Las razones tras la renuncia de Paola Bruzzone, la vicepresidenta de Clínica Las Condes
Las razones tras la renuncia de Paola Bruzzone, la vicepresidenta de Clínica Las Condes Las discrepancias con el manejo admi nistrativo de la clínica fue el ultimá tum de una relación por cinco años. El lunes, Paola Bruzzone dejó todos los car gos que la ligaban a Clínica Las Condes, no solo la vicepresidencia del directorio sino también la presidencia de Seguros CLC. La noticia vino a remecer a una institu ción frágil financieramente, que enfrenta acciones judiciales de los médicos por apro piación indebida y sendas demandas por cobranzas de proveedores. De hecho, con tactados aseguran que la empresa Micro soft habría decidido cortarles el servicio por una deuda del orden de los $1.500 millones. En CLC, declinaron referirse al tema.
Bruzzone era a ojos de directivos, ac cionistas y ejecutivos la mano derecha del presidente de la firma, Alejandro Gil, a quien los demandantes adjudican la mayor cuota de responsabilidad en la crisis de la clínica.
Sin embargo, otros contactados le restan veracidad a ese rol de “mano dere cha”. La socia del estudio Bruzzone y Gon zález Abogados SpA, llegó al directorio pri mero, a petición de su amiga, pareja de Gil y controladora de la entidad, Cecilia Karlezi. Se habían conocido en Falabella, cuando Bruzzone era la gerenta legal corpo rativa. Fuentes al tanto aseguran que tuvo cercanía con Gil recién cuando llegó al directorio. Y si bien en un comienzo lo ayudó a instalar el nuevo modelo médico, luego el presidente tuvo asesores personales, como el abogado Se bastián Oddó, y luego el actual fiscal, Álvaro Jofré.
Aún más, conoce dores del tema ratifi caron que Bruzzone r e a l i z ó d i v e r s a s gestiones para que Gil diera un paso al costado en su rol de presidente de CLC en benefi cio del interés so cial de la compañía. Las mismas fuentes afirmaron que el cos to que pagó la ex vice ZE presidenta de CLC fue REP un distanciamiento y ANE prácticamente nula RACA comunicación con Gil. MOLLAVRACNÁITSIRCDesde el mercado atribuyen el alejamiento, además, a lo ocurrido hace algunos semanas. El 26 de noviembre, la clínica informó al mercado la existencia de pasivos no reconocidos durante 2023. Se trató de unos $7.300 millones en cuentas por pagar, que se facturaron el año pasado, pero se pagaron este, por lo que se estimaba que había que reconocerlos en 2024. Cercanos a Bruzzone aseguran que la comunicación mandada a la CMF no era clara. Y fue una de los directores que presionó a la administración para que enviara un nuevo hecho esencial el viernes con la cita textual del acuerdo al que había llegado la mesa.
De hecho, si el hecho esencial de noviembre daba cuenta textual de pasivos no reconocidos en 2023, el viernes ya sinceraban que “el error en el registro se había producido, también, para el ejercicio 2024”. Y transcribieron literal el acuerdo alcanzado por la mesa. P ara al g uno s, los problemas en los balances y la forma en que se comunicó terminaron con su paciencia.
Otros argumentan que esa no fue la razón principal y que se habría ido “con pasi-Alejandro Gil, vos o sin pasivos”, porque estaba abriendo una oficina de su estudio en Miami, lo que le demanda bastante tiempo. Además de haber acumulado “diferencias irreconciliables” con la gestión de la administración, que se han agudizado con el último gerente general que asumió en la clínica: Pablo Ortiz. Para nadie es novedad que la entidad ha visto mermar su reputación, a raíz de sus polémicas, la fuga de médicos y la caída en la ocupación. Aún más, no solo renunció Bruzzone a la mesa, sino también la abogada Macarena Santibáñez, que trabaja en su estudio. El bufete de Bruzzone se ha convertido en uno de los principales asesores legales de CLC. Si a diciembre las cuentas por pagar a Bruzzone y González Abogados SpA sumaban $51,7 millones, a septiembre de 2024 ascendía a $71,2 millones, deudas que podrían seguir impagas. El estudio mantiene una persona a permanencia en la clínica, y eso continuaría, al menos por el momento. Hoy, CLC tiene litigios con Femsa por una deuda superior a los $700 millones; con empresas de factoring, por otros $15 millones; una importadora, por unos $31 millones, entre otras. De hecho, según los balances a septiembre, los proveedores cuyas deudas tienen plazos vencidos suman $9.639 millones. Y ya se han pagado grandes sumas a Enel, Sonda, entre otros proveedores. En resumen, la renuncia de Bruzzone y Santibáñez dejó al directorio de CLC con siete miembros. En Seguros CLC, Bruzzone fue reemplazada por el también integrante de la mesa de la matriz, Alexander Tavra, y asumió la presidencia Juan Gamper, todos hombres de Gil. La abogada Paola Bruzzone.. presidente de CLC