Autor: ROBERTO CAREAGA C.
¿ ES MISTRAL UNA FIGURA UNANIME? El destino de una poeta que renace
Neral Pinochet, y estar siendo usada por el Presidente Gabriel Boric.
“Da para todo”, suele decirse, porquesu esplendor tienta”, asegura el investigador Luis Vargas Saavedra en columna que publicó esta semana en “El Mercurio”. Mistraliano de larga data, editor de uno de los primeros libros que surgieron al conocerse el legado de lapoeta, “Almácigo” (2008), Vargas Saavedra expuso en su texto el complejo destino que ha tenido la escritora tras su muerte: tironeada por ideologías de turno, sostiene que “no puede ser menoscabada con perspectivas incompletas y dudosas: su tremendo patrimonio requiere una interpretación que no la reduzcaa solo un aspecto, en desmedro dela riqueza de los demás, y sobre todo que no la altere”. Indagando en el patrimonio de Mistral —facetada, evolutiva, atrevida y original"—, Saavedra sostiene que transformarla en “adalid de ideologías que nunca conoció, y se descarta su lirismo, entonces se la menoscaba a mero caso, a espécimen de rareza”. Y recuerda que el Presidente Boric aseguró en México que izarra suerte ha tenido Gabriela Mistral: ser usada por el gesu credo educacional será aplicado en Chile, para advertir: “Hacer lo que ella no hizo, inspirarse en sus propuestas, presentarla como garantía de progreso, todo eso es un patriótico compromiso, siempre que lo educado sea moral y no amoral, espiritual y no materialista, porque entonces ya no es educación según Mistral”. De fondo, Saavedra alude a diversas utilizaciones que se han hecho de la poeta, desde instituirla como un modelo maternal en la dictadura hasta presentarla como una precursora del feminismo actualmente. No hasta hace mucho, hablar de Mistral solía producir cierta indiferencia en el público general. La poeta de las rondas y los “piececitos de niño” no era exactamente una figura atractiva. Era una madre seria que salía en los billetes de cinco mil pesos y una poeta asociada a las lecturas escolares.
Había, claro, muchos investigadores de su obra que estudiaban sus textos e insistían en que además de su poesía había una cantera de ensayos que la situaban como una intelectual precursora en la educación, el rol de la mujer y la integración latinoamericana. “Cuando hablábamos de estos temas, pasaban sin pena ni gloria”, recuerda Pedro Pablo Zegers, uno de los mistralianos más persistentes. Pero las cosas cambiaron: hoy Mistral es un En los últimos años, la obra disponible de Gabriela Mistral ha crecido tumultuosamente en nuevas ediciones de sus poemas y abundantes textos de no ficción. Por décadas considerada una o una “maestra”, hoy también es considerada una intelectual y una representante de la diversidad sexual. Escritores e investigadores evalúan la posibilidad de que hoy la escritora sea una figura unánime y transversal en la sociedad chilena. Bizarra suerte ha tenido Gabriela Mistral: ser usada por el general Pinochet, y estar siendo usada por el Presidente Gabriel Boric.
“Da para todo”, suele decirse, porque su esplendor: tienta”. LUIS VARGAS SAAVEDRA INVESTIGADOR MISTRALIANO La figura y obra de Gabriela Mistral es un lugar de encuentro, donde convergen épocas, territorios y una perspectiva que anuda pensamiento y creación”. DANIELA CATRILEO POETA Su figura es ya un ícono abierto a muchas interpretaciones, y una cara insoslayable de lo chileno.
Pero ni Gabriela Mistral ni la cultura chilena son ni quieren ser unánimes”. ADRIANA VALDÉS CRÍTICA El porvenir de Mistral parece estar signado por la perplejidad del lector ante su inclasificable posición en materia sexual, política, poética, religiosa”. POETA Leer a Mistral es fundamental, quizá lo único que importa, pues remece y desbarata cualquier concepto que se haya heredado sobre ella.
