Columnas de Opinión: El agua como puente de regeneración de la agricultura y el territorio
Columnas de Opinión: El agua como puente de regeneración de la agricultura y el territorio Camila Aguirre Climate Solutions Manager de Kilimo Hemos dicho anteriormente que cuidar la tierra es sinónimo de cuidar el agua.
Esta idea, que podría sonar a eslogan, encierra una verdad profunda que está transformando la manera en que entendemos la agricultura en América Latina: hoy, ya no basta con hacer ajustes en la forma en que producimos. Necesitamos transformar los sistemas productivos desde adentro, restaurando su vínculo con los recursos naturales y las personas. Una gran parte de los alimentos que consumimos provienen directa o indirectamente de suelos agrícolas. Si éstos están degradados por erosión, uso intensivo o sequía, los cultivos tienen menor calidad y rendimiento, punto especialmente crítico en un contexto de crisis climática. Aquí es donde surge la agricultura regenerativa, entendida como una forma de producir alimentos que recupera suelos degradados, captura carbono y proporciona alimentos nutritivos y medios de vida justos. El agua es el articulador central de los procesos regenerativos, ya que su gestión eficiente activa la restauración de suelos, el fortalecimiento de cultivos y la promoción de la biodiversidad. Como consecuencia, los cultivos soportan mejor los periodos de estrés hídrico y cuentan con una capacidad de recuperación más rápida frente a los de agricultura convencional. Ahora, ¿Cómo llevamos esto a la práctica? Una de las mayores oportunidades de la agricultura regenerativa es fortalecer la relación entre agricultores, recursos naturales, comunidades consumidores. Trabajar especialmente con pequeños agricultores hace evidente el impacto en el acceso a herramientas para gestionar mejor el agua y en el fortalecimiento de las comunidades. Por eso, cada solución debe estar pensada para el contexto local, construida junto a quienes habitan cuidan ese lugar. La agricultura regenerativa puede experimentar cambios iniciales en el rendimiento mientras los sistemas se equilibran. Es como rehabilitar un ecosistema: los primeros pasos pueden mostrar variaciones productivas, pero el objetivo es un rendimiento superior y más duradero a largo plazo. Con el tiempo, estos sistemas no sólo igualan sino que superan la productividad convencional, creando círculos virtuosos. Y todo esto es posible medirlo y transformarlo en estrategias de resiliencia climática territorial que sirven tanto a las personas como a las empresas que deciden hacerse parte de esta gran misión. La agricultura regenerativa es mucho más que un concepto, es un avance concreto para mejorar la producción, fortalecer a las personas que la hacen posible y cuidar los recursos compartidos. Es una estrategia real que conecta eficiencia hídrica, resiliencia climática y redes comunitarias. Por eso creo que el futuro de los ecosistemas está enlazado con regenerar. Y eso significa, fundamentalmente, construir un futuro con agua disponible para todos. Opinión.