Editorial: Bajo índice de escolaridad
Editorial: Bajo índice de escolaridad A demás de las decepcionantes noticias en materia de desempleo y de incremento de los campamentos en la región conocidas por estos días, se ha agregado esta semana otro indicador que vuelve a encender las campanadas de alerta en Los Lagos: el bajo indice de escolaridad alcanzado por los estudiantes de la región, que llega apenas a los 11,3 años, cifra menor al promedio nacional, que es de 12,1, y que la situa como la tercera peor en el país.
Si ya en materia economica hay preocupación por el presente y el futuro inmediato por la incertidumbre normativa en la que se encuentran los principales sectores productivos, el índice de escolaridad, revelado por el Censo 2024, refleja que a futuro el panorama puede seguir ensombreciéndose aún más, pues en un escenario internacional y nacional en que la inteligencia artificial va ganando espacios, en Los Lagos ni siquiera se logra estar a la par en la cantidad de años que los niños y jóvenes pasan por el colegio. Razones se han esgrimido bastante.
La fuerte dispersión geográfica de este territorio dificulta el acceso al sistema educacional, la pandemia provocó una perniciosa interrupción en los hábitos escolares y el alza del desempleo en muchas familias termina empujando a los jóvenes a optar por aportar con un trabajo antes que concluir sus estudios.
El listado podría continuarse con infraestructura deficiente, el impacto de paralizaciones docentes en el cumplimiento curricular y hasta las nuevas complejidades de la convivencia escolar, como reflejo de la situación que se vive en el país.
Que Los Lagos sea la tercera región con el peor indice de escolaridad del país tiene que movilizar las voluntades políticas, académicas e incluso del sector privado, que requiere de personal calificado para enfrentarse al mundo globalizado. La acuicultura, el transporte marítimo, las pymes, el turismo y el comercio necesitarán a futuro a más personal calificado para aumentar la productividad y seguir desempeñandose en un entorno cada vez más exigente.
Lo que se requiere ahora son liderazgos con voluntad de cambio, comenzando por seremis que reconozcan el sentido de urgencia, autoridades regionales y comunales que comprendan la brecha que genera el bajo índice de escolaridad, y privados que estén dispuestos a contribuir en esta tarea.. El último informe del Censo 2024, sobre años de permanencia en el colegio, ha encendido una nueva alerta en la región. E Editorial