Joven que infringió la ley relata su historia de servicio comunitario en el Hogar de Cristo
Joven que infringió la ley relata su historia de servicio comunitario en el Hogar de Cristo Acompañado por su madre, lo que demuestra la importancia del apoyo familiar durante los procesos de reinserción social, diario La Región conoció la historia de un joven de 18 años, en La Serena, que finalizó con éxito su sanción de servicio en beneficio a la comunidad en el centro de cumplimiento Pierre Dubois, ejecutado por el Serpaj, organismo acreditado del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil. En lo que reconoce como «un error», fue sancionado por un tribunal a cumplir 30 horas de servicio comunitario. Al principio, creyó que la sanción impuesta sería alguna labor forzosa o que no estuviera vinculada con sus aptitudes e intereses. Pero, después de conversar con los profesionales del centro de cumplimiento, supo que podría resarcir el daño ocasionado a través de lo que a él le apasiona: el arte.
De esta manera, explica Alejandra Labra, directora del Joven que infringió la ley relata su historia de servicio comunitario en el Hogar de Cristo Durante treinta horas, y como parte de una sanción impuesta por un tribunal, trabajó diseñando y pintando un mural para los usuarios de la hospedería. centro de cumplimiento Pierre Dubois, se contactaron con la coordinadora de la Hospedería del Hogar de Cristo, quien desde el primer minuto estuvo muy abierta a recibir al joven. «Así que nos reunimos, le contamos quién era, cuál era su perfil, sus intereses y desde allí evaluamos qué le podía ofrecer la institución, o qué necesidades tenía, ofreciendo la alternativa de realizar un mural», cuenta. MANOS A LA OBRA Durante dos horas al día, dos veces por semana, le fue dando forma al mural con todos sus detalles.
Claro que siempre acompañado por los monitores del Hogar de Cristo, así como de los profesionales del SBC Pierre Dubois. «Busqué en internet y me fui dando una idea, así que hice el dibujo a pulso y salió bien. Estaba difícil, pero lo hice con confianza y salió todo como quería», manifiesta. Asegura que fue una experiencia bonita, «especialmente porque el trato fue bueno. Nunca esperé que me dieran esa oportunidad, pues se supone que se hacen otro tipo de actividades.
Me dijeron que podía pintar y lo tomé altiro como una opción». Tras cumplir su sanción, solo tiene palabras de agradecimiento para el Hogar de Cristo y los profesionales del SBC. «Me brindaron harta ayuda en todo lo que necesité y no me esperaba que fuera tan bueno el trato.
Los profesionales del centro tuvieron la disponibilidad de estar ahí siempre para escucharme, porque a veces uno tiene dudas sobre la sanción, pero ellos siempre me aclararon las cosas». Ahora, reparte el tiempo entre su trabajo como maestro panadero y su futuro, donde está la posibilidad de continuar estudios, pero también de emprender. «Me gusta trabajar en panadería, porque es tranquilo y me acomoda el horario (... ) me fui acostumbrando al ritmo ahora que me puse serio para mis cosas. En cuanto al futuro, me gustaría hacer mis propios negocios, viajar, porque siempre he querido conocer otros países.
Espero que más adelante se presente una oportunidad, aunque también estuve pensando en estudiar química, pero de a poco voy viendo». Sólo tiene una certeza, que el sostén brindado por su familia en este proceso ha sido fundamental. «Estando solo se habrían hecho más difíciles las cosas. Con el apoyo uno adquiere más confianza y yo creo que mi familia es bien apañadora. Agradezco harto eso, porque no cualquiera lo tiene. Me siento muy agradecido, porque quizás antes los jóvenes no tenían todas estas posibilidades». «Historias como estas nos demuestran que la reinserción es posible cuando brindamos oportunidades reales.
Este joven, a través del arte, no solo cumplió su sanción, sino que desarrolla nuevas habilidades que quedan plasmadas en un mural que impacta a una comunidad en su conjunto», dijo Loreto Rebolledo, directora regional del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil.. - - -