Educar el carácter desde el aula supone un factor protector para el resto de la vida
Educar el carácter desde el aula supone un factor protector para el resto de la vida Una mayor satisfacción y una vinculación más alta con el establecimiento educativo en el que se estudia son dos de las consecuencias de un buen programa de educación sobre el carácter, plantean los especialistas.
EL MERCURIO F rente a estudiantes que muchas veces se muestran indiferentes, el aumento del abandono escolar en los últimos años y el alza de violencia escolar alrededor del país --durante el primer semestre de 2023 los casos de malos tratos crecieron 27% respecto al mismo período en 2022--, promover un ambiente escolar positivo y niños motivados se vuelve prioritario. La educación del carácter es una medida que puede ayudar con ello.
En el seminario "Fortalezas en Acción", organizado por la Fundación Astoreca y la U. de los Andes, Trinidad Montes, psicóloga educacional, socia de Red Directiva, miembro del Consejo de Desarrollo de Fundación Astoreca y del Comité Directivo Local del Servicio Local de Educación Pública de Barrancas, explicó que la educación del carácter fue hasta mitad del siglo 20 el gran propósito de la educación, y aludió a la necesidad "de volver a conectar con esta comprensión" de lo que es ser educado. Entre otras características, esta busca "desarrollar en los estudiantes maneras habituales de pensar, sentir y actuar que sean positivas para la persona y para el mundo.
En concreto, desarrollar la gratitud, el sentido de propósito, la amabilidad, el respeto y la honestidad". La investigación respalda su importancia: datos de la OCDE señalan que las personas que desarrollan estas habilidades presentan mejores indicadores de salud, tanto física como mental, siendo menos propensos al tabaquismo, la obesidad o la adicción a las drogas. "Es un factor protector en la vida. Las personas que tienen desarrolladas estas habilidades además presentan mayores competencias sociales, mejor capacidad de resolución de conflictos y más habilidades de comunicación.
Al final del día, es bastante razonable pensar que a uno le va a ir mejor cuando es capaz de interactuar, llegar a la hora al trabajo o llevarse bien con las personas con las que uno convive", comenta Montes.
La especialista agrega que al promoverse desde niños, los efectos suelen ser a largo plazo y repercuten en otras áreas: menos probabilidad de recibir y ser víctima de maltrato, mejor desempeño académico y una satisfacción y vinculación más alta con el establecimiento escolar son otras consecuencias positivas. Cultura Durante el seminario, los expositores reforzaron la idea de que el carácter se puede efectivamente educar, y que no todo depende del temperamento o la genética.
Bajo esta lógica, se enfatizó la necesidad de contar con programas bien diseñados que, entre otras cosas, involucren no solo a directores o profesores, sino también a sostenedores, entendiendo que se espera que todo el colegio esté alineado con esta propuesta.
Asimismo, se resaltó la necesidad de volver visibles las fortalezas del carácter que el establecimiento busca promover (a través de carteles, pendones o hasta en cuadernos) y de explicar en qué consisten. "No es solo poner que vamos a trabajar la amabilidad", dice Montes. "Somos amables porque saludamos, nos despedimos, pedimos por favor y damos las gracias.
Vamos reforzando estos mensajes constantemente". Siguiendo el ejemplo de la amabilidad, se destacó que "no aprendemos a serlo solo por tener una clase de amabilidad el martes a las 11:00; no aprendemos a ser respetuosos porque agosto es el mes del respeto. No basta. Aprendemos a serlo porque hay una cultura que transmite que estas fortalezas son importantes". En otras palabras, el uso constante las vuelve costumbre. "Cuando hablamos de educación del carácter, hablamos de una manera de ser.
No es solamente un tema intelectual, es un tema que se transmite sobre todo con nuestro ejemplo y con el ambiente que construimos", señaló Juan Sebastián Hoyos, director del Colegio Tilatá de Colombia y educador que se ha especializado en este tópico. Acciones del día a día "Las fortalezas del carácter sirven para muchas cosas. Pero dos de ellas son esenciales. Uno, para adaptarnos y superar las adversidades de la vida. Y segundo, para lograr avanzar y caminar hacia nuestras metas y logros", indicó Hoyos, quien fue parte de los invitados internacionales del encuentro.
Los panelistas extranjeros se encargaron de dar ejemplos concretos de cómo han integrado este tipo de aprendizaje dentro de sus aulas, con el colombiano resaltando, por ejemplo, la neces i d a d d e n o s o l o p r o m o v e r l a s capacitaciones entre docentes, sino también haciendo un llamado a "vincular al equipo administrativo y de servicios generales; desde la persona que recibe a los estudiantes en la portería, hasta las que trabajan en la cocina, biblioteca y oficinas". Alexis Conde, directora en uno de los establecimientos de la red de colegios KIPP en New Jersey, Estados Unidos, señaló que las acciones no siempre suponen grandes gastos. "Alumnos de diferentes niveles pueden ser monitores en el pasillo, lo que les inculca el valor de la responsabilidad", ejemplificó.
La profesora también habló sobre la importancia de partir la jornada no solo hablando de lo que se quiere lograr académicamente, sino sobre cuáles son también "los valores de carácter que se buscan adquirir a lo largo del día". Al término de las clases, se puede también dedicar un tiempo "a reflexionar qué funcionó y qué sigue pendiente". Para ello aconsejó contar con un plan de estudios centrado en el aprendizaje socioemocional, enseñando a los niños a identificar emociones como aburrimiento, felicidad, frustración o enojo. Una forma sencilla de lograrlo con los más chicos es usando personajes, habiendo su escuela utilizado los personajes de la película Intensa-Mente. Josie Carbone, superintendente de escuelas para la red educativa Public Prep de Estados Unidos, también resaltó estas iniciativas sencillas, pero con impacto.
Así por ejemplo, en los colegios que supervisa se fomentan los cantos que aluden a la alegría, motivación e importancia de creer en uno mismo, y se destaca a algún estudiante o exalumno en sus redes sociales. "Allí hablan de valores fundamentales como excelencia, integridad y comunidad, así como del trabajo que sus profesores han realizado para ayudarlos a desarrollar habilidades de resiliencia". Comportamientos más aislados y violentos son consecuencias de no abordarlo: Educar el carácter desde el aula supone un factor protector para el resto de la vida M.
CORDANO n Desarrollar la gratitud, el sentido de propósito, la amabilidad, el respeto y la honestidad de los estudiantes pueden parecer acciones básicas, pero en muchos casos se han ido dejando de lado en la sala de clases, se advierte.
En familia Un elemento importante en el éxito de la formación en el carácter pasa por que los establecimientos educativos estén alineados con las familias. "No siempre es fácil, pero hay un piso base y que tiene que ver con mantener los canales de comunicación abiertos", indica Trinidad Montes.
Además de estar informando constantemente sobre las acciones que se realizan en este sentido, "eventualmente también se puede convidar a talleres, tener algunos espacios de formación para familias o voluntariados". El trabajo "no se puede hacer únicamente en la escuela; debemos educar a nuestras familias", concuerda Alexis Conde, de los colegios KIPP. "Queremos que se utilice el mismo idioma en casa, que se hable sobre esfuerzo y responsabilidad, para que (cuando los niños) vengan a la escuela, continúen haciendo las mismas cosas"..