Marco Rubio descubrirá que China es difícil de batir en América Latina
Marco Rubio descubrirá que China es difícil de batir en América Latina The Economist:Desde su fundación por terratenientes en 1866, la Sociedad Rural de Argentina, cuyo lema es “Cultivar la tierra es servir a la patria”, ha sido un potente aliado de los gobiernos de derecha y un enemigo temible de los de izquierda. El campus de la sociedad en Buenos Aires, sede de una gran feria agrícola anual, domina una manzana en el corazón de la capital.
Recibiendo a The Telegram para una charla sobre geopolítica, los directivos de la sociedad deploran déc a d a s d e m a l a gestión económica por parte de gobiernos populistas de izquierda, que han provocado el aumento de la inflación yel hundimiento de la moneda argentina. A la salida, le muestran algunos de los tesoros históricos de la sociedad, incluido un sillón tallado que utilizó el difunto Papa Juan Pablo II. Sin embargo, cuando se les pregunta por la República Popular China, ronronean. “China es un barril sin fondo. Se lleva todo lo que le ofrezcas”, afirma Nicolás Pino, presidente de la sociedad. Describe el aumento de las exportaciones a China de soya ar-gentina, carne de vacuno congelada, semen de toros premiados y otros productos agrícolas por valor de miles de millones de dólares. Los barones de la agricultura latinoamericana suelen vender a organismos estatales, guiados por las órdenes de aumentar la seguridad alimentaria y la autosuficiencia chinas dictadas por los dirigentes del Partido Comunista. Si la Sociedad Rural tiene reparos, estos no tienen que ver con las inclinaciones políticas de los funcionarios chinos, sino con su duro enfoque del comercio. Cuando se vende a los europeos, una vez establecidos el precio y la calidad de las exportaciones, “el co-mercio fluye”, afirma Pino.
En cambio, los importadores chinos decidieron no hace mucho que estaban pagando demasiado por la carne de vacuno y redujeron unilateralmente el precio en más de dos tercios, “y no solo para las ventas futuras, sino también para la carne que ya estaba en el mar”. Por desgracia, la bajada de precios creó nuevos peligros para Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos que venden millones de toneladas de carne aChina cada año. En los últimos días de 2024, los reguladores chinos anunciaron una investigación sobre los precios de la carne de vacuno importada a petición de los productores nacionales, muy presionados. Aun así, los barones del ganado y otros intereses conservadores consideran a China un socio inestimable. En entrevistas con políticos, jefes de la industria y diplomáticos de toda América Latina, se alaba el “pragmatismo” de China, favorable a los negocios. No siempre ha sido así.
Cuando China mostró por primera vez un interés serio en América Latina, hace una generación, causó alarma en Washington y otras capitales occidentales al canalizar algunas de sus mayores inversiones y préstamos hacia regímenes antiamericanos de izquierda, especialmente en Venezuela. En los años transcurridos desde entonces, destacados conservadores han seguido preocupándose por la connivencia de los enemigos de Occidente en el hemisferio sur.
A finales de 2023, Marco Rubio, senador republicano por Florida, exigió al presidente Joe Biden que impusiera sanciones a la expresidenta argentina de izquierda Cristina Fernández de Kir-DERECHOSEXCLUSIVOSJavier Milei, hizo campaña para el cargo en 2023 amenazando con romper relaciones con el gobierno de China, diciendo: “Yo no hago pactos con comunistas”. Milei ha cambiado de tono como presidente, declarando que los chinos son “un socio muy interesante; no piden nada, salvo que no se les moleste”. Poco después de su victoria, los enviados chinos evaluaron la retórica de campaña de Milei, dicen argentinos bien informados.
Pero se mostraron comprensivos con su desastrosa herencia, que incluía enormes deudas externas y una economía nacional destrozada, y declararon que China no sería “un obstáculo para la recuperación de Argentina”. En junio de 2024, China prorrogó dos años más un swap de divisas equivalente a miles de millones de dólares, lo que dio un respiro a las reservas de divisas de Argentina. Para China, los amigos van y vienen, los intereses perduran.
Los peces gordos locales no se sorprenden, señalando que las inversiones de China aumentaron después de que un centrista proempresarial, educado en Estados Unidos, Mauricio Macri, derrotara a Kirchner para convertirse en presidente de Argentina de 2015 a 2019. Los intereses de China en América Latina son incuestionablemente estratégicos, afirma Carlos Ruckauf, exvicepresidente y exministro de Asuntos Exteriores de Argentina. Señala Chancay, un puerto construido y controlado por China en Perú, que será el mayor y más profundo de la costa del Pacífico de Sudamérica. Reconoce los cálidos lazos de China con los Kirchner, que se deshicieron en elogios hacia la gobernanza china. Pero “con China, la ideología está claramente en segundo lugar”, afirma. “Para ellos somos litio, cobre y alimentos”. El reto para el continente es llegar a acuerdos comerciales con China que no crucen las líneas rojas de Estados Unidos, sugiere. Permitir la entrada de empresas chinas en las redes de telecomunicaciones “puede ser una línea roja”. Las ambiciones chinas de desarrollar un puerto cerca de la Antártida eran “espantosas” para Estados Unidos, afirma. La estación de radar de espionaje espacial de China es un problema “muy difícil” porque se rige por un tratado bilateral. Los peces gordos de varios países latinoamericanos tienen el mismo mensaje para el equipo de Trump. Para competir con China, Estados Unidos debe ofrecer alternativas. En Chile, la administración Biden se anotó una victoria cuando una oferta china para construir un cable submarino de internet desde Chile hasta Asia fue derrotada por un consorcio occidental que incluía a Google. La primera presidencia de Trump vio muchas amenazas y sermones dirigidos a los vecinos del sur. Para frenar la influencia de China, “El Arte de la Negociación” sería una guía mejor. Traducido por El Mercurio Inversiones. chner.
Tras señalar la condena de Kirchner por corrupción, Rubio la acusó de permitir que “actores malignos como China e Irán aumentaran su influencia corrupta en un aliado fundamental de EE.UU., Argentina”. Señaló en particular “los nebulosos acuerdos para contratos de obras públicas que comprometen tanto la seguridad de Estados Unidos como la de Argentina”. En concreto, Rubio se refirió a una estación de radar de seguimiento por satélite construida por China en un remoto desierto argentino, operada por una rama del Ejército Popular de Liberación. Rubio, un conservador cubano-estadounidense, pronto expondrá sus argumentos en persona ante los líderes latinoamericanos, ya que es el candidato a secretario de Estado del presidente Donald Trump. Tiene amigos en toda la región, incluso en Argentina, cuyo Presidente libertario,. China compra litio, cobre y semen de toro, y no exporta su ideología, dice el semanario británico.
Y destaca que, en Chile, la administración Biden se anotó una victoria cuando una oferta china para construir un cable submarino de Internet desde Chile hasta Asia fue derrotada por un consorcio occidental que incluía a Google. Marco Rubio es el candidato a secretario de Estado del presidente Donald Trump.