Coleccionista experto
Coleccionista experto S us primeros acercamientos a la obra de Hugo Marín (1929-2018) fueron en los años 90. "Ya me impresionaba él como artista; sus cabezas con dientes postizos y prótesis oculares.
Había algo en su quehacer artístico que, en ese momento, no sabía cómo traducir, pero que me movía", explica Guillermo Carrasco, gran coleccionista, presidente de la Fundación Hugo Marín y especialista en la obra de este creador que estudió con José Perotti en la Escuela de Artes Aplicadas y que a lo largo de su carrera incursionó en el esmalte sobre metal, la pintura y la escultura. Lo conoció en 1998, poco antes de que inaugurara una retrospectiva de sus últimos quince años de trabajo, en la Sala Matta del Museo de Bellas Artes.
Ahí, Carrasco, ante el tremendo despliegue de un cuerpo de obras que incluía escultura en barro, pintura, instalaciones, grandes volúmenes totémicos de dignatarios y chamanes, terminó por confirmarse a sí mismo que Hugo era el artista visual chileno que más le interesaba. Entablaron una amistad y "a medida que lo fui conociendo como persona me fui encontrando con un hombre tremendamente atractivo por su intelecto, sus búsquedas filosóficas, su cultura. Tenerlo como amigo era como hacer un doctorado en cultura visual, porque tenía un enorme bagaje en todas las formas plásticas que uno pueda imaginar. Le interesaba el arte popular, la artesanía, las artes decorativas... todas las facetas del arte", dice.
En el tiempo y con la ayuda del propio Hugo Marín, Guillermo fue reuniendo este enorme conjunto de obras que en su totalidad da cuenta de las etapas, intereses y búsquedas de este artista. "Es una colección de la cual me siento muy orgulloso, porque abarca todas las épocas de su quehacer, desde la primera cuando hacía esmaltes sobre metal y se iniciaba en la pintura hasta la última.
Incluso, incluye la obra en cerámica que estaba trabajando en el taller de Lise Moller la semana en que se enfermó y falleció", explica Guillermo en su departamento donde el arte de Marín está por todas partes. ¿Cómo la fue reuniendo? El grueso proviene del propio artista, adquiridas directamente a Hugo y corresponden a obras emblemáticas, porque formaban parte de su propia colección, como las volumetrías de barro de los años 80. Otras las adquirí al coleccionista François Piraud y a otras llegué por datos de Hugo, quien me soplaba sobre quiénes tenían obra suya que "podríamos rescatar", como me decía. Él le tenía cariño a mi colección, porque veía que en ella estaba preservada una visión completa de su trabajo plástico. Son más de 200 obras, sumadas las piezas de pequeño formato, dibujos y maquetas o ensambles, que están inventariadas, catalogadas y estudiadas.
De cada una se sabe con Coleccionista experto Son más de 200 obras de Hugo Marín las que conforman la colección de Guillermo Carrasco, un verdadero erudito en el mundo creativo de este singular artista que durante 70 años de carrera se expresó en variados lenguajes, disciplinas y materiales. Parte importante de ese conjunto, que incluye pintura, escultura, esmaltes y maquetas, estará en la muestra que rinde tributo y examina el mundo mariniano: "Hugo Marín. Los cinco elementos". Tendrá lugar simultáneamente en las corporaciones culturales de Las Condes, Lo Barnechea, Vitacura y Providencia, a partir del 10 de este mes. Texto, Beatriz Montero Ward. Fotografías, Carla Pinilla G. ENTREVISTA "El boxeador" se titula esta escultura.
Tras ella, la pintura "Emblema". Guillermo Carrasco tiene los derechos intelectuales de la obra de Hugo Marín. "Cuando murió sentí el deber de crear una fundación en su nombre para ser fiel a su deseo y a su memoria", dice.. Coleccionista experto claridad su procedencia, materialidad y época de ejecución. “La característica principal de este conjunto es que todas son obras realizadas realizadas por el propio artista, no son de taller”, advierte advierte Guillermo. Prácticamente el conjunto completo estará presente en la gran exposición exposición “Hugo Marín.
Los cinco elementos”, que se abre al público el io de agosto, en forma simultánea, en las sedes de cuatro corporaciones corporaciones culturales: Centro Cultural El Tranque, Centro Cultural Las Condes, Fundación Cultural Cultural de Providencia y Lo Matta Cultural. “Algo “Algo inédito”, como dice Carrasco. ¿Por qué el nombre de esta exposición? La obra de Hugo Marín es inagotable, se puede mirar, estudiar y observar desde distintos distintos ángulos. Al igual que un prisma, tiene muchas facetas por descubrir y debe ser revisada revisada desde distintas ópticas. Los cuatro elementos elementos tierra, agua, aire y fuego fueron los Importante pieza de fines de los años 60 que abre una forma distinta de ver la escultura en Chile. Se titula “Los que vienen”. aliados constantes de sus manos y con ellos construyó una tremenda obra visual. Pero sin su desbordante imaginación, sin su espíritu, ese cuerpo creativo habría sido imposible, y ese es el quinto elemento. ¿Cómo fue descubriendo, entendiendo el universo mariniano? Tengo el interés por investigar y estudiar. De hecho, he publicado dos libros sobre Hugo Hugo Marín. Siempre me ha interesado conocer el contexto de las obras de arte, su significado significado dentro del momento histórico y cultural en que fueron creadas. En el caso de Hugo, desde el primer momento me motivó conocer conocer sus orígenes, sus primeras búsquedas para para comprender su trabajo.
Como coleccionista coleccionista se tiene la responsabilidad de tratar de entender entender a cabalidad la obra del artista, de documentarIa documentarIa y, si se tiene la capacidad, de escribir sobre ella, Yeso es lo que he intentado intentado hacer en estos años. ¿Cuál es el futuro de este conjunto? Tener una colección es un peso, una responsabilidad. responsabilidad. No me gustaría que este conjunto conjunto que, hasta donde sé, es el único cuerpo de obra coherente que se conserva de Hugo Marín, se desmembrara, se dispersara a los cuatro vientos. Quisiera que permaneciera como unidad, porque creo que la colección en sí misma es una obra. Cómo lograrlo es un asunto complejo, pero sí tengo claro que me gustaría que quedara resguardada por una institución solvente que pudiera hacerse cargo cargo de su conservación y exhibición. VE) Ii En primer plano, “El niño rabioso” en “Camino seco, camino húmedo”, escultura gres. Las otras dos cabezas son de que estuvo en la Bienal de Sao Paulo, Brasil. barro, realizadas en los años 80. Detrás: obra polimatérica de los años 60. La cabeza de la izquierda es de 1985 y fue la primera obra de Marín que tuvo este coleccionista. coleccionista. Es de papel y sus ojos son plásticos. 1 1. -. Hugo Marín, quien falleció en 2018, rodeado rodeado de sus enormes cabezas con prótesis dentales y oculares..