Autor: Juan Castañeda Alcaíno Cientista político y académico, Universidad Autónoma de Chile
Cifras desoladoras
8 La alarmante escalada de violencia queafectá anuestros niños y adolescentes exige una respuesta urgente y contundente del Estado. Las cifras son desoladoras: 141 menores fallecidos por armas de fuego desde 2022 y ya 10 en lo quevadeesteaño, incluyendo elreciente y trágico caso de la niñade 7añosasesinada enla comuna de La Granja. Estas muertes no son sólo un fallo de seguridad, sino una deficiencia fundamental del Estado en la protección de la vida de la niñez y sonun fracaso de la gestión gubernamental.
Medidas como fortalecer la protección en comunidades vulnerables, especializados; crear unidades exclusivas en Fiscalía y PDI para homicidios y reclutamiento infantil; y la implementación de una “alerta temprana” con cruce de datos sobre ausentismo escolar y violencia intrafamiliar, podrían ayudar a evitar nuevas muertes. También hay que articular eficazmente las políticas públicas existentes y alos diversosactores, ahora sumando al Ministerio de Seguridad Pública. No impasibles. La protección de nuestros niños es una obligación irrenunciable. El Estado debe actuar con la urgencia que la gravedad de la situación demanda.