Autor: MÓNICA SILVA ANDRADE Periodista
El árbol caído
historia que cuando Dios creó al hombre los ani males y los árbolesiTemblaron! La Naturaleza tenía todoen su lugar tancia que estamos inmersos, somos parte de ella. Hemos convivido es la expresión. No podemos culpar a otros. Es la mala noticia diaria. importantes para paliar este estado de cosas, pero el daño es irreversi ble.
Es el calor extremoo el frío y Este invierno fue implacable, duro. en poco tiempo, que arrasaron con lo nes Varios días inundados, mojados, Cuenta una vieja y el ser humano, quizás sin quererlo, acabó con su belleza en circuns. por lossiglos de los siglos, para bien y para mal. El cambio climático Podemos ser verdes, ambientalistas, colaboradores de las acciones las luvias intensas, los mares agónicos invadidos de plásticos. Esa furia desatada de los elementos. Dos sistemas frontales de magnitud, que tuvieron asu paso en varias regiosin electricidad puede ser una experiencia traumatizante. Quiero escribir sobre los árboles aquellos cercanos, eternos, que nos acompañaron siempre aun cuando a veces los olvidábamos y solo recibía mos sus beneficios, sus frutos. Es cierto que han inspirado la literatu: y muy bellamente. Son muy necesarios hoy y ra, la música, la poesía, siempre. La arborización es una obligación de ciudades, pueblos y comunidades. Los bosques cercanos, los parques, lascalles los requieren. Ayudan a paliarel ahogo citadino. Pero tienen que ser bien cuidados, las especies adecuadas y la mantención de aquellas especies añosas, enla vía pública y en los espacios privados. Los municipios tienen que tener los catastros correspondientes. Concepción tiene la suerte de contar con prestigiosas escuelas uni versitarias de Ingeniería Forestal. Enel Barrio Universitario se han da: do paseos informativos destinados a conocer las especies, reconocer las, aprenderá darles el mantenimiento necesarios. Elviejo acacio del patio de la casade mis abuelosse cayóel 31 de juEsel árbol constructor, según Gabriela Mistral, el que nos acompaña toda la vida. Su madera construye la cuna; la cancela de la puerta del hogar, y la urna que cobijará nuestros despojos. lioúltimo, porla tarde. Lo hizo sobre la casa donde estoy, sin derribar la, soportó bien los magullones. Son las situaciones límites que asus: tan, enmudecen y, en micaso, atontan. Pasadoel impacto vienela ne: cesidad de pedir auxilio. ¿Qué hacer? con el árbolsobre la casa. Los pri meros en acudir son nuestros generosos amigos y vecinos Mercedes y Pedro, ambos arquitectos, observan los daños y sobre todo nosacom: pañan. Luego los bomberos acuden y despejan el techo de las enor: mesramas. La Emergencia Municipal también responde. Vuelven al díasiguiente a cortar el viejo y ancho tronco, misión imposible, pue: densalir eyectados porel viento aún más fuerte. Hay más daños por laciudad y gente que requiere ayuda ur gente. Eolo no da tregua. Un talador privado dio cuenta del acacio. La cuenta es grande, pero se agradeceel trabajo. Aunque losárboles no mueren, se transforman. Es el árbol constructor, según Gabriela Mistral, el quenos acompaña toda la vida. Su ma dera construye la cuna; la cancela de la puerta del hogar, la urna que cobijará nuestros despojos. También el arte delos escultores en madera. Añoraré el árbol caído. Su sombra y frondosidad eran invaluables. El trinar de los pájaros que lo visitaban lo mismo. Permitían soportar paso del sol y la luza través desu altísima copa. el calor y observarel Como eel protagonista de Días Perfectos en un parque de Tokio. Una vieja costumbre japone sa que, sin saber, yo experimentabaOpinión.