La misión que surgió por el deseo del cacique Maipag de los Juncos
La misión que surgió por el deseo del cacique Maipag de los Juncos La autoridad indígena le pidió al superintendente de Osorno, Juan Mackenna, establecer en sujurisdicción un recinto religioso de este tipo, lo que se concretó en mayo de 1805, con la fundación de la Misión de la Costa (hoy llamada San Juan). Ello aumentaba su prestigio y poder en el territorio. Fue iniciada por franciscanos españoles y continuada por capuchinos italianos. Se ubica actualmente en el mismo sitio original donde fue construida.
Rodrigo Rodríguez Pérez y Manuel Cifuentes na de las misiones más antiguas y conocidasen la provincia y zonasur, y queestá plenamente vigente, es la Misión San Juan, enclavada enla misma ubicación original de 1805, en medio de los cerros de la Cordillera de la Costa.
Aquel complejo religioso, famoso por susingular cementerio con casitas de madera quese asemejan alas viviendas de tamaño real, nació por el deseo del cacique Maipag de losJuncos (que estuvo presente enel Tratado de las Canoas de1793), quien lepidióalsuperintendente de Osorno, Juan Mackenna, instalar una misión en su jurisdicción. Ya existían en ese momento las de Quilacahuín y Coyunco, surgidas tras el acuerdo de paz. Loslíderesindígenas de la época seinteresaron en estos recintos, ya que les daba prestigio y elevabasu poder dentro del territorio. Los caciques eran recibidosen actos religiosos y oficiales dentro de las misiones con todos llos honores y pompas de una autoridad.
En1805, el padre fray Francisco Xavier de Alday (prefecto de las misiones del sur) trasladólasolicitud al Gobernador y Presidente de Chile, Luis Muñoz de Guzmán, quien ordenó por decreto del 20 de mayo de ese mismo año fundar las misiones de San Juan y de Pilmaiquén (en San Pablo). En cumplimiento delo ordenado, 4 días despuésel superintendente Mackenna en persona, junto al comisario Francisco Aburto; y los padres Mariano Ramis de Coyunco y Juan 'Theniente de Quilacahuín (en representación de Alday), además de varios capitanes de amigos y soldados, se trasladaron al sitio elegido para la misión, dondelosesperaban el cacique Maipag con sus guilmenes y otros caciques subalternos, además de gente del sector.
Mackenna les comunicó ARCHIVO RODRIGO RODRÍGUEZ ARCHIVO RODRIGO RODRÍGUEZ VISTA DE LA MISIÓN SAN JUAN, O DE LA COSTA COMO SE LLAMÓ ORIGINALMENTE, TOMADA EN 1920. que el Rey de España les había concedido establecerla misión, pero quecomose había acordadoen el Tratado dela Canoas, debían entregar alos niños para su instrucción cristiana y bautismo, y enadelantelosmatrimonios serían bendecidos según el rito de la iglesia. Maipag respondió que bajolasreferidas condiciones, admitían a los misioneros, a los que trataría como a sus padres naturales. En los informes originales fue denominada como Misión dela Costa, bajola advocación de San Juan Bautista.
En 1806, Mackenna le comunicó por carta al padre Alday que fue designado para la misión fray Francisco Hernás dez Calzada, religioso franciscano dela regular observancia, nacido en Villa de Gata, en Extremadura, España, en 1760.
Llegó a Chile en 1785 y en 1796 estuvo a cargo de la vecina Misión de Cudico (ubicada al oeste de la actual ciudad de La Unión). Hernández Calzada permaneció en la Misión de la Costa hasta su muerte. En la etapa inicial también participó el padre Mariano Ramis, de la de Coyunco, que atendió la misión costera hasta 1811. dió la misión costera hasta 1811. dió la misión costera hasta 1811. TERRENO EN ALTURA El nuevo complejo misional fue establecido en un lugar remoto para la época, situado en medio de la Cordillera de la Costa, entre bosques y sin caminos. El terreno asignado por el cacique Maipag era de una extensión superior a las 100 hectáreas. Se erigió en una colina, espacio siempre escogido parala defensa del recinto y como una forma de dominar el paisaje circundante.
Tenía las mismas características de Quilacahuín y Coyunco: una residencia del misionero, una capilla, un campanario usado como bodega y otras construcciones para alojamiento de los indígenas que iban arecibir instrucción, donde se quedaban varias semanas. Todo era de tablas y troncos. Y al igual que las demás, tenía un cementerio, que se conserva hasta el día de hoy. La misión estaba comunicada por una vía empinada queserpenteaba por loscerros y salía al antiguo Camino Real en la zona de Puloyo (actual Ruta U-22), para luego conectar con Osorno. Se aprovechó, de seguro, antiguas huellas indígenas, aunque la apertura del camino formal fue apoyada por el gobierno colonial. La instalación misma delamisión estuvo financiada por la autoridad colonial central de la época. Después el mismo gobierno estableció un sínodo o pago parala mantención del misionero, lo que se mantuvo todo el siglo XIX durante la República de Chile, igual como si fueran funcionarios públicos.
