La historia del padre y el hijo que desaparecieron en el misterioso naufragio de Coronel
La historia del padre y el hijo que desaparecieron en el misterioso naufragio de Coronel, ,, b ' » A W es y Me E y MN) MN) A EL La historia del padre y el hijo que desaparecieron en el misterioso naufragio de Coronel A diez días de la desaparición de los siete pescadores en las aguas frente a Coronel, el misterio crece mientras las familias luchan por respuestas. La embarcación "Bruma", que partió con rumbo al mar en la madrugada del 30 de marzo, apareció semihundida sin rastro de sus tripulantes. A medida que la investigación avanza, la hipótesis de una colisión con un barco industrial cobra fuerza.
Gabriela Mondaca Era la madrugada del domingo 30 de marzo cuando la embarcación "Bruma" dejó el puerto de Constitución, Región del Maule, rumbo a las aguas del sur, frente a Coronel, en la Región del Biobío. A bordo iban siete pescadores artesanales. Llevaban víveres, equipo técnico, una lancha de emergencia completamente abastecida y una rutina aprendida con años de oficio. Pero ese día, algo quebró todo lo previsible. A eso de las dos de la madrugada, en una zona de alto tráfico marítimo, la comunicación con tierra se perdió por completo. No hubo señales de auxilio, ni activación de la balsa de emergencia, ni rastros de sus ocupantes. Solo horas más tarde apareció parte de la "Bruma", semihundida, solitaria, arrastrada por la corriente. Los siete hombres no estaban, y tampoco estaba la lancha auxiliar. La alarma creció cuando se supo que la embarcación se vio por última vez en la zona de Lirquén.
Los desaparecidos fueron identificados como José Luis Medel Sepúlveda (53), patrón de la lancha; José Luis Medel González (31), su hijo; Juan Jorge Muñoz Balladares (57), José Fernando Carrasco González; Julio Eduardo Gallardo Díaz; Carlos Hugo Escárate Ramírez; Jonathan Daniel Torres Saldaña. Todos hombres de mar, padres, hermanos, hijos, que partieron buscando el sustento y terminaron envueltos en un misterio que hasta ahora no tiene desenlace. Un hecho que ha dejado a sus familias desconcertadas, puesto que toda la tripulación era conocedora de una vasta experiencia en el oficio. La familia Medel era uno de ellos. El padre, José Luis, inició su vida en el mar desde hace más de 40 años. Oriundo de Constitución, venía de una familia de pescadores. Lo mismo llevó a que su hijo quisiera seguir sus pasos, pese a haber estudiado Administración de Empresas. Una carrera que según comenta a La Tercera su hermana Catalina (27), no siguió por su pasión por el mar. "Tratamos de que no se metiera a la pesca, pero no hubo caso.
Siempre le gustó el mar y el río". Tanta era la experiencia de ambos en la pesca y altamar, que según relata Catalina, el mal tiempo y las tormentas eran algo que como tripulación vivían cada vez que zarpaban. Incluso, contaban con las herramientas para "fondearse" o esconderse en altamar en caso de lluvias. Algo que compartían con sus otros cuatro compañeros, con los que llevaban trabajando hace más de 10 años.
El "segundo al mando", según detallan los familiares, era Juan Muñoz, también de Constitución y arraigado a la pesca desde los 13 años. "Mi papá era quien se encargaba de pintar la embarcación, sabía lo que faltaba por comprar, las cosas que faltaban para embarcarse.
Tenía varias funciones", » Integrantes de la tripulación de la embarcación "Bruma" y restos de de ella tras el naufragio. el naufragio. rememora su hija Yasmín (32), quien también se dedica a la pesca en río junto a su hermano mayor. El retorno de la tripulación ese domingo era esperada por sus familiares.
Y es que ese día se acababa la marea en esa zona, donde tenían permitido pescar, para luego volver a sus hogares por dos meses mientras se preparaban para volver a embarcarse a la siguiente temporada de Albacora. La búsqueda de las familias Apenas se confirmó el hallazgo de la embarcación vacía, las familias comenzaron a presionar por explicaciones. Desde el primer momento, denunciaron que la lancha había sido embestida por una embarcación industrial de mayor tamaño que, tras el impacto, simplemente se retiró del lugar sin prestar ayuda.
