"Aysén necesita Un operador estratégico, no un político más"
"Aysén necesita Un operador estratégico, no un político más" En pleno proceso de búsqueda de patar en la mesa donde se firma el futuro de trocinios (firmas) se encuentra el ingeniero Aysén. Jorge Sepúlveda Haugen, quien espera lograr ese respaldo para validar e inscribir su candidatura al Senado en representación de Aysén. Quiero articular una red que potencie al gobernador regional, no lo frene; que active a los alcaldes, no los use como operadores; que le devuelva a los consejeros su rol político. Si llego al Senado, llego con un solo mandato: ser una fuente de recursos, una bisagra con el centro de poder y una plataforma internacional para Aysen. Eso implica autonomía, gestión proactiva, despliegue territorial y una nueva forma de hacer política: con el mapa de Aysen sobre la mesa y la mirada puesta en el mundo.
Las últimas dos semanas Sepúlveda a ha tenido un gran despliegue mediático tanto en Coyhaique como en Puerto Aysen, que espera ampliar a otras comunas de la región, para poder dar a conocer sus propuestas y tomar contacto con las comunidades de cara a las elecciones del próximo 16 de noviembre.
La semana pasada conversó con Diario El Divisadero sobre sus pretensiones parlamentarias, destacando que en su breve paso por el Consejo Regional de Aysén, pudo conocer una serie de necesidades y situaciones que motivaron aún más su decisión de asumir este nuevo desafio político ¿ Cómo ve a Aysén en temas de desarrollo humano, económico, social, en todos sus ámbitos? Aysén es una potencia contenida. Pero no explotada con inteligencia, sino postergada por una mirada centralista que nunca comprendió su singularidad. Tenemos recursos, si. Pero el desarrollo no se mide por el PIB, sino por cuánto mejora la vida real de las personas. Y ahí, Aysén sigue en deuda. Salud pública colapsada. Jóvenes que se van porque aquí no hay futuro. Educación desconectada de la realidad productiva. En lo económico, la riqueza natural se extrae, pero no se queda. Y lo social, lo más grave: estamos perdiendo cohesión comunitaria, identidad regional y esperanza. ¿Qué inspira su pre candidatura al Senado, qué lo motiva a asumir esta aventura política? Aysen no necesita un político más. Necesita un operador estratégico. Mi precandidatura al Senado no nace de la ambición, nace del hartazgo.
De ver cómo las decisiones que definen nuestro futuro se toman a 2.000 kilómetros de distancia por gente que jamás ha pisado una escuela rural de Por eso propongo un nuevo marco: el IBRI -Índice de Bienestar Regional Integrado-, que mida desarrollo desde la vida cotidiana. ¿ Cómo anda la conectividad? ¿ Cuánto tiempo se pierde en traslados? ¿ Cuánta gente está sola, sin redes? ¿ Cuánto del presupuesto regional se queda en proveedores locales? ¿ Cuánto tiempo libre real tiene una familia en Aysen? Esas son La Junta ni ha sentido el hielo quebrarse bajo los pies en los campos de Aysén. Me postulo porque ya no basta con opinar: hay que ejecutar. Tengo la experiencia, los contactos, y el dominio del inglés para atraer inversiones, abrir puertas con fondos internacionales, negociar directamente con embajadas y organismos multilaterales. No me interesa figurar en matinales; quiero eslas preguntas que importan. Esas son las métricas que deben guiar las decisiones. No se trata de teorizar más. Se trata de ejecutar con precisión. Aysén puede ser región piloto en medición avanzada del bienestar. Con base técnica, inteligencia artificial aplicada y participación comunitaria real. Y desde ahí, tomar decisiones: formación técnica orientada a nuestra matriz productiva, inversión social vinculada a territorios específicos, y proyectos que retornen no solo en cifras, sino en calidad de vida. Eso requiere gobernanza inteligente, autonomía de ejecución y presencia política permanente. No estoy disponible para más diagnósticos. Estoy disponible para instalar un nuevo paradigma de desarrollo humano, territorial y medible. Y hacerlo en cinco años. No en veinte. ¿Siente que la región está estancada solamente por una inadecuada gestión del gobierno u observa otros factores también? Aysén no está estancada solo por culpa del gobierno central. Hay que decirlo sin rodeos: también hemos tenido liderazgos locales débiles, alcaldes desarticulados, consejeros desconectados, y una cultura del "esperar que Santiago resuelva". Eso se acabó. El centralismo es real, pero la pasividad regional también lo es. Si queremos un nuevo ciclo, necesitamos una gobernanza distinta. Más articulada. Más profesional. Con visión de largo plazo y capacidad de ejecución.