Como siel trabajo religioso fuera poco, los frailes también realizaban faenas agrícolas en los predios de las misiones, que consistían en sembrar la tierra con trigo y papas, hacer una huerta con verduras y hortalizas, plantar árboles frutales, criar animales de granja y luego cosechar los frutos para laalimentación del año deellos mismos y los indígenas que acudían a evangelizarse. BAUTIZOS Laampliajurisdiccióndela nueva Misión de la Costa limitaba con Quilacahuín y Coyunco, desde Puloyo hasta elrío Contaco porelsur; y desdeel río Contaco hastael mar. En ella habitabala población indígena llamada Juncos o Cuncos, que vivían entrelos bosques dela CordilleradelaCostay ellitoral. Los misioneros se movilizaban a caballo por huellas en medio del tupido bosque para llegar alas localidades donde vivíala población indígena. Yi bien el territorio de la misión era dominado en su mayoría porlos Cuncos, en lazona más llana de la jurisdicción también se establecieron familias repobladoras de Osorno, tales como Rosas, Catalán, Asenjo y Guarda. Los misioneros de la costa, al igual que sus pares de otras misiones, tenían múltiples labores religiosas: bautizaban a niños y adultos, efectuaban matrimonios, para lo cual los novios recibían una preparación previa. Según los informes elaborados por los misioneros, entregados al gobierno central del Reino de Chile, seve queen laprimera etapa predominó el bautizo de niños en la Misión de la Costa. Entre 1809 y 1810, el registro indica que fueron bautizados 635 niños, además de130 adultos. Hastaesa fecha se habían celebrado 96 matrimonios y 166 niños fallecieron enlajurisdicción.
En estas tareas religiosas eran ayudados por los "capitanes de amigos", que eran funcionariosasueldo delacorona española, con poderes especiales, que se radicaban entre las comunidades indígenas y estaban encargados de mantener la paz, de convocar alos naturales alas actividades de la misión e incluso resolvían rencillas entrelos mismos indígenas. Hablaban uidamente castellanoy la lengua de los indígenas. De un capitán de amigos desciende hoy en día una afamada comunidad indígena de San Juan dela Costa. Por disposición de la iglesia, los difuntos de la jurisdicción debían ser enterrados en elcementerio delamisión, pero ello nosiempre se cumplía.
Las parcialidades más alejadas solían sepultarallos difuntos en "sus enterratorios, como erasu costumbre, lo cuales un intolerable abuso y que los misioneros tienen la obligación de eliminar", se explica en el informe de las misiones del Colegio de Propaganda Fide del ColegiodeChillán. CONGREGACIONES Los franciscanos se mantuvieron en la Misión de la Costa hasta 1820, cuando Osorno fue incorporado ala República de Chile. Los frailes de origen españolse retiraron delas misiones de la zona y emigraron a Chiloé. Entonces, la nueva misión fue atendida por el misionero de Quilacahuín Agustín Palma, de origen chileno, hasta su fallecimiento en 1826. Y luego por el fraile español Antonio Hernández Calzada, hermano del religioso fundador dela Misión dela Costa, quien pese a ser español, permaneció en Quilacahuín hasta 1838, enlosinicios de la República. Ese mismo año asumieron la atención de las misiones de Valdivia y Osormolos franciscanos italianos llegados a Chiloé. Como los miembros de estaordenextendieronsulabor pastoralenChile, ya no pudieron trabajar enlas misiones dela zona sur. Porello, el gobierno de Manuel Bulnes le encargó al ministro plenipotenciario en Roma, Ramón Luis Irarrázabal, buscar una orden religiosa para atenderalos indígenas mapuches y huilliches en estos recintos. Entonces, en 1848 sefirmó un contrato con los capuchinos italianos, que enviaron de inmediatoa docereligiosos. Ala Misión dela Costa fue destinado fray Francisco deSassari, quien permaneció en el recinto hasta 1872, cuando falleció en su cargoalos53 años de edad. Los capuchinos italianos estuvieron durante 45 años en la Misión de la Costa, desde 1848 21896. Ellos renovaron la residencia misional y laiglesia, deformasimilaralas delas misiones de Quilacahuín, Tralmahue y Rahue. En la era de los capuchinos italianos se inició también la primera escuela, en cumplimiento con las obligaciones establecidas por el Gobierno de Chile. Asimismo, instauraron la Fiesta de la Virgen del Perpeuo Socorro, que se celebra el 21 noviembre y permanece vigentehasta hoyen la misión de SanJuan. Esla celebración más antigua de Chile de aquella advocación y acuden cientos de fieles, especialmente del sector costa dela provincia. 03 03.