Autor: PALOMA DÍAZ ABÁSOLO
Los desafíos para sostener la producción de arroz en Chile
Los desafíos para sostener la producción de arroz en Chile Ramón Henríquez asesora a unos 300 p r o d u c t o r e s d e arroz unas 7 mil hectáreasen las comunas de Retiro y Parral, en la Región del Maule, la que concentra el 77% de la superficie nacional de este cereal. Henríquez reconoce que la caída del área cultivada en el país ha sido sostenida en la última década, debido principalmente a la falta de agua. Su diganóstico es categórico. “La superficie no puede seguir aumentando en el país porque no hay disponibilidad de agua.
La única manera de que pudiera crecer el arroz en Chile sería con la construcción de nuevos embalses Si se habilitaran los proyectos que hay en el río Blanco y el Punilla, podríamos llegar fácilmente a las 40 mil o 50 mil hectáreas”, asegura.
En las últimas tres temporadas, la superficie nacional de arroz se ha ubicado por primera vez bajo las 20 mil hectáreas, algo inédito para este cultivo que en la última década se situaba en torno a 25 mil hectáreas.
“A mediano plazo se proyecta un panorama estable a nivel de superficie y las posibilidades de crecimiento irán de la mano de nuevas inversiones en infraestructura de acumulación de agua para riego que permita habilitar nuevas superficies”, proyecta Felipe Valderrama, gerente agrícola de Tucapel.
La nueva realidad es producto de la falta de agua, a la que se se suman las plantaciones de frutales en antiguos suelos arroceros, como avellanos europeos y cerezos; al avance de las parcelas de agrado y la competencia con otros rubros con mayor rentabilidad, como los semilleros, el maíz y el tomate industrial. Pese al aumento paulatino de los rendimientos del cereal, que compensa parte de la caída en hectáreas, el cambio impacta negativamente en la disponibilidad de arroz nacional para la industria y los consumidores locales. Si en 2016 las importaciones representaban el 56% del total del arroz que demandan los chilenos, en 2022 llegó al 73%, según cifras de Odepa. Para esta temporada, el panorama no se ve mejor.
El primer estudio de intenciones de siembra para la campaña 2025-2026 que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) muestra que la superficie de arroz disminuiría 3,86% en relación con la última temporada, situándose en 18.417 hectáreas.
“A la fecha, la decisión de siembra estaría supeditada, en gran parte, a una estimación de menor disponibilidad hídrica y bajas expectativas de que se genere un alza en el precio internacional del arroz”, explica Andrea García, directora de Odepa. PRECIOS ALA BAJA Andrea García reconoce que los costos para producir una hectárea de arroz han disminuido en las dos últimas campañas. Dice que en la Región del Maule se registró una baja de 7% en la temporada 20232024 y de 2,8% en la última campaña, situándose en $1.456.508 por hectárea, sin considerar el arriendo de tierras.
Los agricultores explican que la baja de precios del cereal ha sido más significativa que la leve disminución de los costos y que los arriendos se han mantenido altos, por lo que no habría razones para que la superficie vuelva a repuntar.
D e s d e m e d i a d o s d e 2021 y hasta comienzos de 2024, los precios internacionales del arroz mostraron los niveles más altos de la última década, pero comenzaron a decaer hacia fines de ese año debido a una mayor oferta mundial.
“El ciclo contractivo de precios internacionales que se observa en el mercado del arroz se sustenta en un nuevo equilibrio de oferta y demanda, no solo explicado por decisiones comerciales, sino de políticas públicas de algunos países en el mercado internacional”, explica Walter Maldonado, analista del mercado de granos.
Agrega que el aumento de la oferta mundial se explica por el ingreso al mercado de stocks de arroz no comercializados durante la temporada pasada y una estimación de cosecha global mayor, a lo que se suma la decisión de India que es el mayor exportador de arroz de levantar sus restricciones a las exportaciones de este cereal. El panorama de precios más bajos también está acompañado de otros factores como el fortalecimiento del dólar, cambios en las políticas económicas de algunos países y una mayor volatilidad del mercado.
“Por ejemplo, en Argentina, que a la fecha ha abastecido el 41% del total de las importaciones realizadas en 2025 por Chile, se prevé una caída en la superficiede arroz para la temporada 2025-2026 de 13%, dado el ajuste en la rentabilidad del cultivo por la baja de precios y el incremento de algunos costos productivos”, dice Walter Maldonado.
