Autor: HERALDO MUÑOZ
Columnas de Opinión: China resiste
Columnas de Opinión: China resiste LA GUERRA COMERCIAL del Presidente Donald Trump contra el sistema de comercio global afecta a todos los países, casi sin excepción. Pero el blanco fundamental es China. La razón es la lucha por el liderazgo hegemónico global entre EE.UU. y China que seguirá marcando los años venideros, y que antecede la segunda llegada de Trump a la Casa Blanca.
Después de golpes y contragolpes, los gravámenes de Trump a los productos chinos escalaron al 145%, mientras que Beijing retrucó con un 125%. Washington agregó exigencias como las licencias para exportar microchips a China, afectando a firmas tecnológicas como Nvidia, y, paralelamente, EE.UU. fijó nuevas tarifas portuarias a buques construidos y operados por China, lo cual puede repercutir en los costos del transporte naviero a nivel mundial. Empresas de transporte y sitios de comercio con financiamiento chino, como Temu y Shein, aumentaron los precios para sus clientes en EE.UU. La compañía Wyze, especializada en cámaras de seguridad, informó que una adquisición de reflectores de China le costó US$ 255.000 en aranceles y US$ 167.000 en el precio de compra.
EL EFECTO DESASTROSO de los aranceles de Trump en el mercado de bonos del Tesoro de EE.UU., lo obligó a decretar una pausa de 90 días en la aplicación de los gravámenes a la mayoría de los países, con excepción de China. Más tarde, beneficiando directamente a Beijing, Trump eximió de aranceles a los teléfonos celulares y otros productos digitales, la principal línea exportadora del gigante asiático a EE.UU. Así se evitó un perjuicio gigantesco a las compañías tecnológicas (Apple importa un 90% de sus iPhone desde China), y un golpe para los consumidores estadounidenses. Lo que está en juego es un comercio anual sino-estadounidense de US$ 700.000 millones, cifra que podría caer precipitosamente en los años venideros.
ESSERPECNARF más su crecimiento; pero Beijing no cederá fácilmente frente a Washington. según el analista citado es la idea de “chi-ku”, o “tragarse amargura”; es decir, soportar las circunstancias adversas en aras de la nación y la misión histórica del Partido Comunista Chino (PCCh) de superar los “cien años de humillación de China”. Beijing está disponible a negociar, pero no bajo condiciones indignas que pudiesen afectar la imagen de Xi y del PCCh.
Y el estilo de Trump de buscar diálogos personales con Xi Jinping, u otros mandatarios, para arrogarse el mérito de conseguir deals, es contrario al estilo Xi, quien no negocia acuerdos directamente, sino que sanciona los acuerdos generados por sus subalternos.
China ha combinado la resistencia a EE.UU., con una “ofensiva de encanto” con algunos países de Asia, especialmente Corea del Sur y Japón, y, especialmente, con Europa, distanciada de Trump por la agresividad de Washington y por su postura favorable a Rusia en la guerra con Ucrania.
Washington confirmó que este fin de semana, en Suiza, se efectuarán conversaciones bilaterales para “desescalar la guerra arancelaria”. No se trataría de lograr un acuerdo definitivo, sino que de bajar las tensiones antes de avanzar, según el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent. Esta es una señal alentadora, al igual que el acuerdo parcial de EE.UU. con el Reino Unido. No será una tarea fácil, pues Trump puso como condición de un eventual acuerdo con China el cese del flujo de fentanilo hacia territorio estadounidense. SE RUMOREA QUE LOS ARANCELES de EE.UU. a China variarían hacia un enfoque escalonado, con gravámenes bajos a los productos considerados no esenciales para la seguridad nacional, y más elevados a aquellos bienes considerados estratégicos. Y los aranceles se aplicarían de manera gradual. Estamos ante una noticia en desarrollo. En una columna próxima analizaremos las implicancias para Chile de la guerra comercial entre EE.UU. y China. Heraldo Muñoz fue canciller de Chile entre 2014 y 2018. Eso explica que Trump haya declarado que el arancel de 145% a China puede bajar, que no será tan alto, pero que no será cero. Lo que sucede es que China se resiste a negociar bajo presión. Fue un verdadero misterio una supuesta llamada de Xi Jinping a Trump a fines de abril. Sin embargo, el Financial Times aseguró, de fuentes confiables, que no habría existido semejante llamada telefónica.
SEGÚN ZONGYAN ZOE LIU, analista sénior del Council on Foreign Relations, Trump y su entorno han calculado mal la resiliencia de la economía china y la actitud de resistencia de Xi Jinping, pensando que este se apresuraría a buscar un acuerdo con Trump.
Efectivamente, China enfrenta problemas generados por una crisis inmobiliaria, una caída del consumo interno, y presiones deflacionarias que, con los efectos de los aranceles de EE.UU., podrían desacelerar aún { OPINIÓN } UN CONCEPTO POLÍTICO CLAVE DE XI. { OPINIÓN } EE.UU. intentaría bajar las tensiones con un primer diálogo con China este fin de