Autor: CAMILO VILLAGRÁN Seremi de Energía de La Araucanía
COLUMNAS DE OPINIÓN: ELIMINAR MINISTERIOS
COLUMNAS DE OPINIÓN: ELIMINAR MINISTERIOS CAMILO VILLAGRÁN Seremi de Energía de La Araucanía En En días recientes, el coordinador económico del candidato presidencial José Antonio Kast, señor Jorge Quiroz, declaró que eliminar el Ministerio de Energía sería positivo para la inversión.
Como representante del Ministerio en la región de La Araucanfa, no puedo quedarme en silencio ante una afirmación tan peligrosa como equivocada. ¿A quién le serviría que desaparezca el Ministerio de Energía? Definitivamente no a los niños y niñas de nuestras escuelas rurales que, gracias a proyectos liderados por esta institución, por primera vez han podido bañarse con agua caliente en sus colegios y cuentan con iluminación decente para no quedarse dormido en los oscuros días de invierno del sur del país.
Tampoco beneficiaría al equipo docente que hoy enseñan en espacios más dignos, calefaccionados con tecnologías limpias que antes parecían impensados para una escuela rural y en zonas aisladas. ¿Y la inversión? El Ministerio de Energía ha sido un motor de inversión real y concreta en los territorios.
A través del «Fondo de Acceso a la Energía”, desde hace 10 años, hemos mejorado el suministro energético a través de proyectos a pequeña escala con paneles solares, almacenamiento de baterías y sistemas solares térmicos para el calentamiento de agua. Y qué decir de los productores y comerciantes de leña.
Gracias a los programas “Leña Más Seca” y “Sello Calidad de Leña”, muchos de ellos han recibido maquinaria e infraestructura que les ha permitido profesionalizar su oficio, aumentar su producción y transformar su esfuerzo en una fuente de ingresos estable para sus familias. Es dignidad productiva, justicia ambiental y economía familiar, todo en uno. En La Araucanía estamos viviendo un despertar energético. Parques solares, proyectos eólicos, sistemas híbridos: la energía renovable ya llegó a nuestra región. Pero esto no ocurre por arte de magia. Requiere planificación, normativas claras, articulación con los gobiernos locales, diálogo con comunidades indígenas, evaluación ambiental seria. No es casualidad: es política pública bien hecha. Eliminar el Ministerio no es una fórmula para mejorar la inversión. Es un golpe directo a la descentralización. Es una receta para el abandono. Es renunciar a la justicia territorial, tan necesaria en regiones históricamente postergadas como la nuestra. La Araucanía no necesita menos Estado.
Necesita más compromiso, más inversión pública con sentido y más instituciones que entiendan que la energía no es un lujo, sino un derecho. ¿Acaso se le olvida al señor Quiroz que el Gobierno no está al servicio exclusivo del gran empresariado? El Estado no es una oficina de lobby corporativo, y mucho menos puede reducirse a una herramienta para facilitar negocios.
Un gobierno responsable responde a toda la ciudadanía, y en especial a quienes han sido sistemáticamente postergados por el mercado: personas que, por vivir en zonas aisladas o en condiciones de vulnerabilidad, aún no acceden a lo más básico que este sistema promete como la electricidad, el agua caliente o una calefacción digna a precio justo. Pretender que eliminar el Ministerio de Energía es una mejora, es simplemente ignorar o incluso despreciar esta realidad.
Porque cuando una niña se baña con agua caliente por primera vez en su escuela; cuando un productor ve que su esfuerzo es reconocido como trabajo formal; cuando una comunidad prende la luz por primera vez.. , no estamos hablando de teoría económica. Estamos hablando de vidas enteras que cambian. T).