LA SEMANA POLÍTICA
LA SEMANA POLÍTICA Contrasta esta indignación y rapidez para asignar responsabilidades a otros con la falta de autocrítica frente a notorias falencias y gruesos errores en la gestión de su gobierno. papel que pudo haber jugado el Estado para que situaciones como esta hayan ocurrido.
Este tipo de polémicas, interpretadas por algunos como una reacción natural dada la hostilidad que ha mostrado el mandatario en diversas oportunidades frente a la iniciativa privada, no contribuyen en nada a atraer inversiones y generar confianzas, y causan un daño reputacional significativo. Todo esto ocurre, además, cuando la visión de las autoridades respecto de la importancia de fomentar la actividad privada debiera estar en el centro de cualquier agenda que pretenda retomar el crecimiento. De paso, contrasta esta indignación y rapidez para asignar responsabilidades a otros con la falta de autocrítica frente a notorias falencias y gruesos errores en la gestión de su gobierno.
Solo considerando algunos temas que han sido noticia en las últimas semanas, poco y nada se ha oído del Presidente Boric desde luego, no hay aquí indignación ante el déficit fiscal extraordinario en “magnitud para un año sin crisis” (según consignó el Consejo Fiscal Autónomo); frente a la desidia del Gobierno para abordar oportunamente la toma de San Antonio y la posterior firma de un protocolo de acuerdo para evitar un desalojo que amenaza con convertirse en un peligroso precedente que estimule nuevas tomas; y las recientes cifras que muestran un aumento de la morosidad de las deudas del CAE (apenas el 36% de los egresados está al día en su pago), una demostración del impacto de incentivos mal orientados, entre otros temas.
La gravedad de la falla del sistema eléctrico ocurrida esta semana apagón total, tardanza en la recuperación del servicio y consecuente paralización de las más diversas actividades humanas, productivas y servicios amerita una investigación seria e independiente sobre lo sucedido, la determinación de las responsabilidades privadas y públicas que puedan existir y, lo más importante, tomar las medidas e impulsar las inversiones adecuadas para que situaciones como esta no vuelvan a repetirse. Muchos actores políticos de distinto signo, sin embargo, han procurado sacar pequeñas ventajas y, sin contar con todos los antecedentes, se han precipitado para asignar culpas. Dada su alta investidura las declaraciones más desafortunadas fueron las del Presidente de la República, Gabriel Boric, quien atribuyó inmediatamente a empresas del sector la responsabilidad de la interrupción del servicio de energía.
Así, cuando todavía no se reponía todo el sistema eléctrico el Presidente Boric sostuvo que “lo ocurrido hoy nos indigna, porque no es tolerable que por responsabilidad de una o varias empresas se afecte la vida cotidiana de millones de chilenos y chilenas, y por lo tanto, es deber del Estado de Chile hacer valer esas responsabilidades”. Días después insistiría en que “van a hacer valer las responsabilidades de las empresas” y agregaría que “nadie puede pretender culpar al Estado por rédito político de una responsabilidad que tiene nombre y apellido”. Naturalmente, sus dichos generaron una inmediata respuesta de las empresas, alertando respecto del. Nueva precipitación presidencial candidata Tohá Esta semana parece haberse consolidado la candidatura presidencial de Carolina Tohá, y todo indica que dejaría el Ministerio del Interior en los próximos días. Aunque no hay un pronunciamiento oficial, varios trascendidos indicarían que la expresidenta Michelle Bachelet declinaría una nueva candidatura, lo que de ocurrir abriría espacio a Tohá y otros postulantes.
Si en definitiva ello sucede y Bachelet no es candidata, es evidente que al menos desde el punto de vista estrictamente electoral las posibilidades de la coalición de gobierno de ganar la próxima contienda presidencial bajan considerablemente. Naturalmente, este escenario podría cambiar en los meses venideros, y la división de la oposición podría contribuir a ello.
Si bien pocos dudan que Tohá estaría preparada para el cargo —de hecho, durante este Gobierno ha sido una ministra del Interior que ha contado con un enorme poder—, sino logra remontar pronto en las encuestas, una eventual candidatura suya será desafiada por otros postulantes de izquierda y de centroizquierda.
Juegan en su contra el hecho de ser identificada como la candidata de un gobierno que tiene una desaprobación alta y bastante consolidada; el hecho de haber liderado la campaña del Apruebo del controvertido proyecto constitucional de la Convención; el haber encabezado la lucha contra la delincuencia en los últimos años, uno de los aspectos más críticos de la gestión gubernamental que será parte central de la campaña; su errática y confusa actuación en el denominado caso Monsalve, entre otros.
Para su pesar, sus mayores aportes durante su ministerio no son plenamente visibles ante la ciudadanía, como su tarea ejercida para moderar y mejorar los proyectos y políticas de gobierno, y darle conducción a un Ejecutivo que luego de la derrota del primer plebiscito constitucional estaba desorientado y sin liderazgo. Si en definitiva Bachelet no es candidata, es evidente que al menos desde el punto de vista estrictamente electoral las posibilidades de la coalición de gobierno de ganar la próxima contienda presidencial bajan notablemente.