Editorial: Cuestión de compromiso
Editorial: Cuestión de compromiso H oy se conmemora el Día Internacional Libre de Bolsas nante persistente no solo en la costa, sino también en quebradas y sectores del altiplano. Lo que debería ser un entorno natural pristino, muchas veces aparece empañado por estos restos sintéticos que tardarán siglos en degradarse.
Las imágenes son desoladoras: bolsas flotando en el mar, confundidas por tortugas y aves marinas con alimento; bolsas mezcladas con el viento entre los cáctus del desierto o atrapadas en las ramas secas de un tamarugo. En las playas, no es raro verlas enterradas en la arena, entre botellas, envoltorios y colillas, arrastradas por las mareas o por la irresponsabilidad humana. Estos residuos no solo afean el paisaje, sino que amenazan seriamente a la biodiversidad. Animales marinos pueden ingerirlas por error, provocándoles la muerte. Lo mismo ocurre con camélidos, aves y otras especies terrestres que interactúan con la basura plástica al interior del continente.
A esto se suma que solo un porcentaje ínfimo de las bolsas es reciclado: en Chile se estima que menos del 10% de los plásticos son efectivamente revalorizados, mientras el resto termina en vertederos, microbasurales, o disperso en la naturaleza. Este 3 de julio es mucho más que una efeméride ambiental: es un llamado urgente a modificar nuestros hábitos.
Plásticas, una fecha que invita a reflexionar sobre el impacto ambiental que tiene el uso cotidiano de un objeto que, aunque práctico y barato, ha resultado ser uno de los mayores contaminantes del planeta: la bolsa plástica de un solo uso. En Chile, gracias a la Ley "Chao Bolsas Plásticas" vigente desde 2018, se han dado pasos importantes para limitar su uso, sobre todo en el comercio formal. Sin embargo, su presencia sigue siendo evidente. A pesar de estar prohibidas en el comercio, muchas aún circulan, y su desecho inadecuado deja una huella cada vez más difícil de ignorar. Las bolsas plásticas ensucian los paisajes costeros, contaminan playas y llegan incluso al desierto. En regiones como Arica y Parinacota, por ejemplo, se han convertido en un contamiLas bolsas plásticas ensucian los paisajes costeros, contaminan playas y llegan incluso al desierto".. EDITORIAL