Autor: JAVIERA HERRERA Y.
“El relato triestamental tiene un poco de información y mucho de imaginación. Y nada de rigor”
“El relato triestamental tiene un poco de información y mucho de imaginación.
Y nada de rigor” A medida que se acercaba la sesión del Senado Universitario de la U. de Chile que abordaría la triestamentalidad en los consejos de facultad celebrada el jueves, el tema se volvió conversación obligada.
Por ejemplo, el senador universitario Jorge Martínez de la Facultad de Artes afirmó, en una columna publicada en Crónica Digital, que “la democracia llegó para todos, excepto para las universidades públicas chilenas”. Y agregó que la postura de quienes se han mostrado contra la triestamentalidad “no se explica sino por una exagerada desconfianza hacia la democracia, totalmente ideologizada desde un ideario muy reaccionario y conservador, que termina por dañar nuestra institución”. Sin embargo, el profesor de Filosofía del Derecho de ese plantel, Miguel Orellana Benado, es tajante en afirmar que la discusión de la triestamentalidad no tiene que ver con la democracia.
De hecho, en conversación con “El Mercurio” asegura que lo ocurrido en el Senado Universitario donde ganó la opción que da, respectivamente, 12,5% de participación total a alumnos y funcionarios en los consejos (ver recuadro) es “un desastre”. ¿Siguió la discusión que se dio en la sesión del Senado Universitario? “No estuve en la sesión. Yo fui el primer secretario del Senado Universitario, por eso tengo tanto cargo de conciencia. Porque yo hice mucho por poner en marcha lo que ha revelado ser un monstruo hoy en día. Porque la premisa es completamente falaz: que la democracia exige esto (triestamentalidad), la democracia no lo exige. No tiene nada que ver.
Es un invento, y se nota que es un invento, porque esta decisión tan trascendental se toma en un senado que integran siete estudiantes que fueron elegidos de un universo de tres mil, con doscientos votos”. ¿Por qué dice que se está poniendo en marcha “un monstruo”. En una carta a este diario ya había señalado que “la U. de Chile intentará cometer suicidio”. ¿Por qué este escenario tan catastrófico? “Porque yo creo que en la institución universitaria que se presenta a sí misma ante la sociedad como la guardiana, la transmisora del conocimiento, y sobre todo, la que aumenta el conocimiento, el cultivo del pensamiento racional tiene que estar en el corazón de su quehacer, y no el asunto emocional. Porque los asuntos emocionales son muy importantes en la vida de los seres humanos (), pero la universidad está para el cultivo de la razón, no para el cultivo de la emoción. Y esto son emociones.
Entonces, el sentimiento de injusticia, de opresión, y unos relatos fantásticos (que hablan de) que los profesores son unos privilegiados, que no quieren compartir el poder porque son retrógrados, una serie de cosas que no son argumentos, son descalificaciones... No hay un libro que defienda la opción triestamental, que defina qué es, que la explique, son solo las referencias (). Entonces, me parece que cuando en la universidad se produce este nivel de distorsión del pensamiento racional, la señal es muy grave para toda la sociedad”. Orellana Benado, quien fundó la cátedra de Filosofía de la Moral en la Casa de Bello, también plantea: “De las mejores 100 universidades del mundo, solo hay dos que son gobernadas por los profesores, que son las dos instituciones medievales que sobrevivieron y que han florecido en la era moderna: Cambridge y Oxford.
Ahí el poder está en los profesores, pero en ninguna otra parte es así (). Entonces, este invento chileno, de que la universidad es la conjunción de tres estamentos, es una narrativa inteligible, no cabe duda, ANEVARAROTCÉH pero que no es verdad. (). Pretender que el régimen triestamental va a ser una contribución al florecimiento de las universidades públicas es tomarse en serio una cosa absolutamente fantástica, un cuento de hadas”. “Apelaciones nostálgicas a lo que pasó en 1918” La rectora Rosa Devés aseguró tras la votación del jueves que el resultado “será un aporte” para la gestión y convivencia. “Yo escribí un libro sobre este asunto (Educar es gobernar.
Orígenes, fulgor y fines del triestamentalismo). No hay ningún librito escrito presentando y defendiendo el triestamentalismo, más allá de apelaciones nostálgicas a lo que pasó en 1918 en Córdoba (Argentina). Pero la situación de hace 100 años en Córdoba, ¿qué tiene que ver con la situación de hoy día? Nada”. ¿Es más bien la idea la que encanta, más que los resultados que se generarían? “Por supuesto. Porque no hay ninguna evidencia de que universidades que se gobiernan de la forma en que se está dirigiendo la Chile, sean mejores universidades. Las personas que aprecian el pensamiento racional, lo que se supone que cultivamos en la universidad, la primera cosa que se toman en serio es la información empírica, fáctica, dura. Y lo otro que se toma muy en serio es el rigor del pensamiento, entender qué conclusiones se siguen, de qué premisas, cuál es el alcance de las conclusiones. Eso es rigor. Y después, el pensamiento racional tiene unas gotas de imaginación, pero unas gotas. Y este relato triestamental tiene un poco de información y mucha imaginación, y no tiene ningún rigor. Entonces, no es pensamiento racional.
Es el equivalente a una teleserie, es el equivalente a una noticia que busca provocar indignación”. “Participación en ciertas instancias” Cuando fue el primer secretario del Senado, ¿en qué se avanzó para que usted ahora diga que siente la culpa? “Eso fue en 2006.
