Un combate incrustado en la historia naval del mundo
Un combate incrustado en la historia naval del mundo 21de Mayo de 1879, Combate Naval de Iquique 1 _j z1 Un combate incrustado en la historia naval del mundo HUÁSCAR disparaba sin cesar causando enormes estragos. No había ni heridos, pues solo se encontraban cuerpos cuerpos mutilados sin señales de vida. Me dirigía un cañón he hice algunos disparos, pero pronto el cañón quedó fuera de combate.
Me dirigíde nuevo a proa y al pasar por el cañón que había disparado me encontré encontré con el cadáver mutilado de un cabo amigo, Una granada granada del Huáscar le había volado la cabeza y parte de los hombros... momentos más tarde subí al castillo, donde me refresqué con un poco de agua con cognac que tenía el teniente Uribe y en seguida me fui de nuevo a popa, donde me ocupé en disparar con varios cañones. Serían como las 12y media media cuando sentimos el choque choque horrible que nos daba el Huáscar en plena popa. En ese momento el comandante (Prat) gritó: Al abordaje, muchachos: muchachos: abalanzándose primeUd. puede comprender cuál sería la situación de nuestro bravo comandante al verse acompañado de un solo hombre. Los que lo vieron de cerca cerca dicen que estaba pálido, y demostrando en los ojos el fuego patrio que lo animaba, se adelantó hacia la torre del comandante. Des graciadamente, graciadamente, en ese instante recibió recibió un balazo en la cabeza que lo dejó muerto sobre cubierta, Debo hacer constar aquí un hecho que nos causó en el entrepuente muchas bajas. bajas. Al dar el Huáscar su espolonazo, espolonazo, disparó a boca de jarro los dos cañones de su torre, cuyos proyectiles penetraron penetraron en el entrepuente causando las más horribles muertes y estragos. Fue una carnicería. Era cosa que partía partía el alma ver los restos humanos humanos que por todas partes cubrían la cubierta de este departamento.
En medio de tantas correrías, correrías, casi choco con el teniente Serrano, quien me dijo: Nuestro comandante comandante ha muerto Eso me hizo comprender que era necesario necesario perecer como él, antes que arriar nuestro pabellón Serían como las 12:30 y el enemigo, como a 300 metros continuaba sus disparos disparos sin interrupción, causándonos causándonos tremendas bajas. Ahora, el Huáscar se aprontaba aprontaba para darnos la segunda embestida. Al juntarse los dos buques, el teniente Serrano, Serrano, revólver y espada en mano, gritó: ;Al abordaje! y la gente se lanzó al castillo con ese objeto. Sólo alcanzó a saltar Serrano acompañado acompañado de doce valientes más.
Yo los vi cuando avanzaban, acercándose a la torre, al pie de la cual el teniente Serrano Serrano recibió un balazo que lo tendió en cubierta, alcanzando alcanzando a decir: Yo muero, pero no hay que rendirse, muchachos Los valientes trataron de cumplir con esta orden pero... o fueron muertos muertos a bala, o quedaron sin municiones. (... ) Lo peor vino cerca de la una de la tarde, cuando sentimos el tercer choque, más terrible que el anterior, sintiendo al mismo mismo tiempo las detonaciones producidas por los cañones del enemigo, que produjeron ahora estragos inimaginables. inimaginables.
Una granada penetró por estribor, mutilando horriblemente horriblemente a unos y matando Un cabo de guarnición de apellido Reyes, que sabía tocarla corneta, al ver que el buque había sucumbido, la tomó y siguió tocando con fuerza admirable, hasta que vino una granada que le voló la cabeza. Si esto es terrible, querido querido papá... aún falta lo peor.
Se hallaban en la sala de armas y listos para subir a cubierta, los ingenieros MutilIa, MutilIa, Man terola y Gutiérrez, que habían abandonado la máquina por estar llena de agua, junto a los mecánicos Torres y Jaramillo, el sangrador, sangrador, el maestre de víveres, el despensero y dos carpinteros, carpinteros, cuando vino una granada granada que los destrozó a todos, no dejando vivo sino a Segura... Segura... que no podía creer que había quedado con vida. La Esmeralda se hundía rápidamente de proa. Estábamos Estábamos casi todos los oficiales oficiales en la toldilla y optamos por esperar que el buque se sumergiera. Ya la proa desade desade nuestra noble tierra.
Cuando el buque se hundió hundió yo estaba en la toldilla y al instante sentí hundirse el buque bajo mis pies y el torbellino torbellino inmenso que formó al desaparecer bajo las aguas... Permanecí por algunos momentos momentos sin saber lo que me pasaba y sólo Dios sabe cómo salvé, Yo veía muy de cerca al Huáscar y sus botes que trataban de salvar a los náufragos, más no se qué instinto me obligaba a huir de ellos. Pero el bote avanzaba avanzaba con gran ligereza y pronto sentí sobre mi cabeza la voz de un oficial que me decía que subiera al bote. Decidí Decidí subir y allí me encontré con varios compañeros que ya habían sido recogidos. Pronto fuimos llevados a la cubierta del Huáscar, donde permanecimos más de cuatro cuatro horas, para luego ser llevados llevados a tierra, donde permanecemos permanecemos como prisioneros de guerra.
Iquique, 28 de mayo de 1879 Periodista, Diplomado en Marketin Politico y Miembro de la Sociedad de Historia y Georafia & Chile. ;1] jorgeeiL. !gm11 iii;0] Segunda Parte ro el mismo sobre la cubierta del buque enemigo. patrio, que orgulloso flameaba flameaba en e/palo de mesana. instantáneamente a otros.
En aquél lugar se encontraban varios muchachos de 12 a 14 años, ayudantes de timonel, que quedaron vivos pero cruelmente heridos, lanzando lanzando alaridos capaces de conmover conmover al hombre de corazón más duro en e/mundo. parecía bajo las aguas cuando cuando se sintió un último tiro, al mismo tiempo que un ¡ Viva Chile! lanzado por los pocos sobrevivientes demostraba a los observadores de aquella terrible tragedia el valor de que eran capaces los hijos.