El panorama internacional es clave para los productores, ya que el precio que fija la industria en donde los dos principales poderes compradores Tucapel y Carozzi está determinado por el Costo Alternativo de Importación (CAI) que publica semanalmente Odepa, y que durante la semana pasada se ubicó en $26.300 por quintal, un 6% más bajo que el registrado durante la época de cosecha de este. • Debido a la falta de agua, los precios bajos y la competencia con otros cultivos, la superficie de este cereal caería 4% en la temporada 2025-2026, para llegar a poco más de 18 mil hectáreas, siguiendo la tendencia de los últimos años. • Con nuevas variedades y sistemas de manejo, los investigadores, productores y la industria apuntan a mejorar los rendimientos y conquistar otras zonas productivas. Inia promueve el arroz climáticamente inteligente, que no requiere inundar los suelos. FRANCISCO JAVIER OLEA Inia promueve el arroz climáticamente inteligente, que no requiere inundar los suelos.
La única manera de que pudiera crecer el arroz en Chile sería con la construcción de nuevos embalses”. RAMÓN HENRÍQUEZ ASESOR “Jaspe tiene un rendimiento agronómico en línea con las variedades existentes... ” FERNANDO ESTEBANEZ GERENTE DE ABASTECIMIENTO Y Los desafíos para sostener la producción de arroz en Chile año y 36% menor que el CAI promedio de la cosecha del año pasado.
Entre las medidas para incentivar a los productores a seguir en el arroz, el gerente de abastecimiento y logística de Carozzi, Fernando Estebanez, resalta el trabajo con contratos, lo que involucra la entrega de semillas certificadas, anticipos, acompañamiento técnico durante el desarrollo del cultivo y transferencias tecnológicas. “La agricultura de contrato tiene condiciones conocidas para todos, contribuye a disminuir la incertidumbre, otorga beneficios directos, genera confianzas mutuas y potencia las relaciones de largo plazo”, dice. NUEVA VARIEDAD En Chile hoy se siembran dos variedades desarrolladas por el Inia Zafiro y Cuarzo, que son de grano largo y ancho y de alta calidad.
Desde hace al menos 15 años que los agricultores anhelaban tener otra variedad de ciclo más corto es decir, que se demore menos días entre la siembra y cosecha para paliar la falta de agua que enfrentan hacia fines de la temporada. En eso ha trabajado el programa de mejoramiento genético del arroz del Inia en alianza con el Fondo Latinoamericano del Arroz de Riego (FLAR), los productores y la industria local. Hace dos años registraron a Jaspe, la primera variedad con estas características, que esta temporada estará disponible por primera vez a nivel comercial y que ya ha sido probada, generando altas expectativas. “Esta temporada se deberían sembrar por lo menos 700 hectáreas de Jaspe con semillas certificadas, ha tenido una demanda increíble”, asegura Karla Cordero, encargada del programa de mejoramiento genético del arroz de Inia. Los productores que la conocen están expectantes, pero advierten que es necesario estar más atentos al desempeño de la nueva variedad. “Jaspe tiene un ciclo más corto, por lo que puede tener problemas de pérdidas de calidad si no cosechan el arroz a tiempo.
Si la siembras en octubre, tienes que cosechar en las primeras tres semanas de marzo; si no, vas a perder calidad”, explica Mario Concha, productor de Parral y presidente de la asociación Unicaven, que reúne LOGÍSTICA DE CAROZZI a alrededor del 25% de los arroceros. En la industria también reciben a Jaspe con buenos ojos, pero advierten algunas observaciones que han realizado en los primeros ensayos que han colaborado con el Inia.
“En la última campaña realizamos dos parcelas demostrativas, cuya evaluación permitió establecer preliminarmente, entre los aspectos más relevantes, un rendimiento agronómico en línea con las variedades existentes y un porcentaje de grano entero inferior a las expectativas”, dice Fernando Estebanez. “En cuanto a productividad y calidad, presentó excelentes rendimientos de campo, sobre 8,5 toneladas por hectárea”, destaca Felipe Valderrama, de Tucapel.