Aysén debe pasar de ser una región que pide a una que propone, diseña y gestiona. ¿ Cómo? Con una mesa regional permanente, con todos los actores políticos, económicos y sociales, que defina prioridades, mida avances y exija cumplimiento. Con un senador que no viaje solo a Valparaíso, sino que haga que Valparaíso venga a Aysén. Con equipos técnicos de nivel internacional que acompañen a los municipios. Con alianzas estratégicas con regiones de Canadá, Escandinavia, Nueva Zelandia. El problema no es solo el gobierno; el problema es seguir esperando. Yo no voy a esperar. Yo voy a mover el tablero.
Esta región es estatal, depende casi en un 75% de la inversión pública, ¿cómo incentivamos al mundo privado para tener una mayor presencia en la zona? El mundo privado no se activa con discursos: se activa con condiciones claras, incentivos sólidos y reglas del juego estables. Aysen puede convertirse en un polo de atracción para inversiones sostenibles si cambiamos el enfoque. Debemos usar ese 75% de inversión pública como palanca activa, no como respirador artificial. Cada "Aysén necesita Jorge Sepúlveda Haugen precandidato a Senador:. "Aysén necesita Un operador estratégico, no un político más" el gobierno regional, facilitador con los alcaldes y voz directa con los ministerios. Mi trabajo será diario, no de oficina en Valparaíso, sino de conexión continua entre las comunidades, el GORE, los municipios y el Congreso. Instalaré una oficina técnica regional con profesionales que redacten proyectos, busquen financiamiento externo y acompañen a los gobiernos locales en su ejecución. El senador debe ser fuente de soluciones, no un buzón de reclamos. Seré presencia real, con liderazgo visible, con resultados tangibles. No estoy disponible para ser parte del problema.
Estoy aquí para desmantelar el modelo pasivo y construir uno con capacidad de ejecución. ¿Cómo debiera el futuro gobierno, sea del sello ideológico que sea, proponer un modelo de desarrollo regional que se haga cargo de nuestras brechas y rezago? El futuro gobierno tiene dos caminos: repetir el centralismo maquillado o atreverse a desconcentrar el poder. Aysén necesita un modelo de desarrollo que no sea una copia de la Región Metropolitana, sino una arquitectura propia. Ese modelo debe partir desde una ley especial para territorios aislados, que garantice fondos base no concursables, competencias transferidas y participación vinculante en la formulación de políticas públicas.
Propongo un "Acuerdo de Desarrollo Regional Aysen 2040" firmado entre el Ejecutivo, el Congreso y el Gobierno Regional, con una hoja de ruta validada por los territorios, con metas por sector (energía, conectividad, vivienda, salud, turismo, producción sostenible). Este acuerdo debe incluir un componente internacional: cooperación con países de clima y geografia similar, acceso a fondos verdes, y alianzas tecnológicas en educación, salud y medio ambiente. Además, el "Acuerdo de Desarrollo Regional Aysen 2040" debe incorporar cláusulas de cumplimiento obligatorio, cronogramas vinculantes y auditoría externa independiente, para no convertirse en otro pacto simbólico. El senador debe ser quien impulse este acuerdo, quien exija su cumplimiento, quien conecte con organismos multilaterales y garantice que Aysén no siga siendo un anexo del país, sino un nodo estratégico. Para eso no basta con promesas: se requiere conocimiento técnico, red política y visión de futuro. Yo ya estoy trabajando en ese modelo. Solo necesito la legitimidad para ejecutarlo desde el Senado. peso fiscal debe gatillar inversión privada instalar una política regional de energía asociada. Si construimos un puerto, debe haber zona franca vinculada. Si mejoramos rutas, debe existir un paquete de incentivos tributarios orientados a empresas locales y de impacto. propia: parques eólicos mixtos, microcentrales hidroeléctricas comunales, redes inteligentes con baterías de litio. Si la energía es cara, se genera localmente. Si los fletes son caros, se integran cooperativas logisticas con apoyo estatal. Yo no quiero seguir suplicando subsidios; quiero provocar una economía de frontera, donde el desafío sea justamente el atractivo para quienes tienen visión global. Con