Una versión que, con el correr de los días, SIGUE ». La historia del padre y el hijo que desaparecieron en el misterioso naufragio de Coronel » Tomas aéreas de la búsqueda de los pescadores que iban en la embarcación. empezó a verse reforzada por los propios hallazgos oficiales. La Armada de Chile, a cargo de las labores de búsqueda y rescate, confirmó que sí existió una colisión, lo que abrió una línea clara de investigación. Claudia Urrutia, presidenta de la Asociación Gremial de Bacaladeros del Maule, afirmó con convicción: "Esto es un choque.
Esto no es una piedra, es imposible una piedra porque hay 340 metros de profundidad". La atención se centró en el barco "Cobra", una embarcación de la empresa pesquera Blumar que, según las primeras pericias, presentaba daños en su casco y hélice compatibles con el tipo de colisión sufrida por la "Bruma". La embarcación industrial atracó en el puerto de San Vicente, Talcahuano, donde comenzaron los peritajes. Los tripulantes del "Cobra" fueron llamados a declarar en calidad de testigos, aunque los familiares de los desaparecidos aseguraban que sabían del choque desde el primer momento. Pese a esto, el gerente de Blumar, Gerardo Balbontín, defendió a su personal, indicando que la tripulación niega haber colisionado con la lancha artesanal. La fiscal regional del Biobío, Marcela Cartagena, confirmó luego que varios de los tripulantes del "Cobra" pasaron a calidad de imputados. La investigación cambió de tono: ya no era solo una tragedia marítima, sino un posible delito. A esas alturas, se dio a conocer que las familias ya habían enc ontrado parte del equipo de la "Bruma": una carpa de emergencia, una gamela con gata, ropa, una zapatilla. Objetos personales que fueron reconocidos uno por uno por los seres queridos de los desaparecidos. Pero el golpe final llegó el viernes 4 de abril. La lancha de emergencia fue hallada completamente sellada, sin rastros de uso, y sin signos de haber sido activada. La posibilidad de encontrar con vida a alguno de los tripulantes se desvaneció. Incluso ya ha sido enfrentada por las familias.
Las autoridades marítimas y el Ministerio Público coincidieron: a partir de ese momento, el foco de la búsqueda pasaba a ser el esclarecimiento de los hechos, más que el rescate. "Sabemos que ya no hay esperanzas de encontrarlos con vida, porque el plazo ya se acabó", dice tajante Catalina.
Aunque de igual forma, dice, buscan ampliar la búsqueda -que tenía previsto terminar este próximo domingo 13 de abril para "dar con sus cuerpos y sepultarlos como corresponde". La investigación El sábado 5 de abril, la historia tomó un giro aún más desconcertante.
Se presentó una denuncia por presunta desgracia por la desaparición de Juan Roberto Sanhueza Manríquez, un tripulante del barco "Cobra" que estaba citado a declarar ese mismo día ante la Policía de Investigaciones. mo día ante la Policía de Investigaciones. --, Sanhueza había salido de su casa a las nueve de la mañana para asistir a una sesión de apoyo psicológico ofrecida por Blumar. Nunca llegó. Desde entonces, no se sabe nada de él. Tres días después, el lunes 7 de abril apareció la proa de la "Bruma" con graves daños estructurales. La quilla del barco estaba completamente doblada, una señal clara de un impacto violento. También se halló el ancla, que fue enviada a peritaje. Bacaladeros que monitoreaban el fondo marino detectaron anomalías en el lecho, reforzando la teoría de que la lancha artesanal fue impactada y arrastrada por una nave de gran envergadura. Mientras la Fiscalía Marítima y el Ministerio Público profundizan en la investigación, las familias exigen justicia. Además, se ha solicitado la extensión de la búsqueda y la incorporación de más recursos tecnológicos para dar con el paradero de los pescadores.O.