Autor: José Moris Ferrando
Columnas de Opinión: Educación para una mayor juventud de Aysén conciencia antidrogas entre la
Columnas de Opinión: Educación para una mayor juventud de Aysén conciencia antidrogas entre la Fiscal Regional Subrogante de Aysén Creo que la educación es una herramienta poderosa para transformar realidades. Y en la Fiscalía también intentamos aportar en un tema de suma relevancia para nuestra sociedad actual, como es el consumo y tráfico de drogas. Aysén no está ajeno a este fenómeno, lamentablemente.
Por lo mismo, desplegamos un programa de formación de monitores escolares antidrogas, porque si hay algo que no se puede postergar, es la transmisión de conocimiento en torno al riesgo del consumo y tráfico de drogas. Cinco colegios de nuestra ciudad aceptaron voluntariamente participar este año.
Se trata del Liceo Bicentenario Altos del Mackay, Mater Dei, Antoine de Saint Exupery, San Felipe Benicio y Victor Domingo Silva, quienes están añadiendo a la formación en el aula una educación que va más allá del currículo tradicional en esta materia.
Entregamos diversos conocimientos a las y los alumnos, en un contexto actual donde hemos constatado un significativo aumento en la cantidad de droga decomisada en lo que va del 2025, en relación a lo ocurrido el año pasado. Esto refleja una intensificación del trabajo investigativo y operativo en la zona por parte de las policias en coordinación con la Unidad de Drogas del Ministerio Público. El incremento es tan evidente que en la última década los decomisos por tráfico ilicito de sustancias estupefacientes se han multiplicado por 10 en la Región de Aysén y el microtráfico casi se ha triplicado.
Cifras de distintas instituciones nos muestran que, el primer semestre del año 2025, se decomisaron más de 81 kilos de distintas sustancias ilicitas, más del doble de lo incautado durante todo el año 2024, periodo en el que salieron de circulación 40 kilos de droga.
Se trata principalmente de clorhidrato de cocaína y marihuana elaborada, las cuales fueron decomisadas gracias al trabajo de la SIP y el OS-7 de Carabineros, la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de Coyhaique (BRIANCO) y el Modelo Territorial Cero (MTO) de Puerto Aysén de la PDI, personal de la Gobernación Maritima de Aysén, Aduanas y Gendarmería. En especifico, lo decomisado durante el año 2025 incluye más de 42 kilos de marihuana y más de 39 kilos de clorhidrato de cocaína. Por cierto, una realidad que preocupa. El trabajo de todas las instituciones ha posibilitado la incautación de distintas cantidades de cocaina base, ketamina, "tusi" o cocaina rosa, hongos alucinógenos, plantas de cannabis, vaporizadores contenedores de THC, unidades de éxtasis fármacos. Es decir, el problema de drogas en Aysén es una situación real y nuestros jóvenes necesitan estar en conocimiento, porque son un blanco permanente de los traficantes. Por lo mismo, a través del programa "Monitores Antidrogas" no solo se entregan contenidos teóricos sobre los tipos de drogas, sus efectos y la ley 20.000. Lo que tratamos de activar es finalmente la conciencia de cada estudiante. Se invita a los jóvenes a observar, a detectar señales de alerta.
Este año, las sesiones formativas van desde lo técnico -como las consecuencias psicomotoras del consumo, abordadas por un bioquimicohasta lo profundamente humano como el dolor que se esconde detrás de una adicción, expuesto con sentido de realidad por profesionales de la Comunidad Terapéutica de Coyhaique. Por lo mismo, creemos que se trata de una formación integral. Todo lo anterior en sesiones participativas, con espacio para preguntas, diálogo con fiscales, psicólogos, policías y profesionales de la salud. Es una muestra clara de que cuando el saber técnico se pone al servicio de la educación, se generan aprendizajes significativos. Los adolescentes formados como monitores antidrogas no solo reciben información, sino que son motivados a compartirla con sus pares, en presentaciones que ellos mismos preparan.
En un mundo actual donde las redes sociales difunden modelos peligrosos de éxito y pertenencia, donde existe una baja percepción de riesgo sobre el consumo de sustancias, ofrecer espacios para que los jóvenes reflexionen y ejerzan liderazgos positivos, es un compromiso ético con nuestra sociedad.
Formar jovenes informados no solo ayuda a evitar que caigan en el consumo de drogas y con ello arrastren a sus familias en este sufrimiento, sino que los convierte en agentes activos de cambio en sus propios círculos o comunidades. Opinión.