Por otro lado, algunos productores critican que el Inia haya realizado los ensayos de prueba directamente con los productores, ya que ese material se habría “escapado”, y actualmente habría un volumen de la variedad Jaspe mayor al oficial circulando en el mercado, a través de semillas “pirata” que reprodujeron directamente los arroceros. podríamos duplicar la superficie de arroz en Ñuble”, asegura. Lo mismo plantean desde la industria.
En Carozzi consideran que contar con una mayor infraestructura de almacenamiento de agua en las zonas productoras de arroz es clave para que siga existiendo este cultivo, junto con optimizar el uso del agua en un cultivo que se trabaja con suelos inundados.
Ramón Henríquez destaca el impacto positivo de la siembra directa, que se realiza con máquinas, con el suelo seco, regando al arroz durante los primeros sesenta días en que se establece el cultivo, lo que permite reducir el uso de agua desde los 20 mil metros cúbicos por hectárea que requiere una temporada, a niveles de 12 mil a 14 mil litros. “Solo entre el 15% y el 20% de la superficie arrocera actual se hace con siembra directa debido a la poca disponibilidad de máquinas sembradoras y porque la ventana de siembra es muy corta”, explica.
En el Inia, y asociado a la variedad Jaspe, están promoviendo el sistema de manejo del arroz “climáticamente inteligente”, que considera la siembra directa, que permitiría sembrar en áreas nuevas e incorporarse en la rotación de otros cultivos.
“Es como presentar un nuevo cultivo, porque implica muchos cambios; por eso lo estamos trabajando con agricultores que vienen de otros rubros, como el trigo y el maíz, quienes no van a cuestionar que hay que regar”, dice Karla Cordero. Sin embargo, los arroceros lo miran con recelo, ya que tendría limitaciones para controlar malezas. “Se plantea sembrar el arroz en hileras, a 30 centímetros de distancia, pero con el tipo de suelo que tenemos eso es demasiado y les damos mucho espacio a las malezas.
También propone que estemos siempre regando y está comprobado que si lo haces en el período reproductivo del arroz, el suelo se seca y si hay cambios bruscos de temperatura, el grano se va a vanar. El sistema solo sirve cuando hay rotación de cultivos”, afirma Ramón Henríquez. “El arroz inteligente no tiene sustentabilidad económica para los productores y Chile no está preparado logísticamente para desarrollar ese proyecto”, dice Mario Concha.
“El Inia entregó las semillas para evaluarlas y no rescató todo lo que se cosechó, por lo que los productores la siguieron sembrando y comercializando, vendiéndosela a otros Esta temporada recién tendremos 90 mil kilos de semillas certificadas, pero hay productores que ya han sembrado este material durante cuatro años”, critica Ernesto Eguiluz, productor de San Carlos y presidente de Fedearroz. Agrega que la falta de nueva genética es uno de los principales desafíos del sector.
Desde el Inia, Karla Cordero asegura que cuando se distribuyó el material a los productores para los ensayos se firmaron acuerdos de transferencia de materiales y que “si hubo algún tipo de filtración fueron granos, no eran todavía semillas, y era un volumen muy pequeño”. También advierte del riesgo que representa utilizar semillas que no están certificadas y de una variedad que recién se conoce.
“Cuando Zafiro recién está iniciando la manícula, Jaspe ya está en floración, por lo que si tienes semillas o granos mezclados se les va a formar una ensalada en el cultivo, con plantas altas y verdes y otras bajas y maduras, que se va a convertir en un desastre en su resultado final y en la calidad”, afirma. USAR MENOS AGUA Ernesto Eguiluz lleva más de tres décadas produciendo arroz y, pese a que ha ido reemplazando por semilleros y tomate industrial, se niega a abandonarlo.
Para esta temporada, proyecta que en la zona va a ser crítica debido a la falta agua, por el menor nivel de nieve en la cordillera, lo que se traduce en derretimientos más tempranos para el cauce del río Ñuble.
“Lo vamos a pasar muy mal porque vamos a tener poca agua y vamos a tener que reducir la superficie de siembra significativamente... Si contáramos con el embalse Punilla La única manera de que pudiera crecer el arroz en Chile sería con la construcción de nuevos embalses”. RAMÓN HENRÍQUEZ ASESOR “Jaspe tiene un rendimiento agronómico en línea con las variedades existentes... ” FERNANDO ESTEBANEZ GERENTE DE ABASTECIMIENTO Y.