EDITORIAL: SALUD EN CHILE: Un sistema necesitado de reformas
EDITORIAL: SALUD EN CHILE: Un sistema necesitado de reformas En En un país donde la salud debería ser una prioridad, las cifras presentadas por Ipsos en su informe Claves Ipsos revelan una profunda crisis de insatisfacción y desprotección en los ciudadanos frente a un sistema sanitario que, lejos de brindar confianza, incrementa la incertidumbre y la angustia de miles de personas. El 47% de los consultados expresó su insatisfacción con la disponibilidad de atención oportuna, un indicio claro de la deficiencia en los tiempos de respuesta tanto en el sistema público como privado. Este sentimiento de desamparo se extiende más allá de los tiempos de espera, tocando la fibra de un sistema cuya cobertura, en muchos casos, no alcanza para cubrir las necesidades mínimas de la población. En este contexto, la salud se posiciona como una de las preocupaciones centrales de los chilenos, especialmente para las mujeres, quienes reportan sentirse más afectadas. Esta percepción refleja la inequidad inherente al sistema de salud, donde las diferencias entre Fonasa e Isapres se traducen en una disparidad en la calidad de la atención y el acceso a especialistas.
Si bien quienes están en Isapres presentan una mayor satisfacción, la mayoría de los chilenos, particularmente aquellos en Fonasa, se ven atrapados en un sistema que no cumple con sus expectativas básicas de cobertura y acceso. Uno de los aspectos más preocupantes es la sensación de desprotección frente a un posible evento grave de salud. Un alarmante 72% de las personas consultadas se siente desprotegida, y sólo un pequeño porcentaje confía en la capacidad del sistema para protegerlos en caso de enfermedad o accidente.
Este vacío de seguridad, especialmente en un sistema que debería ser inclusivo y solidario, revela no solo las fallas estructurales del sistema de salud chileno, sino también la falta de políticas claras que garanticen que todos los ciudadanos tengan la misma oportunidad de acceder a una atención adecuada, sin importar su nivel socioeconómico. En paralelo, el alto costo de los medicamentos se ha convertido en un obstáculo insalvable para muchas familias. Un 29% de los encuestados dejó de tomar algún medicamento por su elevado precio, y esta cifra es aún mayor en los niveles socioeconómicos más bajos.
Este fenómeno, sumado a la escasa información sobre los planes de salud, refleja una desconexión alarmante entre las autoridades y los ciudadanos, quienes se sienten cada vez más abandonados y desinformados sobre sus opciones de atención. El llamado es claro: la reforma al sistema de salud no puede seguir siendo una promesa incumplida. La ciudadanía exige soluciones rápidas y efectivas, y las encuestas son un reflejo de una necesidad transversal, que va más allá de los partidos políticos o las ideologías. Los chilenos quieren acceso a atención oportuna, transparencia en los costos, y un sistema que no los haga sentir desprotegidos ante un evento que podría cambiar sus vidas para siempre. U).