La poesía que dejó es clásica y peculiar”. MATÍAS RIVAS POETA Y EDITOR A medida que los chilenos se han ido despojando de cierto conservadurismo casi colonial, Mistral ha empezado a ser cada vez más una figura central en nuestra identidad. Representa un ejemplo transversal”. DIEGO DEL POZO INVESTIGADOR JOSE MOLINA CESAR SILVA CARLA DANNEMANN ALEJANDRO BALART CLAUDIO CORTÉS ESTELLE LEMQUES ícono. Pero no de una sola idea.
Una selva peligrosa Hace un mes, el diario estadounidense The New York Times publicó un artículo elocuente: “A un lado, Pablo Neruda, la juventud chilena tiene una nueva poeta favorita” se titulaba, y la imagen que lo ilustraba era un mural de Mistral, hecho por Fab Ciraolo en las paredes del GAM, donde se la ve de bototos negros, pañuelo verde al cuello y una polera que dice “Nous sommes rockers sudamerican” (sic), una cita a Los Prisioneros. En una mano lleva un libro abierto y en la otra, una enorme bandera chilena completamente negra.
La fantástica actualización de la poeta fue una de las imágenes que quedaron de los mil rayados hechos durante el estallido y cristalizó un nuevo momento de la poeta que se parece bastante a un renacimiento. “Le hace bien a la sociedad chilena el reconocimiento que se le hace a Gabriela después de tantos años, después de tanto maltrato y ninguneo. Es saludable”, dice Zegers. Escurridiza y enigmática, Mistral solo publicó en vida cuatro libros, “Desolación”, “Ternura”, “Tala” y “Lagar”, y vivió casi siempre fuera de Chile ejerciendo de diplomática e intelectual latinoamericana en toda regla.
Que haya recibido el Premio Nobel de Literatura antes de que el Nacional es la confirmación de la distancia con que fue leída su obra en el país y la distancia que mantuvo con las guerrillas locales. “La cultura chilena no es unánime, por cierto. Al ir un poco hacia atrás, se ve que ha sido una selva peligrosa, con algunos “titanes”, como dijo Luis Oyarzún, muy irónico”, dicela crítica Adriana Valdés. “En esas peleas de titanes —Neruda, De Rokha, Huidobro— Gabriela Mistral no tenía nada que hacer. Dirán que está en la gloria” dicen una vez que se gana, para sorpresa de todos, un Nobel, antes de que por aquíse pusieran de acuerdo para otorgarle el Premio Nacional de Literatura. Gabriela Mistral no fue una figura unánime”, agrega. Quizás ahora Mistral empieza a ser una poeta de encuentro de muchas sensibilidades.
“Gabriela Mistral es un faro que nos ilumina a todos por igual”, dijo el Presidente Boric también en México, aludiendo al espacio que la escritora está habitando en los últimos años: tras haber sido por años representada con un aura maternal, hoy la poeta también ha sido alzada como un ícono feminista o incluso de la diversidad sexual, al confirmarse a través de cartas y diarios la relación amorosa que tuvo, entre otras, con Doris Dana. De hecho, en el material que Dana guardó tras la muerte de la escritora, en 1957, está la base del redescubrimiento que ha vivido. Mistral ha tenido una posteridad bibliográfica tumultuosa: desde su muerte, sus textos han sido la base para alrededor de 50 libros que recopilan parte de su obra, ya sea de poemas, cartas, artículos o ensayos. La mayoría se ha lanzado en la última década y viene precisamente del material que guardó Dana, y que, tras su muerte, su sobrina Doris Atkinson donó a Chile. Se trataba de un material prácticamente desconocido, que hoy cuida la Biblioteca Nacional: es un archivo de alrededor de 100 mil hojas, repartidas en unas 18 mil piezas. Manuscritos inéditos, copias de cartas, cuadernos privados, artículos y un mar de notas y apuntes que reconstruyen la trayectoria literaria y vital de Mistral desde su puño y letra.
