Autor: Por Pilar Segovia L
LA SILLA VALDÉS
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Ue una casualidad", dijo alguna vez su autor, el arquitecto Cristián Valdés Eguiguren, Premio Nacional de Arquitectura 2008, sobre el origen de su ya icónica Silla A, que nació en 1977 gracias a la experimentación con la tecnología de laminado de una raqueta de tenis. "Podría haber salido cualquier cosa, pero salió esto, un juego a partir de una experiencia, no de un capricho", ha contado en entrevistas para explicar, en parte, por qué este mueble --que reúne una estructura de madera, cuero y metaldio paso a toda una exitosa línea que ha marcado su trayectoria profesional, posicionando a este objeto como una pieza de culto que no solo es valorada en Chile, sino que ha cruzado fronteras y es parte de, por ejemplo, la colección de objetos del MoMA, junto a las ferias de Milán, París, Colonia y Tokio. Valdés --formado en la Universidad Católica de Valparaíso, que destaca además por obras como Casa Alberto Valdés (1963), Escuela y Casas en Longotoma (1963), Casas Campesinas de la 66 C.O.
RAA. (1968), Casa Urrejola (1972) y Casa en Santo Domingo (1983), entre otras) aprendió a dibujar muebles de estilo con su padre y al diseñar la Silla A buscó respetar la tradición manual, pero dentro de la modernidad, donde la materialidad dicta las normas. Además de su elegante belleza, la ergonometría de la Silla A se estructura pensando en la anatomía del cuerpo humano, haciendo de su silueta un sello de marca.
La armazón principal está fabricada en acero trefilado en frio; posee una funda de cuero natural de vacuno con curtido. vegetal, y "costillas de maderas de haya y ulmo laminadas, con insertos de roble vaporizado en los puntos de unión y terminaciones". Su diseño le da la suficiente versatilidad para fungir como silla de comedor, escritorio, tanto como para rodear una mesa de reuniones. Los efectos del paso del tiempo, sumado a la humedad, exposición al sol y otros factores climáticos, quedarán plasmados en la suela natural que irá envejeciendo influida por la atmósfera que habite.
Sobre los objetivos detrás de su trabajo, Valdés ha dicho: "La arquitectura y el diseño de los muebles nacen de una intención de construir algo nuevo, lo que importa es el origen de esta intención, no el tamaño de la obra. El proceso que interesa es la definición de esta intención y saber de dónde viene, con qué y por qué". ».