La Casona de Ibacache
La Casona de Ibacache Cuenta Cuenta la leyenda, que hace muchos años los antiguos inquilinos de la Hacienda de Ibacache, se reunían en las noches de invierno alrededor del brasero, en donde relataban que, por allá, por el año 1900, habitaba la Casona el mismísimo Claudio Malle Pérez. A este personaje, se le atribuyen una serie de episodios episodios que en el transcurso del tiempo se ha convertido en una leyenda tradicional.
La casona de dos pisos, única en la comuna construida en forma de u”, deja apreciar desde el exterior, exterior, una planta central antecedida por un amplio corredor, típico de las casas patronales y dos alas laterales dispuestas en forma simétrica. simétrica. Este importante lugar en la actualidad actualidad se encuentra en decadente abandono, sobre todo el balcón del segundo piso, desde donde el futre” se asomaba de cuando en cuando, para apreciar el paisaje. paisaje. Según relatan los lugareños de antaño, el patrón salía tarde al balcón, fumando un cigarrillo y paseando de un extremo a otro.
Sin embargo, lo que llamaba más la atención y asustaba a los trabajadores trabajadores de la hacienda, era el hecho de que se veían dos personas personas fumando, pero solo se podía apreciar el cuerpo de un hombre. Aseguraba la ama de llaves que el invisible era el diablo ¡ sí! El mismísimo satanás, que en algunas algunas noches la oscuridad dejaba ver su cola.
Por otra parte, el cochero más antiguo de la Casona contaba que el patrón dos veces al mes, antes que el reloj marcara las doce de la noche pedía que lo llevaran a los pies de la Cuesta de Ibacache. Allí había un lugar denominado “la cueva de demonio”, demonio”, donde Matte conversaba con el mandinga.
Luego de haber haber conversado con el demonio, Claudio regresaba al coche tirado por cuatro caballos, los que por alguna extraña razón galopaban velozmente, llegando a sacar chispas, las que al caer al suelo se convertían inexplicablemente en pepitas de oro que, al otro día, después de la salida del sol, don Claudio mandaba a un peón de confianza a recogerlas en un jarrón jarrón de oro. También se dice que el dueño de la casona se desaparecía desaparecía ciertos periodos del año. El jardinero don Fermín, le contó a su familia que un día entró a una habitación por error y grande fue su sorpresa cuando vio en ella un ataúd.
Se acercó a él, medio asustado y asegura que el finado era el patrón; sin embargo, días después, el patrón aparecía y volvía a pasear todas las noches en penumbras por los pasillos de ese lugar. Lo relatado anteriormente es una leyenda tradicional de los habitantes habitantes de la zona. Podemos agregar agregar que en realidad don Claudio Matte fue educador, rector de la Universidad de Chile y filántropo chileno, creador del famoso Silabario. Silabario.
Entre los muchos cargos que tuvo fue: Presidente de la Comisión de Bellas Artes (1888). Director de Instrucción primaria y Ministro de Educación, Ministro de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización Colonización (1895), Vicepresidente del Consejo de Investigación Primaria Primaria (1920) y Rector de la Universidad Universidad de Chile (1926-1927), Leyenda tradicional de María Pinto La Casona de Ibacache (Por Juan Pablo Morales Farfán). - - - - - - - - - -