Y hace 20 años había una modificación del estatuto orgánico que creó este Senado Universitario (), y cuando lo echamos a andar, mi posición, y la he defendido por escrito en el librito, es que la participación de los estudiantes en las universidades públicas, en el gobierno de estas, en ciertas instancias, se justifica porque así la universidad cumple con su obligación de contribuir a la formación de la siguiente generación de élite política. Entonces, no es un derecho, es un privilegio de formación.
Y que es un privilegio se nota porque cuando hay elecciones, ¿cómo compiten los estudiantes? Ahora no les interesa, ni siquiera han sido capaces de levantar la FECh, a pesar de que ya no tienen ni quorum mínimo”. “Y en el caso de los funcionarios, mi posición es que también se justifica, pero por un imperativo de eficiencia. Hay muchos procesos que los funcionarios del personal de colaboración conocen muchísimo mejor que los profesores.
Y cuando se nos ocurre una bonita idea, y hay un funcionario presente, como ocurre durante el Senado, y uno dice, mire, podríamos hacer esto, el funcionario responde sí, profe, pero es que si usted hace eso, va a pasar esto otro Entonces, que participen en ciertas instancias del gobierno se justifica, es racional, pero no tiene nada que ver con la democracia”. ¿Con el porcentaje de participación que se aprobó, cree que habrá una real influencia? “El cambio es lo fundamental, pero las consecuencias operativas de los cambios son las que preocupan a las personas que están genuinamente interesadas en el florecimiento de la U. de Chile. Porque las c o n s e c u e n c i a s prácticas, ¿cuáles son? Que los cuerpos colegiados, o sea los consejos de facultad, se van a volver multitudinarios. Y eso se sabe que impide la toma de eficientes decisiones.
Entonces, lo que va a pasar con esto es que mucha gente va a estar hablando, hablando, entrenándose para hablar en público, entrenándose para salir a hablar con convicción”. El jueves, tras la votación, el profesor Leonardo Basso decía que esto tampoco va a parar acá, que es solo el comienzo.
“Evidente, porque están muy entusiasmados con un relato épico que no es racional, que no tiene aval en la evidencia empírica y que no es más que una fantasía de personas que están por períodos muy breves en la universidad y que usan la universidad como un trampolín para saltar a otros destinos”. Uso del feriado legal ¿ Le llamó la atención que en la jornada del jueves no estuviera la rectora por estar haciendo uso de su feriado legal? “Me llamó mucho la atención. Porque la señora rectora desciende de una familia que ha estado ligada a la universidad desde antes de la Independencia. Todo el mundo sabe que su bisabuelo era don Arturo Alessandri, Presidente de la República dos veces. Pero el abuelo del bisabuelo, don José Gabriel Palma Villanueva, fue rector de la Real Universidad de San Felipe. Y después, fue el tercer decano de la Facultad de Leyes y Ciencias Políticas de la U. de Chile.
Entonces, la señora rectora conoce la historia de la corporación, y yo entiendo los días de descanso y todo eso, pero en un momento así de trascendental, delegar esto en la prorrectora (Alejandra Mizala), me desanima. Yo tengo gran aprecio por la rectora (), pero no comparto su visión de la universidad para nada. Pero eso en la Chile no asusta a nadie. Nosotros estamos aquí porque el pensamiento racional sabe que no puede florecer si no hay distintas opciones. Pero aquí lo que está floreciendo no es el pensamiento racional.
Es una fantasía”. No hay un libro que defienda la opción triestamental, que defina qué es lo que es, que la explique, son solo las referencias”. Están muy entusiasmados con un relato épico () y que no es más que una fantasía de personas que están por períodos muy breves en la universidad y que usan la universidad como un trampolín para saltar a otros destinos”. El profesor Miguel Orellana Benado aborda la reciente votación en la U. de Chile: LO QUE SE DISCUTIÓ n QUE SON Los consejos de facultad son, según detalla la U. de Chile en su sitio, órganos colegiados cuya “principal función es definir las políticas de desarrollo académico e institucional” de cada unidad. Están compuestos “por derecho” por decanos, directores de escuela y departamentos, además de invitados permanentes, entre otros. n LAS TRES PROPUESTAS QUE TUVO ALA VISTA EL SENADO UNIVERSITARIO. CADA UNA ES SOBRE EL 50% DE LOS INTEGRANTES DE LOS CONSEJOS, LOS DE “LIBRE ELECCIÓN”. La primera propuesta fue presentada por la rectoría. Establecía que de la proporción de libre elección, 3/5 estaría compuesto por académicos, y el resto, por alumnos y funcionarios. La segunda alternativa que prevaleció fija que el 50% del universo de libre elección sean académicos. Un 25% sean funcionarios y otro 25%, estudiantes.
La tercera opción planteaba que 5/7 del porcentaje de libre elección fueran académicos, y el resto, alumnos y funcionarios.. El filósofo asegura que el cambio aprobado en el Senado Universitario no aportará en el “florecimiento” de la universidad. Además, postula que la posibilidad de que los estudiantes voten no es un derecho, sino un privilegio, y critica la baja participación que tienen en otras instancias, como la federación. El profesor Miguel Orellana Benado aborda la reciente votación en la U. de Chile: Miguel Orellana Benado