Las lecciones de estos años
Las lecciones de estos años DIRECTOR: Carlos Schaerer Jiménez REPRESENTANTE LEGAL: Alejandro Arancibia Bulboa Teléfono: sos los vicepresidentes que suceden a sus compañeros de lista. En cien años, de los 20 vicepresidentes, solo George H. Bush logró la continuidad inmediata por la vía electoral. Harry Truman y Lyndon B. Johnson completaron los períodos de Franklin D. Roosevelt y John F. Kennedy, después electos, no postularon a la reelección. Nixon y Biden debieron esperar un período intermedio para lograr la presidencia. ficia a la vicepresidenta, que no estuvo expuesta a primarias competitivas ni al escrutinio de su programa. En esta campaña, hasta ahora, no ha dado ninguna entrevista extensa. Solo puntos de prensa. Muchas sonrisas y simpatía, pero poco se sabe de lo que piensa, salvo algunas pistas populistas en connes. Ahora hemos llegado a Córdoba.
Encontrar el hotel que hemos reservado es toda una aventura ya que se ubica en el casco histórico de la ciudad, formado por un laberinto de estrechas callejuelas, con pisos de piedra huevillo por las que conduzco apenas hasta topar con una muralla, obligándome a la maniobra temeraria de retroceder intentando no atropellar a algún turista ni abollar el auto de alquiler. calle del hotel, que tiene el extraño nombre de "Mucho Trigo", no se divisa por parte alguna y nuestro guía digital enloquece impartiendo instrucciones ininteligibles.
Como puede presumirse, la angustia del momento enardece los ánimos conyugales, hasta que después de largas vueltas logramos encontrar por azar el hoD Í A A D Í A ¡ Y Olé! T E M A S E C O N Ó M I C O S Lo ocurrido bajo la actual administración refleja con nitidez el mal desempeño de nuestra economía en la última década. El crecimiento del PIB ha sido mínimo bajo el gobierno de Gabriel Boric: 2,1% en 2022 y 0,2% en 2023.
El primer trimestre de 2024, el producto se expandió un 2,5% en 12 meses, mientras que en el segundo trimestre del presente año la cifra alcanzó solo un 1,6%. El conjunto de estadísticas ha llevado a los expertos a anticipar un crecimiento para este año en torno al 2,5%, alejándose del 3% en algún momento sugerido por la autoridad.
Sin embargo, el consumo del Gobierno sigue creciendo con fuerza (3,7% en el primer trimestre de este año y 1,6% en el segundo trimestre), sustentado por un gasto público que sigue justificándose en función del éxito de nuestra economía en el pasado, y no ha reparado en los altos niveles de endeudamiento de un país con un PIB tendencial en torno al 2%. Esto, por cierto, no ayuda a los esfuerzos por contener la inflación. La situación de la inversión es particularmente grave. Es de público conocimiento que la excesiva burocracia estatal, utilizada además de forma imprudente por grupos con motivaciones ideológicas, está impidiendo el desarrollo de proyectos de inversión clave para el desarrollo del país.
El último caso fue el proyecto "Central de Bombeo Paposo" de Colbún, que fue terminado anticipadamente por el Servicio de Evaluación Ambiental de Antofagasta bajo argumentos cuestionables y que hubiese significado inversiones por más de US$ 1.400 millones. Hechos como estos, sumados a una institucionalidad más débil y con menos protección a los inversionistas, están, por ejemplo, tras la preocupante evolución de la formación bruta de capital de los últimos años.
De acuerdo con las cifras más recientes del Banco Central, en los cuatro trimestres de 2023 la variación anual de la serie fue: -10,9%, -2,6%, -2,8% y -4,1%. Por su parte, en los dos trimestres de 2024 se han reportado 3,8% y -8,7%, respectivamente. En cuanto a la inversión en "Construcción y otras obras" y "Maquinarias y equipos", los datos oficiales muestran caídas en los cuatro últimos trimestres. De esta forma, la retórica de optimismo por un eventual "despegue económico" desplegada desde el Ejecutivo temprano en 2024, no ha sido suficiente para modificar las decisiones de los inversionistas en el corto plazo. Pero las consecuencias de esta situación también impactarán el desempeño económico en el largo plazo.
