Autor: Mily Soler Grez
Aniños y jóvenes debemos escucharlos más
Aniños y jóvenes debemos escucharlos más E nel acto de finalización de la etapa escolar, Ignacia y sus compañeros de graduación, sintieron quelas palaíntimo del ser. El maestro dijo; pasó raudamente este año y pareciera que fue solo ayer cuando iniciamos el periodo escolar.
Ha sido dificil llegar al corazón de ustedes apreciados alumnos nuestros ÑÑ bras del director del colegio los emocionó en lo más ya que todos hanno a seguir compitiendo y seguir demostrando que los que mandamos somos nosotros. Es cierto que el mundo cambió. Que ingresó en ustedes la tecnología y esta hoy vive anclada en vuestra alma. Han vivido en poco tiempo lo que antiguamentesetransitaba en largos años y nos han enseñado que el compromiso, la disciplina, el trabajo y el aprendizaje deben ser mutuos y no unilaterales.
Hemos aprendido que debemos escucharlos más mirándolos a los ojos, palpando sus mas profundasinquietudes y reflexionando juntos sobrela realidad de una vida que se ha puesto complicada, peligrosa y difícil de disfru-mente y nosotros se-Queridos amigos lectores, eS avanzado apresurada4tar frente tanta violencia. ritmo rutinario acostumbrad. Sin darnos cuenta no fuimos capaces de acogerloscerto, intermenos despertar guimos marcando el con urgencia y al conversar con nuestros hijos o nietos, permitámosles ser ellosmismos, libres e idealistas. “on sus nuevas pro-Queridos amigos lectores, es cierto, intentemos despertar con urgencia y al conversar con nuestros hijos. nietos, permitámosles ser ellos mismos, libres e idealistas.
Los jóvenes necesitan mas que ayer expresar sin limitaciones lo que los inquieta, confiados en que en los adultos encontrarán un soporte emocional equilibrado y concreto, ya pasó el tiempo de escuchar, acatar y hacer lo que los adultos exigimos, hoy debemos centrar nuestro horizonte en ellos, con paciencia, amor ycomprensión ilimitada.
Los educadores deben revisar comoenfrentar esta nueva realidad y dejar guardados en el cofre de los recuerdos aquella disciplina agobiadora que no construye puentes de crecimiento. puestas, no aceptamos vuestras convicciones y diariamente los enfrentamoscon poca empatía.
Es bueno darse cuente y ofrecer disculpas a tiempo por todo lo que hicimos mal, por aquello que dejamos derealizar y aprovechar este momento para comprometernos a avanzar junto a los estudiantes que siguen en camino, con una actitud de apertura, con el corazón dispuesto a aprender,. Columna