COLUMNAS DE OPINIÓN: Realidad docente debe mejorar
COLUMNAS DE OPINIÓN: Realidad docente debe mejorar Wilta Berrios Oyanadel Educadora Educación en palabras simples Realidad docente debe mejorar La convivencia escolar es un pilar fundamental en los establecimientos educacionales y especialmente en este último tiempo, en donde se ha sentido el poco respeto hacia los docentes, ya sea por parte de estudiantes, padres y/o apoderados. Es una realidad docente que ha desenfocado en que las licencias médicas, por estrés laboral docente, aumenten cada día más.
En nuestro país, pese a todos los esfuerzos realizados en los últimos años respecto del tema, en el día a día se vivencian desafíos significativos y preocupantes y, es por ello, que es de suma importancia realizar una agenda de Estado a corto, mediano y largo plazo, que permita mejorar de raíz dicha temática.
La presencia evidente de agresiones por parte de estudiantes, padres y apoderados hacia colaboradores de la educación, requiere replantear ahora estrategias y fortalecimiento del apoyo hacia los docentes, sin olvidar que son la primera línea en la construcción de una cultura de respeto y colaboración, pero así como estamos, ni siquiera el docente puede acceder a esta valoración. La realidad de la convivencia escolar en Chile de acuerdos a estudios, indican que las instituciones enfrentan problemas relacionados con la violencia, acoso y faltas de respeto en las aulas y los espacios escolares.
No es un tema aislado, es un tema que ha ido en aumento, y si bien es cierto que los escolares tienen derechos a entender con acciones de apoyo y contención, ¿quién contiene a los docentes o los protege legalmente cuando un estudiante los agrede, ya sea verbal y/o físicamente? Debe haber una responsabilidad real de parte del estudiante y padres o apoderados de estos, ya que son situaciones que afectan a toda la comunidad educativa, no solamente a los dos o tres involucrados, y además, a las familias de los involucrados.
Si buscamos una causa a estos problemas, podemos indicar que son multifactoriales desde contextos familiares complejos, desigualdades sociales y también la influencia de las redes sociales que contribuyen, en parte, a escenarios de violencias y faltas de respetos en el entorno escolar.
Aquellos estudiantes que aún saben respetar, son aquellos cuyas familias tienen respeto hacia los docentes y de haber algún problema, se soluciona también con los adultos de manera respetuosa; es decir, se hace parte la familia y la unidad educativa.
Es imperativo que el rol de los docentes sea apoyado por una entidad estatal, ya que son demasiados los casos a nivel país, y si a eso agregamos que cada día hay menos personas que estudian pedagogías, se hace más necesario aún.
En pleno derecho, se asegura potestad de todos los estudiantes, pero ¿ quién se hace cargo de los derechos de los docentes, prestar apoyo legal y contar con un real apoyo psicosocioemocional? Sin embargo, los docentes enfrentan sobrecarga laboral, falta de recursos e infraestructura, y como ya los hemos mencionado, cada día más expuestos a agresiones físicas y verbales que generan un desgaste emocional que afecta el bienestar y desempeño laboral, convirtiéndose así en un círculo vicioso.
Expertos en educación y psicología coinciden en que mejorar la convivencia escolar es imprescindible para fortalecer a los docentes y, por sobre todo, un mecanismo efectivo para denunciar y gestionar situaciones de violencia y no que quede al arbitrio que, si el docente quiere realizar acciones legalmente, lo haga en lo particular.
No me cansaré de solicitar, y mucho menos ahora como está la convivencia escolar en las unidades educativas, que trabajar en educación es una tema laboral de alto desgaste; por tanto, solo se debiese trabajar hasta los 50 años y con el 100% de la jubilación de acuerdo a su último sueldo. ¿Le ha pasado a usted que con uno, dos o tres hijos estamos agotados? Entonces, imaginemos a los docentes enseñando a 25,30 ó 40 estudiantes bajo un contexto más complejo aún. «Docente sano es un faro de luz que ilumina el camino hacia la sabiduría y compasión de los estudiantes». W.B.O., Educadora, San Felipe, Chile..