En términos reales, en el segundo trimestre de 2024, la inversión en capital fijo solo alcanzó el 22,1% del PIB (era 23,4% en el mismo trimestre de 2023), lo que limitará la posibilidad de elevar el potencial de nuestra economía durante los próximos años. A esto se suma un mercado laboral que ha sido crecientemente rigidizado, muchas veces con el apoyo transversal de una clase política que ha obviado las alertas técnicas. Las presiones al alza en la informalidad y la constante reducción del empleo formal, documentado en las estadísticas de la Superintendencia de Pensiones, son manifestaciones de un mercado menos flexible y con reglas menos modernas. Es de esperar que durante la última parte de la administración del Presidente Gabriel Boric se realicen esfuerzos adicionales para evitar continuar profundizando estos retrasos. Las lecciones de estos años En materia económica, Chile dejó de ser un ejemplo en la región hace, aproximadamente, una década. El país se encuentra en un largo período de estancamiento. Los actuales niveles de calidad de vida de la población son el resultado de nuestro éxito anterior, no de la mediocridad actual. Por lo mismo, estos no son sustentables sin crecimiento. El sustento de la mediocridad La posibilidad de cambiar el rumbo de nuestra economía depende críticamente de un sincero y honesto reconocimiento de los errores cometidos desde la política en los últimos años.
En el centro de todos ellos se ubicó un relato en torno a que el crecimiento económico del país estaba asegurado, lo que incluso llevó a desmantelar los incentivos y resguardos para la atracción de la inversión extranjera. Tal grueso error ha dado pie a cambios desafortunados, muchos, además, contaminados por la improvisación y mal diseño de las propuestas. En cada uno de los casos, la oposición fue incapaz de reencauzar el debate, siendo también en parte responsable del estancamiento. Quizás el mejor ejemplo de lo anterior se observa en materia tributaria. El complejo sistema actual, que incentiva poco el desarrollo de negocios e impone una alta carga tributaria, es el resultado de una serie de errores iniciados bajo el segundo gobierno de la expresidenta Bachelet. Algunos de estos eran incluso acrecentados en el programa de gobierno de Gabriel Boric, caracterizado por sus mínimas menciones a la necesidad de retomar el crecimiento económico. Ha sido afortunado para el país que dicho programa no haya encontrado posibilidad de implementarse, de otro modo el impacto sobre nuestra economía hubiese sido mayor.
También es necesario reconocer cierto aprendizaje por parte del primer mandatario respecto de la importancia de una economía sana y dinámica, a pesar de que su gobierno ha fallado en configurar una agenda que apunte en esa dirección. Algo similar ha ocurrido en los ámbitos de la educación y salud, donde el deterioro y retroceso han sido evidentes. Lo mismo se observa en el caso del mercado laboral. Una secuencia de reformas impulsadas desde la izquierda, en ocasiones apoyadas por una oposición de convicciones extraviadas, han encarecido la creación de empleo formal. La insistencia de una nueva reforma que ahora introduzca la "negociación ramal", sugiere que la actual administración no ha reparado en la compleja situación del mercado laboral. Por su parte, una propuesta de reforma previsional que agregaría un sistema de reparto financiado por impuestos (fuente de insustentabilidad) y cuentas nocionales encubiertas como un préstamo (fuente de incertidumbre), aparece como una nueva amenaza. El apoyo que parte de la oposición está dando a esta propuesta es otro ejemplo del rol a veces transversal de la política en nuestro deterioro institucional y económico. Con todo, más allá de las infundadas críticas a un modelo que brindó prosperidad por décadas, las cifras confirman que la visión alternativa impulsada desde la izquierda ha fracasado. El país requiere un cambio de agenda profundo, donde la iniciativa privada esté en el centro. Esta deberá ser la labor del próximo gobierno, cualquiera sea su color.. - - -