Títulos como “Poema de Chile” han sido reeditados y ampliados recogiendo aquel material inédito; su pensamiento político ha aparecido en volúmenes como “Por la futura humanidad”, y se han publicado libros como “Doris, vida mía”, que a través de correspondencia reconstruye la relación que mantuvo con Dana. También se han publicado los poemas, rezos y cartas que escribió sobre su hijo adoptivo, “Yin Yin. El sobrino de Gabriela Mistral”. En conjunto, el perfil de la escritora ha cambiado. O ha crecido. “Me parece notable que una generación nueva se la esté apropiando y leyéndola”, dice Zegers. “Yo rescato la mirada adelantada de Mistral. Su visión se vuelve vigente de manera muy potente.
A la luz de la lectura nueva de su prosa, porque esBIBLIOTECA NACIONAL FOTOGRAFÍA DE FAB CIRAOLO tamos hablando de la Mistral humanista, no tanto de la poeta, la gente está empezando arecuperar cosas en las que ella reflexionó y que hoy día son contingentes”, añade. Encarnar la diversidad Hace unos días, Bruno Vidal, un poeta que ha hecho su obra trabajando con las voces de los victimarios de la dictadura, fue especialmente duro con Mistral. En una entrevista en La Segunda, planteó: “Si uno conoce a Gabriela Mistral, es para olvidarse de ella. Es una gran resentida. El rencor que le tiene a Chile es brutal. Ella se autoexilió.
A mi juicio, ni siquiera el feminismo lesbiano puede acudir a ella, porque es una escritora desaforada”. Pero según Adriana Valdés, la poeta tenía poco que hacer acá: “No entraba en el mundillo literario ni tampoco en otros. En Chile se habría marchitado antes, intoxicada por el ninguneo. “No vuelvo a Chile”, dijo una vez, “porque me dirían la Gabriela y me tomarían p'al fideo”, recuerda. Como cuenta Valdés, en los 80 Enrique Lihn y Patricio Marchant hicieron lecturas que iluminaron nuevas zonas de la poeta. Ella misma trabajó en seminarios y estudios que volvieron a leer a Mistral. Y luego han pasado más cosas: “Otra generación de la intelectualidad chilena se ha interesado en la escritura de Mistral, más allá de los estereotipos de 'madre” y dice Valdés. “Creo que su figura es ya un ícono abierto a muchas interpretaciones, y una cara insoslayable de lo chileno. Insisto, ni Gabriela Mistral ni la cultura chilena son ni quieren ser unánimes. Basta con haber escrito eso de “País de la ausencia / extraño país... Un poema que lo dice todo, creo yo”, añade. Para una nueva generación de autoras, Mistral empieza a ser resignificada a la luz de nuevos descubrimientos sobre su vida y los cambios que ha vivido el país. La poeta Daniela Catrileo, también autora del libro de cuentos “Piñen”, cree que Mistral tiene una capacidad para dar cuenta de los ánimos de Chile. “Pienso que ella encarna una diversidad; en ese sentido, puede representar un ánimo que enlaza, que teje lo múltiple de estos territorios”, dice Catrileo. Y agrega: “Creo que la figura y obra de Gabriela Mistral es un lugar de encuentro, donde convergen épocas, territorios y una perspectiva que anuda pensamiento y creación. Además, su presencia ha sido resignificada desde diversos frentes políticos de lucha, especialmente desde las disidencias. Ello permite actualizar su obra constantemente.
Eso lo hemos percibido en las calles, pero también en la publicación permanente de su escritura, más allá de la poesía, más allá de la figura de A su vez, en el prólogo del libro “Doris, DAVID VELASQUEZ PINO MUSEO HISTORICO NACIONA vida mía”, editado por Daniela Schiitte, la narradora Alia Trabucco Zerán sostiene que la confirmación después años de rumores de que Mistral era lesbiana permite complejizar y actualizar su figura. “Es una capa de sentido que hunde sus raíces en su sexualidad y se añade a las dimensiones literarias y políticas más conocidas de la poeta.
