Autor: FranciscO León POnce,
Columnas de Opinión: Dudas razonables
Columnas de Opinión: Dudas razonables ExCONCEJAL DE PUNTA ARENAS Y PERIODISTALas discusiones en torno a la reforma previsional que ha planteado el gobierno frente amplista comunista con el apoyo de la centro derecha, han sembrado dudas razonables.
Es que un proceso legislativo que se ha hace casi entre gallos y medianoche, al borde los plazos legales y bajo un nutrido fuego comunicacional del oficialismo en su favor y lo que aparece como debilidad de parte de la oposición, con una justificación calificada como “patriótica” ha dejado planteadas inquietudes en millones y millones de chilenos, que rechazan una solidaridad que deberán financiar quienes han ahorrado por años y años.
Primero, se anuncia que los dueños de los ahorros previsionales ya no lo serán y sólo recibirán una parte del aporte de los empleadores y el otro porcentaje deberá entregarlo, bajo la forma de un préstamo obligatorio, a decenas de años plazo, a un estado que nunca ha sido eficiente en el manejo de los recursos y por si fuera poco, ese préstamo OBLIGATORIO, no tiene garantías concretas, para muchos parece un cheque en blanco.
Además, aparece lo que muchos denominan una “AFP estatal”, con miles de expertos en hacer crecer los fondos entregados por los cotizantes, cuya carta de presentación podría ser sólo el carnet de militante de un partido político y bien pagado con esos mismos fondos sin que tengan la obligación de lograr buenos resultados.
El sistema creado por José Piñera a comienzos de los años ochenta se desdibujó con las medidas aplicadas por los exPresidentes Frei, Lagos, Piñera, Bachelet, (lo dijo ya Pamela Jiles y aportó su propia solución) y las administradoras de fondos de pensiones, vilipendiadas por razones ideológicas y políticas de años más que convulsos, llegaron a ser poco menos que “el enemigo público de los chilenos”. Pero los ahorrantes despertaron y dijeron que “los ahorros no son de nadie más que de ellos porque ellos trabajaron para reunirlos: de la dirigencia política Bajas cotizaciones, vivimos más, tenemos menos tiempo de ahorro porque nos jubilamos antes (60 y 65 años) y tendremos que prestarle plata al estado, que fija el plazo, las tasas de interés serían más bajas que las que hoy se pagan: negocio redondo pero no para los dueños de esos ahorros.
También se debe tener en cuenta que los empleadores no son magos y que el 27 por ciento de los chilenos están en el mercado informal, es decir, sin previsión, sin contrato, sin salud y cada día, con menos posibilidades de obtener un empleo estable, por lo menos.
Las dudas razonables ya están planteadas y habrá que tener en cuenta quienes y cómo las responden, quienes han apoyado este proceso legislativo, quienes han defendido y protegido su ahorro previsional de lo que muchos denominan “el Manotazo” a esos fondos bajo la falsa consigna de “la solidaridad” desde escritorios de oficinas hermosas y sin la angustia de que comerá su familia el día de mañanatarea heroica para millones de adultos mayores, de familias modestas que esperan una solución y aumente, de verdad, las jubilaciones que hoy reciben. Yo soy partidario de una reforma previsional de verdad, real y ya ayer y que no pase lo mismo que con el 4 por ciento, el CAE o la deuda histórica de los profesores..