Actriz de reparto
Actriz de reparto Por Max Colodro Filósofo y analista políticoloficialismo ya no puedeesperar más; la indefinición en materia presidencial ha terminado siendo el síntoma de su debilidad política, el resumen ejecutivo de su falta de identidad y proyección. Quizá nunca terminaremos de entender por qué Michelle Bachelet dejó que se abriera la puerta a la posibilidad de una nueva postulación, si al final iba a mantener su negativa. La espera veraniega de una decisión que parecía ya zanjada ha generado un daño importante, del Cual la expresidenta no vaa poder eludir responsabilidades.
Si ahora se confirma que no será candidata, ella y sólo ella habrá dejado a Carolina Tohá con el estigma de ser un “plan B”, que puede ahora ocupar un lugar protagónico en la medida en que la candidatura principal y, de consenso, no estuvo disponible. Contrariamente, si la exmandataria aceptara asumir su postulación, notendría ningún sentido que la actual ministra del Interior se esté preparando para renunciar a su cargo. Competir con Bachelet es algo simplemente inconcebible. Así, larenuncia de Tohá al gabinete supone, de manera automática, que la expresidenta ha tomado la decisión de desistir.
En resumen, si este largo silencio y esta innecesaria incertidumbre termina ahídonde comenzó Bachelet no repostulala pregunta inevitable es qué sentido tuvo toda esta pantomima, una puesta en escena que sólo ha venido a agravar la sensación de parálisis y orfandad en las fuerzas de gobier-no.
Hacer esperar todo este tiempo, abrir las compuertas a una falsa expectativa para confirmar lo que siempre se dijo, es un puro sinsentido, que le ha hecho un perjuicio innegable a la eventual candidatura de Carolina Tohá. Enrigor, no sólo hizo evidente su condición de carta de remplazo, sino que además deja en el aire la imagen de que la elección presidencial está perdida.
Ahora bien: quizá era cierto y la expresidenta de verdad evaluó sus opciones y confirmó que, aun siendo la carta del oficialismo mejor evaluada, las posibilidades de ganar eran mínimas. ¿Necesitó todo febrero para llegar a esa conclusión? A lo mejor si este tiempo y esta incertidumbre no hubieran existido las posibilidades de Tohá o de algún otro serían hoy menos negativas.
Golpeadas ahora además por una nueva decisión de Bachelet de no arriesgarse a competir. ¿O será que esta extraña opereta responde a un diseño de relojería para dar un golpea la cátedra y, al final, vera Bachelet aceptar el desafío, resistiendo con heroísmo las críticas a sus anteriores gobiernos y dando la batalla por encarnar anhelos de cambio aun compitiendo para ser presidenta por tercera vez? En una de esas, Carolina Tohá siempre fue una actriz de reparto en esta trama, cuyo papel era hacernos creer que de verdad podía salir del ministerio del Interior para asumir una candidatura presidencial. De lo contrario, si Bachelet dejó que se abriera la puerta a una expectativa que nunca tuvo base, todo esto no fue más que un absurdo inentendible..