CONAN, LA BACTERIA QUE SOPORTA LA RADIACIÓN EXTREMA
CONAN, LA BACTERIA QUE SOPORTA LA RADIACIÓN EXTREMA CIENCIAAgencias einococcus radioduD rans, apodada la *bac-teria Conan, tolera do-sis de radiación miles de veces superiores a las que matarían a un ser humano, y a cualquier otro organismo. Ahora, su estudio inspira a un equipo de científicos para desarrollar un potente antioxidante.
Elsecreto desuincreíle resistencia es la presencia de un conjunto de metabolitos simples que, combinados con el manganeso, forman un potente antioxidante que un equipo de químicos de la Northwestern University y la Uniformed Services University (USU) descubrió cómo funciona.
Enel estudio, los investigadores caracterizaron un antioxidantesintético de diseño, denominado MDP y compuesto poriones de manganeso, fosfato y un pequeño péptido, que forman un complejo ternario que es un protector muchomás potente contra la radiación que el manganeso combinado con cualquiera de los otros componentes porseparado. Este descubrimiento podía dar lugar a nuevos antioxidantes sintéticos específicamente adaptados a la protección delos astronautas frentea laintensa radiación cósmica, la preparación para emergencias radiológicas ola producción de vacunas inactivadas por radiación, entre otras aplicaciones. Los detalles del estudio se publican en la revista Proceedings of the National Academyof Sciences. “Es este complejo ternario el magnífico escudo de la MDP contra los efectos de la radiación”, afirma Brian Hofiman, de Northwestern, experto en Deinococeus radioduransy codirector delestudio junto aMidhael Daly, dela USU. “Hacetiempo quesabemos que los iones de manganeso y el fosfato juntos forman un potenteantioxidante, pero descu-brir y comprender la potencia “mágica” que proporciona la adición del tercer componente esun gran avance. “Este estudio proporciona la clave para entender por qué esta combinación es un radioprotector tan potente -y prometedor”, concluye. AÑOS DE ESTUDIOS PREVIOSEl nuevo estudio se basa en investigaciones anteriores de la colaboración de Hoffman y Daly, en las que analizaron la capacidad prevista del Deinococcus radiodurans para resis-tir la radiación en Marte. En esa investigación, el equipo midió la acumulación de antioxidantes de manganeso en las células de los microbios.
Según Hoffman y Daly, la dosis deradiación ala que puedesobrevivir un microorganismo o sus esporas está directamente correlacionada con la cantidad de antioxidantes de manganeso que contiene; enLA BACTERÍA RESISTE HASTA 28 MIL VECES MÁS RADIACIÓN QUE UN SER HUMANO, otras palabras, másantioxidanrrado en Marte, posiblemente Daly y sus colaboradores deses de manganeso significan podría haber sobrevivido hascubrieron quela MDP es eficaz más resistencia ala radiación. tahoyalos embates dela radiaen la preparación de vacunas En estudios anteriores, ción cósmica galáctica y los polivalentes irradiadas. otros investigadores descuprotones solares.
Mediante espectroscopia brieron que Deinococcus rade resonancia paramagnética diodurans puede sobrevivira EL PODER DE TRES avanzada, el equiporeveló que 25.000 grays (o unidades de Basándose en sus esfuerzos el ingrediente activo dela MDP rayos X y gamma). por comprender la resistencia esuncomplejo ternario, unenPero, en su estudio de alaradiación del microbio, el samblaje preciso de fosfato y 2022, Hoffman y Daly descuequipo invesun t deicagpéópt i péptido unidosa manganeso. brieron que la bacteria -desedo de diseño llamado DPI.
“Esta nueva comprensión cada y congelada: podía resisCombinado con fosfato y de la MDP podría conducir al tir140.000 grays deradiación, manganeso, el DPI forma el desarrollo deantioxidantesbauna dosis 28.000 veces supeMDP, un agente antirradicales sados en el manganeso aún riora la que mataría a un ser libresque protege con éxito las más potentes para aplicaciones humano. células y las proteínas contra en la atención sanitaria, la inAsíque, si hay algúnmicrolos daños de la radiación. dustria, la defensa y la explorabio dormido y congelado enteEn otro estudio reciente, ción espacial”, resume Daly. 3. Química. El estudio del microorganismo podría conducir a avances para mejorar la atención sanitaria e incluso ayudar en la exploración espacial. CIENCIA