de estímulo de la actividad en ciertos márgenes en caso de complicaciones. Existe un rol de estabilizador "automático" del presupuesto: si cae la recaudación por una menor actividad y se mantiene el gasto, aumenta el déficit temporalmente, lo que reactiva la actividad. Estos elementos de política económica debieran permitir un año 2025 razonable en materia económica. El problema lo plantea el tercer componente de la demanda agregada, además del consumo (el principal) y la inversión, es decir las exportaciones netas de importaciones.
Estas no contribuyeron en 2021 y 2022 al crecimiento, pero en cambio lo hicieron en 2023 y 2024, aunque en este último caso algo menos por un mayor aumento de las importaciones que de las exportaciones.
Para 2025, se mantiene una incógnita: nadie sabe exactamente qué hará Trump con los aumentos de aranceles que ha prometido y de qué magnitud serán, ni qué dimensiones implicará una disputa comercial con China y Europa, además de con México y Canadá. No se sabe si estos factores desestabilizarán o no el comercio mundial, especialmente en el caso de una seguidilla de represalias.
Esto podría implicar menos demanda china por nuestros productos y nuevas olas de importaciones baratas desde China a mercados como el nuestro, lo que ya llevó al cierre de Huachipato y al fin de la producción de acero como la hemos conocido en Chile desde el siglo XX. En las actuales condiciones, es poco lo que podemos hacer cuando representamos el 0,25% dela población y el 0,35% de la producción en el mundo..