Realidad que plantea una serie de retos
Chile, al igual que muchos otros países, enfrenta un desafío demográfico significativo: el envejecimiento de su población. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el 2050 se proyecta que uno de cada cuatro chilenos será mayor de 60 años. Esta realidad plantea una serie deretos. El envejecimiento poblacional no solo es una cuestión de cifras: es un llamado urgente a repensar cómo la sociedad chilena se prepara para atender las necesidades de sus ciudadanos más longevos. Actualmente, muchas familias asumen el cuidado de sus mayores de manera informal, sin contar con el apoyo necesario o con acceso a servicios de calidad. Esta situación es insostenible a medida que la demanda aumenta y los recursos disponibles se mantienen limitados. El sistema de salud en Chile, aunque avanzado en muchos aspectos, aún enfrenta dificultades para brindar una atención integral y especializada a los adultos mayores. Las listas de espera, la falta de especialistas en geriatría y la carencia de programas de salud preventiva adaptados a esta población son parte de aquella ecuación. Además, la sociedad chilena debe enfrentar un desafío cultural: cambiar la percepción y el trato hacia los adultos mayores. Es fundamental fomentar una cultura de respeto, inclusión y valoración de la experiencia y sabiduría que detentan las personas mayores. Esto no solo implica mejorar la infraestructura y los servicios, sino también promover políticas que faciliten la participación activa de los adultos mayores en la sociedad, tanto en lo laboral como en lo social. En tal contexto, el envejecimiento de la población no es solo un desafío, es una oportunidad para redefinir las prioridades como país. Hacer del cuidado del adulto mayor una prioridad nacional no es solo un acto de justicia, sino también de solidaridad y responsabilidad. Implica un compromiso que asegure que los “años dorados” sean, efectivamente, una etapa de calidad y dignidad..