COLUMNAS DE OPINIÓN: Inteligencia artificial en salud pública
COLUMNAS DE OPINIÓN: Inteligencia artificial en salud pública Columna Columna Juan Correa Peña Director (s) del Hospital San José de Casablanca « Inteligencia artificial en salud pública jano. Ha dejado de pertenecer exclusivamente al mundo del cineo delos laboratorios deSilicon Valley para integrarse, silenciosamente, anuestras conversaciones, nuestros hogares... y también a nuestros hospitales. A quienes crecimos viendo películas como "2001: Odisea del Espacio", no deja desorprendernos la velocidad con la que estas tecnologías han avanzado. Aquella inquietantesupercomputadora HAL (Computadora Algorítmica Programada Heurísticamente), que monitoreaba no sólo los sistemas de una nave, sino también los signosvitales de losastronautas, parecía una exageración distópica. Hoy, sin embargo, no estamos tan lejos de que dispositivosinteligentes puedan anticipar una descompensación, sugerir un diagnóstico o asistiren una cirugía. En salud pública, este avance representa una oportunidad inmensa. Pero también nos exige una enorme responsabilidad. Los hospitales familiares y comunitarios, como el nuestro, son los primeros en captar lasexpectativas de la ciudadanía. Muchas veces, los usuarios ven con entusiasmo -y a veces con ansiedadlas promesas de la tecnología. Es comprensible: cuando se vive con dolor, con enfermedades crónicas o conlaincertidumbre de una atención pendiente, toda innovación parece una esperanza. Pero es precisamente ahí donde debemos ser prudentes. L ainteligenciaartificial (lA) yano es un conceptoajenoo leleLa lA noreemplazará al médico de un día para otro. No veremos, al menos por ahora, a robotscaminando por los pasillos del hospital curando enfermedades letales. Lo que síveremos -y ya comenzamos a observar son sistemas que ayudan a ordenar agendas, que predicen la demanda de camas, que clasificanimágenes médicas con una precisión asombrosa. Pero para que esto funcione necesitamos una base sólida: plataformas de información bien construidas, interoperabilidad entre sistemas, protección de datos sensibles y, sobre todo, una relación de confianza con los usuarios. La incorporación de la 1A debe ir acompañada de un proceso educativo y ético. Debemos preparar a los equipos clínicos, administrativos y comunitarios para comprender estas herramientas, aprovecharlas y, al mismo tiempo, saber cuándo y por qué no usarlas. Porque en salud, no todo lo que se puede hacer, debe hacerse. Como hospital familiar y comunitario, nuestra vocaciónesestar cerca delas personas. Eso no cambiará con latecnología. Por elcontrario, la [A debería permitirnos liberar tiempo para lo más importante: escuchar, acompañar, cuidar. La inteligencia artiicial en salud no esel futuro. Es el presente. Pero un presente que debe construirse paso a paso, con visión, con criterios públicos y con el corazón donde siempre ha estado: en el bienestar de las personas. personas. personas.. -