Viaje secreto a Colonia Dignidad
Viaje secreto a Colonia Dignidad Gabriel Rodríguez Bustos, periodista y escritor a detención del pedófilo Paul Schäfer se había producido hacia pocos meses en Argentina después de nueve años L de escabullir a la justicia.
Cuando el director del hospital de Colonia Dignidad Harmut Hoop también fue detenido por complicidad con las violaciones y los abusos sexuales de Paul Schafer, se generó la oportunidad de clausurar el recinto por cuanto quedaba sin el único médico que ejercía en el lugar y podía realizar diagnósticos y tratamientos. La clausura definitiva se produjo el 2 de agosto de 2005. Ese cierre se había realizado en un clima tenso y con una enorme cobertura de prensa, diligencia que me correspondió acompañar como periodista de la Secretaria Regional Ministerial de Salud. Un abogado de la Colonia estuvo presente durante toda la actividad. En momentos en que los directivos del enclave tenían dudas, también consultaban con Ricardo Alvear a quien había conocido en una reunión anterior que tuvo otros objetivos. Me sorprendió que un chileno actuara casi como asesor. Y siempre preocupado de escuchar las razones de las personas para trabajar y vivir en ese lugar, unos años después lo pude entrevistar junto a su esposa, también chilena y conocer más profundamente su historia. Recuerdo también que mientras se avanzaba en registrar un inventario de los bienes con que contaba el hospital, me enfrasque en una discusión con un alemán que desde atrás reclamaba por lo que estaba ocurriendo. Traté de diatodavía misterioso y poco conocido enclave. Entramos sin dificultades y se nos indicó que nos esperaban en la Freihause. Es el nombre con que se identifica la casa de Schäfer y que fue construida años antes con la esperanza de ser visitados por el presidente Eduardo Frei Montalva, quien nunca fue al lugar. Indecisos y con cierto temor ingresamos al recinto que cuenta con un enorme salón, seguramente para cenas de lujo o eventos con personeros de alto nivel. Nos invitaron a sentarnos en una mesa donde se había dispuesto de té, café y algunos panecillos. Con mi colega observábamos con curiosidad todo el entorno y sabíamos que de nuestra capacidad diplomática dependía el éxito de nuestra misión. Para generar confianza no llevamos grabadora, ni cámara fotográfica. Después de cierto tiempo ingresaron tres alemanes con aspecto serio. Nos saludaron con normalidad y tomamos asiento.
Creo que fui yo quien tomó la palabra, les dije que confiando en sus declaraciones tendientes a dejar atrás el oscuro periodo de Schäfer y sus deseos de integrarse plenamente a la comunidad chilena respetando sus leyes y sus costumbres, deseábamos hacerles una propuesta. Recuerdo haber tratado de ser lo más elocuente posible para indicarles que la donación de los equipos hospitalarios a la salud chilena seria muy bien recibida y facilitaria sus deseos de ser aceptados y respetados. Mi colega también argumento de la mejor manera, creyendo ingenuamente ambos, que la salud de la población era una preocupación auténtica de la colonia. "Valen muchos palos" logar con él, pero se mostró muy agresivo. Le enrostré el abuso de menores y la fabricación y tráfico de armas y me contesto que debian armarse porque el fundo se lo iban a tomar los partidarios de la Unidad Popular. Me enteré que su nombre era Dieter y no recuerdo su rostro, por lo que en mis posteriores visitas nunca lo he podido reconocer. Lo más sorprendente fue encontrar miles de psicofármacos. Un tiempo después me enteraría del uso masivo de esos medicamentos para mantener controlados a los jóvenes colonos que mostraban señales de rebeldía.
Unos dos meses después de la clausura del hospital y pensando de buena fe en la intención manifestada por la comunidad de los colonos de dejar atrás la época de Schäfer y abrirse a una auténtica integración a la sociedad chilena después de más de 40 años de aislamiento, el seremi me pidió que junto a otro colega periodista visitaramos el lugar para conversar con los nuevos dirigentes y proponerles que dado que el hospital estaba clausurado, donaran algunos de los equipos del hospital al Ministerio de Salud para emplearlos en la red sanitaria de los habitantes de la misma zona.
En la casa de Schäfer No recuerdo cómo logré comunicarme con los nuevos dirigentes, tal vez a través de la enfermera que nos recibió al inicio de la clausura del hospital, y con quien pude conversar amigablemente, o algún otro colono. Logré concertar una reunión y el día indicado viajamos a primera hora al Nos contestaron que debían conversarlo entre ellos y que los esperaramos a ver si nos daban una respuesta de inmediato. Se retiraron y no nos atrevimos a movernos mucho, aunque mi curiosidad periodística me impulsaba a recorrer todo el recinto.
No sé cuánto rato después regresaron y en su medio español uno de ellos nos comunico que no era posible hacer lo que proponiamos porque los equipos valían "muchos palos". No había mucho más que decir, lo lamentamos y nos retiramos serena y tranquilamente. Yo comenzaba a despertar de mi ingenuidad y mi confianza en los seres humanos.
A pesar de saber casi todo lo que había sucedido en ese lugar, incluyendo la detención y tortura de chilenos y chilenas durante semanas, poco sabiamos de los delitos y crimenes cometidos en el mismo hospital, contra las mujeres y los más débiles en general. Regresamos derrotados, pero con una visión más realista respecto a lo que movía a los nuevos dirigentes. Seguramente esos equipos habían sido donados por la beneficencia Alemana y no habían pagado ningún tipo de impuestos, gracias a las exenciones que gozaba la Colonia como supuesta institución benéfica. Unos años después publiqué un primer informe sobre la historia de ilegalidades y crímenes cometidos en el hospital de la hoy llamada Villa Baviera.
Hoy, la tesis doctoral de Evelyn Hevia titulada "Del hospital El lavadero al hospital Villa Baviera", publicada por LOM ediciones, desarrolla en extenso las irregularidades, abusos, torturas y secuestros realizados en el recinto hospitalario de Colonia Dignidad.. El seremi me pidió que visitáramos el lugar para conversar con los nuevos dirigentes y proponerles que dado que el hospital estaba clausurado, donaran algunos de los equipos del hospital al Ministerio de Salud. .. Harmut Hoop, director del hospital de Colonia Dignidad.