gestión profesional y marco normativo regional, se puede. Yo estoy listo para instalarlo. Pero, además, debemos incorporar tecnología de punta como política estructural. Aysen debe tener su propia Plataforma Regional de Promoción de Inversiones, basada en inteligencia artificial. Esa plataforma debe identificar oportunidades de negocio, mapear potencialidades logísticas y productivas, y establecer puentes con fondos verdes, bancos de desarrollo y empresas de innovación que buscan territorios de frontera. No hablo de teoría: hablo de construir una infraestructura digital predictiva, capaz de conversar en tiempo real con embajadas, ferias sectoriales, hubs de inversión y organismos multilaterales. Y todo eso desde Aysen, no desde Santiago. ¿Cómo diversificamos nuestra matriz productiva y también la energética? Diversificar la matriz productiva y energética no es discurso, es urgencia. En Aysén no puede seguir dominando una economia basada en recursos sin valor agregado. Primero: alimentos con denominación de origen, con trazabilidad y certificación internacional. Segundo: turismo científico, de conservación y aventura, no solo estacional, sino con infraestructura permanente y de alto nivel. Tercero: servicios tecnológicos descentralizados, aprovechando el talento local e incorporando inteligencia artificial y teletrabajo. Cuarto: industrias verdes, como la producción de hidrógeno verde o la captura de carbono mediante los bosques y turberas. Para eso necesitamos una Agencia de Desarrollo Regional con autonomía, presupuesto propio, y articulación público-privada. En lo energético, debemos dejar de depender de combustibles fósiles: Aysén tiene condiciones ideales para combinar eólica, hidráulica y solar. La diversificación se logra con voluntad política, con alianzas internacionales y con formación técnica pertinente. Yo ya tengo el plan y los vínculos para comenzar ese proceso. Y lo haré desde el Senado, pero también desde el territorio. Propongo crear una Oficina Regional de Atracción de Inversiones, con autonomía operativa, presencia internacional y tecnología integrada. Será el corazón técnico del nuevo modelo productivo. Inteligencia artificial para prospectar, blockchain para dar trazabilidad a los proyectos, y geointeligencia para planificar dónde y cómo invertir con impacto real. Yo puedo liderar esa conexión. Lo he hecho antes. Hablo inglés, manejo el lenguaje técnico y sé cómo vender una región sin regalarla. No quiero empresarios que vengan a explotar. Quiero empresarios que vengan a construir comunidad con nosotros.
Y si para eso hay que instalar un nuevo estándar digital de gestión pública, yo estoy listo para implementarlo, ¿Se pueden atraer empresas con brechas tan significativas como el costo de la energía, fletes y otros temas logísticos muy regionales? ¿ Los actuales parlamentarios han logrado realizar una gestión acorde a las necesidades de Aysen? Atraer empresas con costos de energía altísimos, fletes carísimos y logística precaria parece un suicidio. Pero no lo es, si dejamos de pensar como víctimas. Aysén tiene una oportunidad única: puede convertirse en una zona de innovación logística extrema. ¿ Cómo? Usando la misma brecha como argumento. Las empresas tecnológicas, de biotecnología, de energías renovables, están buscando lugares de prueba en condiciones adversas. Patagonia es laboratorio natural. Creamos un "Distrito Experimental Aysen": una figura jurídica que combine subsidios, excepciones tributarias y acceso a terrenos públicos para que empresas de alto impacto prueben acá sus modelos. Además, debemos Los actuales parlamentarios han sido espectadores de la decadencia estructural de Aysen. Han hablado, han votado leyes, han dado entrevistas, pero no han transformado nada esencial. No hay una sola política pública estratégica que lleve su firma. No existe un plan regional nacido desde el Parlamento con impacto real en salud, conectividad, educación técnica o energía. La ciudadanía lo sabe: los ve en campañas, los olvida en el año. Yo no vengo a repetir esa rutina. Vengo a rediseñar el rol parlamentario desde el terreno. Un senador no puede ser solo legislador: debe ser operador político, gestor territorial, articulador con.