Que dota de intensidad a su ya excepcional biografía, la enriquece, suma y, hoy en día, se vuelve ineludible para una lectura más integral y compleja de la vida de una figura crucial de las letras hispanoamericanas”, escribe Trabucco Zerán. Guía ante las crisis Pero, de cualquier forma, hay quienes creen que el destino de la obra y figura de Mistral no está cerrado. Para el poeta Juan Cristóbal Romero su obra es un campo abierto. “El porvenir de Mistral parece estar signado por la perplejidad del lector ante su inclasificable posición en materia sexual, política, poética, religiosa”, dice. “Una manera de aproximarse a la real dimensión de Mistral es haciendo referencia a los otros tres grandes de la poesía chilena: Huidobro, De Rokha y Neruda. Cada cual parece representar uno de los cuatro elementos que animan la idiosincrasia nacional, en flujo y constante cambio: Huidobro es el aire; De Rokha, el fuego; Neruda, el agua; Mistral, la tierra.
La asociación a la tierra entraña en Mistral la aspereza de su lengua dialogada y ciertos motivos recurrentes y distintivos: la madre, el pan, la muerte, la niñez, impulsados siempre por una pasión incómoda y desbordada”, añade. Para el poeta Matías Rivas, director de Ediciones UDP, las banderas que le cuelgan a Mistral no han logrado reducir su obra. “Procesar su legado ha sido un trabajo enorme que aún no termina”, asegura y cree que, másallá de ubicarla en una u otra trinchera para aproximarse a ella, es necesario volver a lo más básico. “Leer a Mistral es fundamental, quizá lo único que importa, pues remece y desbarata cualquier concepto que se haya heredado sobre ella. La poesía que dejó es clásica y peculiar. Sus contemporáneos no encontraron en ella a una escritora en sintonía con las modas. Es más: las vanguardias no la rozaron”, dice. Y añade: “La afectaron la Biblia, los prodigiosos autores del Siglo de Oro español, las vidas de los santos y la destreza técnica de Rubén Darío. La religión católica y el romanticismo fundaron su mirada metafísica, una filosofía que desarrolló con sigilo y osadía”. Pero leer a Mistral no siempre es sencillo. Justamente por el volumen de libros que recoge su obra, asomarse asus textos se parece a entrar a unocéano. Hace dos años, la Biblioteca Nacional terminó la publicación de “Obra reunida”, ocho tomos que recogen prácticamente toda la obra de la poeta, poesía y no ficción. Se puede descargar gratuitamente. Y la vertiente sigue. Hace unos días, se publicó “La palabra elemental” (Letrarte), en que Claudia Reyes y Benjamín León compilan 10 discursos de la escritora. Esta semana se lanzó “Matriarca”, libro editad por Gustavo Barrera que recoge poemas inconclusos, ejercicios de rimas y diversas anotaciones, y que publica la misma biblioteca. En junio próximo, en tanto, Diego del Pozo, uno de los nuevos mistralianos, publicará con editorial La Pollera “Recados completos”, queagrupa textos dispersos y algunos inéditos. “Para mí, es la poeta y la intelectual más importante de Chile, y quizás de América Latina.
A diferencia de otras figuras como Pablo Neruda, Octavio Paz, Jorge Luis Borges o Mario Vargas Llosa, me da la impresión de que Mistral, a medida que pasan los años, cada vez tiene mayor relevancia, y la sociedad no solo entiende mejor su pensamiento y su obra, sino que Mistral empieza a ser cada vez más influyente en las discusiones y las ideas que surgen”, dice Diego del Pozo.
Y agrega: Como pasa con los grandes genios de la humanidad, pienso en Aristóteles, Da Vinci, su obra tiene un carácter atemporal, y en el caso de nuestro país, a medida que los chilenos se han ido despojando de cierto conservadurismo casi colonial, Mistral ha empezado a ser cada vez más una figura central en nuestra identidad. Representa un ejemplo transversal, que nos puede guiar en cualquier momento por medio de sus escritos, casi en cualquier crisis a la que nos enfrentemos, pienso incluso en el cambio climático”.